Al hablar o al
escribir, es decir al emitir un mensaje, conviene que el emisor tenga
clara la situación comunicativa; es decir: a quién se dirige
(receptor), dónde se realiza el acto comunicativo, con qué finalidad,
etc. y adecúe su mensaje a dicha situación.
No es lo mismo hablar con tu abuela que con una señora de la misma edad a la que no conoces; no se describe igual la motocicleta de tus sueños a un amigo que en una redacción de clase, etc .
Adaptar el mensaje a la situación comunicativa, es decir ser
adecuado, significa
saber escoger de
entre todas las
soluciones lingüísticas que te da la lengua, la más apropiada a
la situación en la que se va a producir la comunicación; y en esto
consiste precisamente la adecuación comunicativa.
Para
adecuar un mensaje a la situación comunicativa hay que tener en
presente:
El cantante de un grupo desconocido discute con el dueño de un local que permite actuar a cantantes noveles; el motivo de la discusión es el hecho de que el dueño no ha impreso los carteles de la actuación y no sacarán taquilla. Los otros dos miembros del grupo tratan de calmarlo y prefieren subir a tocar aunque la sala está casi vacía:
-¡Maldita sea! ¿Cómo que no le dió tiempo de hacer los carteles? ¡A qué gilipollas del culo se le ocurre contratar a un grupo y no hacer los carteles! ¡No hay más que cuatro mataos en este bareto de mierda, que ni siquiera saben quién cojones son los que actúan!
-¡Si queréis, tocáis y si no os vais, pero deja de gritarme...!
Extraído de: http://personales.mundivia.es/jmartin/paginas/p_taller/taller.html
ola isabel,
sas el k em vas dir k avia de canviar lo dels *nombre del alumno*??? esk no se com u e de fe per canviaru