4. Persuasión o seducción

    Los recursos más sofisticados del mundo del arte y del entretenimiento que desde siempre estaban al servicio del mundo del ocio y del mundo lúdico están, hoy, al servicio de la publicidad: seducir artística y bellamente con objeto de vender. Se ha dicho que actualmente la mejor fotografía se ve a los anuncios de la televisión o a los anuncios de la publicidad estàtica.


Un objetivo manifiesto de la publicidad es el de persuadir, es decir, el de convencer al receptor; pero a menudo la publicidad pretende seducir más que no persuadir. Persuadir y seducir son actividades parecidas pero con remarcables diferencias. En la persuasión se ofrecen razones (buenas o malas) y argumentos; el receptor puede defenderse y su capacidad de elección no queda anulada. En la seducción toman primacía los sentimientos y las emociones; se pretende fascinar y cautivar (hacer cautivo).

La seducción es un tipo de comunicación ambivalente: la atracción seductora es un deslumbramiento muchas veces engañoso. Una persona seduce cuando se expresa con un lenguaje enmascarado que evita la transparencia. Igualmente, la publicidad es un lenguaje seductor que pretende atraer de una manera enmascarada. El receptor, como la persona seducida, no puede, al final del proceso, vivir sin el que lo ha seducido. La seducción es hace con tanta delicadeza que el sujeto que la vive no la vive como seducción.  

La publicidad, con la seducción, deviene un juego de trampas, de ingenio, de subterfugios y de piruetas largamente estudiadas y analizadas por los especialistas. Es tanto su poder que, al fin, el sujeto queda convencido que tiene que comprar un determinado producto y que realmente lo necesita para poder vivir y para ser feliz. El sujeto llega a creer que compra el producto de manera espontánea y natural, cree que la decisión emerge de él mismo, cuando en el fondo no es otra cosa que la respuesta esperada a un conjunto de estímulos pensados con premeditación.

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Persuadir y seducir son actividades parecidas pero con remarcables diferencias.
Indica si las seguientes características tienden más a persuasión o a seducción.

1. Poner de relieve aspectos cualitativos del producto. Tiende a
2. Comparar el producto con otros de la misma clase. Tiende a
3. Asociar al producto imágenes y formas bellas. Tiende a
4. Incorporar curvas atractivas y sombras insinuadores. Tiende a
5. Apelar a deseos, sentimientos y emociones. Tiende a
6. Deslumbrar con colores flamantes y palabras cautivadoras. Tiende a
7. Apelar a las aventajas lógicas del producto concreto. Tiende a
8. Describir el producto haciendo una presentación. Tiende a