EJERCICIO 3 (extraído de Carolina Figueras y Marisa Santiago, "Planificación" en Estrella Montoliu (coord.), Manual práctico de escritura académica, Ariel (Ariel Practicum), vol. II, pp. 20-22, Barcelona, 2000)
Determine qué objetivos movieron a escribir los siguientes textos científicos y analice los elementos lingüísticos que lo indican. ¿Qué es más importante en estos casos, informar o convencer?, ¿por qué?
El primer proceso necesario para que se inicie una respuesta farmacológica es la formación de un complejo entre el fármaco y las moléculas celulares que constituyen el sitio de acción del mismo o receptor. Se definen los receptores farmacológicos como estructuras celulares macromoleculares capaces de formar enlaces con las moléculas de un fármaco selectivamente de tal manera que, como consecuencia de esta unión, surge una modificación de la actividad molecular, que es constante, específica y previsible. En este concepto están englobados lógicamente los receptores para neurotransmisores, neuromoduladores, hormonas o mediadores. Las sustancias que son capaces de formas enlaces con los receptores reciben el nombre de ligandos y pueden ser elementos tanto pertenecientes al propio organismo (neurotransmisores, neuromoduladores u hormonas) como provenientes del exterior (fármacos, toxinas, etc.).
(M. March Pujol y J. E. Baños Díez [1994],
Farmacología ocular, Barcelona, Ediciones UPC, pp. 45-46)
Texto 2
Por qué ni la biotecnología ni las nuevas tecnologías agrícolas
pueden alimentar al mundo
¿Adivina quién viene a cenar? 10.000 millones para el 2030, proclama un titular de la página Web de Monsanto. La compañía previene de las “presiones crecientes sobre los recursos naturales de la Tierra para poder alimentar a más población”. Según este gigante de la agroindustria, la agricultura de bajos consumos “no producirá aumentos de rendimiento ni mejoras que puedan alimentar a la creciente población del planeta”. [...]
La propaganda de Montesanto se alimenta de numerosos mitos de la agricultura moderna en torno al hambre, la producción de alimentos y la propia agricultura. [...]
Desenmascarar estos mitos es un objetivo necesario para aquellos que buscamos llegar a una agricultura sostenible. Comencemos, pues, a examinar cuatro de los mitos principales, que están interrelacionados, y Monsanto utiliza en sus campañas de información pública y en la publicidad.
El hambre en el mundo está causada principalmente por la falta de alimentos suficientes para abastecer a una población creciente.
No existe ninguna leyenda sobre el hambre. Se estima que en la actualidad 786 millones de personas pasan hambre. Y este número sigue aumentando. De 1970 a 1990, con la excepción de China, el número de personas hambrientas ha aumentado en un 11%.
La leyenda creada no se refiere al hambre, sino a la causa principal que la genera. Monsanto nos hace creer que producción agrícola no está aumentando al mismo ritmo que crece la población. Hasta ahora numerosos estudios y estadísticas refutan esta afirmación. De hecho, aunque el hambre aumentó desde 1970, también lo ha hecho en la misma proporción la producción alimentaria per cápita en casi un 8%. En el sur de Asia el hambre y los alimentos per cápita han crecido en un 9%.
Estas estadísticas y muchas otras indican que el crecimiento demográfico no ha sido, por lo menos actualmente, la razón principal del aumento del hambre desde 1970. En teoría, el volumen total de alimentos disponibles por individuo ha aumentado de manera significativa. ¿Entonces, cuál es la razón principal del hambre en el mundo? Básicamente la dependencia alimentaria. El sistema industrial, desde hace siglos y prácticamente en todas las partes del planeta, ha expulsado a las comunidades indígenas o campesinas de sus tierras apropiándoselas para instalar allí cultivos de exportación. Los beneficios obtenidos a partir de estas exportaciones constituyen “la acumulación primitiva de capital” fundamental que requiere el desarrollo industrial en cualquier sociedad. Las consecuencias: millones de campesinos han perdido sus tierras, tradiciones y comunidades, y de forma más inmediata su autosuficiencia alimentaria. Expulsados de sus tierras. Emigran a las nuevas ciudades industriales donde rápidamente pasan a formar parte de las clases urbanas empobrecidas que compiten por trabajos mal pagados en los complejos industriales urbanos. Actualmente más de 500 millones de habitantes de zonas rurales del Tercer Mundo no poseen tierra, o por lo menos no la suficiente para autoabastecerse.
Así comienza la dependencia alimentaria. Adquirir alimentos es posible únicamente mediante pago, y si perdieran su poder adquisitivo se verían privados del alimento. Incrementar la producción agrícola no es el remedio para solucionar el hambre, ya que ésta está causada fundamentalmente por la imposibilidad de acceder a la tierra y/o mantener el poder adquisitivo. Como queda reflejado en el informe de Food First: “Si no accede a la Tierra donde poder cultivar tus alimentos y no puedes comprarlos, pasarás hambre aunque la tecnología incremente los rendimientos.”
(A. Krimbell, The Ecologist, vol. 28, n° 5,
Septiembre/octubre 1998, pp. 46-49)
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