Si repasamos lo que hacemos todos los días y cómo nos relacionamos con los demás, veremos que no lo hacemos siempre por escrito, ni tampoco siempre de forma oral, sino que combinamos ambos tipos de comunicación. Así, cuando pasamos en clase disimuladamente notitas a un compañero, utilizamos la lengua escrita, pero cuando hablamos con él usamos la lengua oral.
La lengua oral y la lengua escrita son las dos caras de una misma moneda: las dos formas de comunicación habituales que tenemos los humanos que tenemos la suerte de vivir en una sociedad alfabetizada.
Vamos a ver en qué consite cada una y en qué se asemejan y se diferencian.