Article publicat a “Qué leer” l’abril de 2002 per Clara de la Puente

Guapos y famosos

Eran guapos, esnobs y sotisficados; pensaban “à guache” y vivía “à droite”; leían “Fotogramas” y “Tele/Expres”; llevaban una vida activa nocturna pero, durante el día, daban el callo como perfectos profesionales (editores, periodistas, cineastas, escritores, cantantes, pintores modelos, intépretes, fotógrafos); aparecieron en Barcelona en la segunda parte de los 60 y (casi todos ellos) siguen en activo; fueron envidiados, imitados, criticados y, finalmente, mitificados. Eran la versión catalana del “radical chic” que tan bien retrató Tom Wolfe. Han vuelto a la actualidad gracias al libro de Anna Maria Moix.

De Saltar i parar a Flash Flash

Una mañana de finales de octubre, con sol casi primaveral. Ana María inicia un recorrido por Barcelona que la pondrá en contacto con diversos protagonistas de la “gauche divina”. La primera etapa será la boutique Saltar i parar, propiedad de Montse Esther e Isabel Bohigas -una morena y una rubia-, donde se viste y compra regalos la “beatiful people” barcelonesa. El fotógrafo Oriol Maspons; la mujer del cineasta Gonzalo Suárez, que esperaba su cuarto hijo mientras su marido monta “Morbo”, con Víctor Manuel y Ana Belén; la también fotógrafa Colita, y Terenci Moix, vía telefónica desde Roma, cometan el último viaje a Nueva York, durante el cual Román Gubern los introdujo en la (soporífera) exquisitez de la obra cinematográfica de Andy Warhol. Antes de comer con Josep Maria Castellet, antólogo de los “nueve novísimos” de la poesía, en la tortillería Flash Flash de Leopoldo Pomés (fotógrafo) y Alonso Milá (arquitecto), la autora va a la editorial Lumen, de la que Esther Tusquets está ausente breve digresión sobre las perras, Safo y Corina, de la editora y sobre la afición de esta por la cría de canarios y el tejido de alfombras- pero donde encuentra a Manolo Vázquez Montalbán, que ha ido a entregar su último libro, Cancionero general 1936-1970. Más tarde Ana María se pasa por Enlace, distribuidora de las editoriales de la “gauche”, punto de reunión, esa mañana, de Carlos Barral, Castellet, Esther Tusquets, Jorge Herralde, Pedro Altares, Rosa Regás y el secretario de Beatriz de Moura (que ha preferido no asistir para evitarse un disgusto), que escuchan, resignados, las cifras del mes.
Antes de comer todavía tiene tiempo para hacer un alto en Tusquets Editor, donde Óscar T., su mujer Beatriz de Moura y su “basset flack” exhiben glamour y charlan con Gonzalo Herralde, cineasta en ciernes y estudiante de Semiología y Estructuralismo, amén de compulsivo consumidor de gin-tonics. Llegados por fin al restaurante de la calle de la Granada, saborean sus exquisitas tortillas mientras saludan a personajes como los pintores Albert Ràfols Casamada y María Girona, el banquero Jordi Pujol y los arquitectos Oriol Bohigas, Lluís Clotet y Xavier Sust.

En los dominios de Oriol Bohigas

La segunda parte del día transcurre en sendos dominios de Oriol Regás: el restaurante Vía Veneto y la discoteca Boccaccio. En el primero, Carlos Barral ofrece un cóctel con motivo de la presentación de su ópera prima de un supernovísimo a cargo de un novelista suramericano de renombre mundial y, en la segunda todos los citados anteriormente y algunos más se reúnen para finalizar la noche, tras haber cenado en Las Violetas, en Can Tonet -donde un grupo de alumnos de Eina celebra el cumpleaños de un profesor- o en La font dels ocellets -restaurante al que han llevado a cenar al profesor Aranguren, recién llegado de Madrid, Castellet y un grupo de amigos-, y tras haber tomado la penúltima copa en el Pub Tuset. La crónica, que hasta ese momento tenía un carácter más o menos realista, comienza a adquirir tonos delirantes: el novísimo es un niño de 13 años del asilo de San Ildefonso al que Esther y la Bohigas quieren vestir con un kimono japonés; la agente literaria Carme Balcells dice que Einaudi, Gallimard i y Feltinelli se había interesado por el nuevo valor: la modelo Montse Riba lo toma por un enano; Colita propone que el supernovísimo ruede una película con Sara Montiel (que hará de mujer de limpieza de la editorial de la Regás); Oriol Regás, bombín calado, le regalaba un carné VIP para Boccaccio, Maddox, la Arboleda y Vía Veneto; el humorista Jaume Perich desmiente que esté escribiendo un libro sobre el caso Matesa; María del Mar Bonet anuncia que ha descubiero a otro poeta medieval mallorquín que le dará material para grabar más de cincuenta elepés; José Luis Aranguren firma autógrafos en un póster de Teresa Gimpera; la actriz Serena Vergano se aburre mortalmente, y los cineastas Jacinto Esteva, Carlos Durán y Juan Amorós comentan lo siniestra que está la censura. Todos ellos huyen cuando alguien propone asistir a una sesión golfa de una película de la Escuela de Barcelona.

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