Los escritos de primeros
pensadores cristianos (la apologética) buscan defenderse frente
a las persecuciones y exponer las ideas básicas del cristianismo
para combatir las herejías. Rechazan todo
aquello que consideran pagano y, en concreto, la filosofía que es asimilada
al error y la falsedad. La única verdad es la revelada por Dios.
Pasada esta fase, a la razón
se le da el papel de instrumentos válido al servicio de la fe. Agustín
de Hipona (354-430), una de los padres de la Iglesia (la patrística),
hace la primera gran síntesis entre cristianismo y pensamiento
griego, en concreto, con el platonismo, ya que era la filosofía
que tenía más posibles puntos de contacto con el cristianismo.
Se produce un desplazamiento
de la actividad cultural y científica a Oriente. En el año 529
el emperador Justiniano clausura las escuelas filosóficas de Atenas y
los filósofos se marchan llevándose las obras clásicas a Oriente. En estos
textos la filosofía de Platón y Aristóteles se fusionan provocando equívocos
en su interpretación cuando en el siglo XIII sean recuperados en Occidente.
Mientras tanto, el pensamiento
cristiano ha fijado su credo básico y para transmitirlo funda la escolástica
formada por las escuelas monacales primero y después por las catedralicias
que darán lugar a las primeras universidades. En ellas
se reinicia poco a poco la reflexión y el debate filosófico aunque siempre
dentro de los límites de la interpretación de que de la Biblia
han hecho los Padres de Iglesia. |