........El
teatre........
De cómo el gran Sancho Panza
tomó la posesión de su ínsula, y del
modo que comenzó a gobernar ...
A este instante entraron en
el juzgado dos hombres, el uno vestido de
labrador y el otro de sastre, porque traía unas tijeras
en la mano, y el sastre
dijo:
-Señor gobernador, yo y este hombre labrador venimos
ante vuestra merced
en razón que este buen hombre llegó a mi tienda
ayer (que yo, con perdón de
los presentes, soy sastre examinado, que Dios sea bendito), y,
poniéndome un
pedazo de paño en las manos, me preguntó: ''Señor,
¿habría en esto paño
harto para hacerme una caperuza?'' Yo, tanteando el paño,
le respondí que sí;
él debióse de imaginar, a lo que yo imagino, e imaginé
bien, que sin duda yo
le quería hurtar alguna parte del paño, fundándose
en su malicia y en la mala
opinión de los sastres, y replicóme que mirase si
habría para dos ....
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-Señor, a este buen hombre le presté días
ha diez escudos de oro en oro, por
hacerle placer y buena obra, con condición que me los volviese
cuando se los
pidiese; pasáronse muchos días sin pedírselos,
por no ponerle en mayor
necesidad de volvérmelos que la que él tenía
cuando yo se los presté; pero, por
parecerme que se descuidaba en la paga, se los he pedido una y
muchas veces,
y no solamente no me los vuelve, pero me los niega y dice que
nunca tales
diez escudos le presté, y que si se los presté,
que ya me los ha vuelto. Yo no
tengo testigos ni del prestado ni de la vuelta, porque no me los
ha vuelto;
querría que vuestra merced le tomase juramento, y si jurare
que me los ha
vuelto, yo se los perdono para aquí y para delante de Dios.