El 18 de julio de 1936 se produjo un golpe de Estado contra el gobierno de la II República que dividió el país en dos bandos (republicanos o “rojos”) y (nacionales o “fascistas”). Había empezado una terrible guerra civil que duraría tres años y enfrentaría todas las diferentes opciones de país que la Constitución republicana de 1931 no había conseguido armonizar.
La sociedad civil se convirtió en un objetivo militar. Fue atacada cruelmente y sometida a un gran despliegue propagandístico, de símbolos, consignas y mensajes, a través de radio, prensa, teatro, cine y carteles. Por primera vez en la historia aviones bombardearon a la población, lo que produjo muchos refugiados que huyeron buscando zonas más seguras.
En la España republicana, que recibió el apoyo de la URSS y de las Brigadas Internacionales, los ensayos revolucionarios anarquistas, socialistas y comunistas, enfrentaron y desunieron a los combatientes.
En la España nacional, con el apoyo de Alemania e Italia, Franco utilizó la guerra para concentrar el poder y controlar férreamente a la población.
La guerra terminó en 1939 con la derrota de los republicanos. Se habían destruido fábricas, viviendas y sistemas de transporte, muchas personas habían muerto o habían abandonado el país que estaba arruinado, sin reservas y con muchas deudas. El nivel de vida disminuyó y hubo que racionar los alimentos !durante los catorce años siguientes!. Las instituciones democráticas habían desaparecido y comenzaba una dictadura que se prolongaría hasta 1975.
|