3. Lo básico de la epistemología kantiana: estructuras y estímulos

Sacar materia de les flores del campo y transformarla, con la propia capacidad, como las abejas. Ésta, metafóricamente, será la concepción del gran ilustrado Immanuel Kant (1724-1804). Para Kant, formado en la física de Newton, ni la posición racionalista ni la posición empirista explica la realidad de los enunciados de la física newtoniana; es preciso superar ambas posiciones. El conocimiento humano es resultado de una interacción entre experiencia y razón. La experiencia es imprescindible: aporta datos, elementos materiales; la razón estructura estos datos, las hace inteligibles, las interpreta. Razón y experiencia encajan en el proceso de conocimiento.

Así, en la epistemología de Kant, el hombre no es un receptor pasivo de los estímulos que provienen del mundo, sino un interpretador activo. Nuestro conocimiento está determinado por unas estructuras a priori: no conocemos nunca las cosas tal y como son en sí mismas, nosotros conocemos las cosas mediatizadas por nuestro sistema de conocimiento. No vemos el mundo, vemos nuestro mundo: nos proyectamos en nuestro conocimiento de las cosas. Las características que el sentido común atribuye a la realidad misma, Kant las atribuye a la estructura cognoscitiva del hombre. En cierto modo, el espectador, con sus a priori, condiciona el espectáculo en el mismo momento de la observación.

«Pero, aunque todo nuestro conocimiento comience con la experiencia, no por ello procede todo él de la experiencia. En efecto, podría ocurrir que nuestro mismo conocimiento empírico fuera una composición de lo que recibimos mediante las impresiones y de lo que nuestra propia facultad de conocer produce simplemente motivada por las impresiones a partir de sí misma. En tal supuesto, no distinguiríamos este adición respeto de esta materia fundamental hasta tanto que un prolongado ejercicio nos hubiese hecho fijar y nos hubiese adiestrado para separarla.»
Kant Crítica de la Razón Pura

¿Y qué es lo que aporta o produce la propia facultad de conocer? ¿Cuáles son nuestros a priori? Kant, en la Crítica de la razón pura, explora nuestras capacidades mentales de conocimiento: la sensibilidad, el entendimiento y la razón.

La sensibilidad, la capacidad de ser afectados por estímulos del mundo que nos rodea, organiza estos estímulos mediante dos formas, el espacio y el tiempo. Así, por ejemplo, gracias a la sensibilidad un profesor se da cuenta de que hoy (tiempo) faltan cinco alumnos en clase (espacio).

El entendimiento nos permite entender lo percibido por la sensibilidad merced a sus categorías, sus elementos formales y a priori, especialmente gracias a la categoría de causalidad. Así, siguiendo con el ejemplo, el profesor que se da cuenta de la ausencia de cinco alumnos entiende la situación cuando se entera de que después hay un exámen.

La razón, la capacidad sintética más potente del hombre, pretende, con sus ideas a priori alcanzar una visión final del hombre y su mundo, pretende alcanzar todo aquello que es incondicionado. Así, retomando el ejemplo, el profesor razona que se tendría que modificar el horario: cuando hay exámenes, no se tiene que hacer clase. Pero aquí empieza el desacuerdo entre profesores.Yendo más allá de este ejemplo, Kant concluye que es la razón humana la que construye las grandes especulaciones metafísicas explicativas de la realidad, pero son especulaciones que sobrepasan la experiencia.

   

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Si quieres tener noticia de una reformulació actual de una parte del apriorisme de Kant, sólo hace falta que antes selecciones las expresiones correctas desde la perspectiva kantiana.

a. Se puede observar un acontecimiento de una manera neutra.
b. Nuestro conocimiento empírico es una composición de un elemento externo, las impresiones, y de un elemento interno, nuestro sistema de conocimiento.
c. Nuestro conocimiento empieza con la experiencia y procede de la experiencia.
d. Cuando conocemos, cada uno aporta de su parte.
e. De entrada, es distingible aquello que viene del exterior y aquello que aporta el sujeto.
f. Espacio y tiempo, formas de la sensibilidad, no proceden de la experiencia.