Siglo XIX 
En 1812 Catalunya es invadida por Napoleón y anexionada a su Imperio. Barcelona pasa a ser capital de provincia y  sus habitantes son oprimidos.

A pesar de ello, el progreso económico y demográfico no se para. En el año 1800, la ciudad tiene 100 mil habitantes.

En 1835, a consecuencia del clima anticlerical, una serie de conventos son reducidos a cenizas. También es incendiada la Fábrica Vapor Bonaplata, la más innovadora, porque los obreros sublevados estaban convencidos que los telares movidos por máquinas disminuían la producción del trabajo manual. Será más adelante cuando los trabajadores se organicen a través de sindicatos.

Un acontecimiento esencial en la modificación del paisaje urbano es el motivado por las dos desamortizaciones a partir de 1836, a consecuencia de la cual desaparecen un buen número de conventos, y por la supresión de los cementerios de las iglesias.

A nivel político, a lo largo del siglo liberales y conservadores se enfrentan por el poder. El 7 de diciembre de 1842, el general Espartero bombardea Barcelona. El motivo había sido las diferencias entre su política y los barceloneses republicanos que, entre otras cosas, querían unas Cortes constituyentes y el proteccionismo para la industria catalana.

En 1868 una revolución política de la mano del Gral.Prim derrocó la monarquía de Isabel II y en 1873 se proclama la I República. Dos de sus presidentes -Figueres y Pi i Margall- son catalanes. En este período, en Catalunya aparecen intentos federalistas. Pero la república cae un año después bajo el golpe de estado del general Pavía y, un borbón, Alfonso XII -hijo de Isabel II-, vuelve a reinar en España, a pesar de los republicanos.

Durante las primeras décadas del siglo XIX, Catalunya es la vanguardia en el Estado de la Revolución industrial. Barcelona crece, también las industrias en sus suburbios, y las antiguas murallas ya no son más que un estorbo: En 1854 son derruidas y la ciudad se expande. Por esta época también se abren nuevas calles, como las de Fernando, Jaime I y de la Princesa. Barcelona cuenta con 250 mil habitantes.

En 1860, Madrid aprueba el proyecto del Ensanche de Barcelona presentado por Ildefonso Cerdà. Una nueva ciudad racional se escampa hasta los municipios vecinos que, en 1897, serán agregados a la ciudad condal.

En 1868, aprovechando el proceso revolucionario, es derruida la Ciudadela, que pasa a ser un parque.
Mientras tanto, en las ciudades vecinas de Barcelona los industriales edifican las fábricas aprovechándose del bajo coste del terreno y de la existencia de pozos de agua.

Bajo la Renaixença, movimiento cultural que reivindica la identidad catalana y pone los fundamentos del catalanismo político, se crean instituciones como la Universidad, el Ateneo Barcelonés o la Academia de las Buenas Letras.

A finales de siglo, Barcelona está cambiando a un ritmo acelerado. El progreso urbanístico de 1870 a 1885 es considerable. En 1888, la ciudad está preparada para organizar una primera Exposición Universal, en el espacio donde se edificó la Ciudadela. Un gran parque con palacios y pabellones substituyen a las infames prisiones, conservando algunos edificios. En estos pabellones se exhiben los productos de la industria española y los progresos de la mecánica, de la técnica y de la ciencia de todo el mundo.


A finales de siglo, Barcelona es conocida por sus atentados como "la ciudad de las bombas". Entre los diversos atentados, el que tuvo lugar en el Liceo fue uno de los más graves.