2. La mirada de un naturalista. Darwin: ... nuestro origen humilde
En el 1859, después de muchas dudas, cuidadosas observaciones e investigaciones, Charles Darwin publicó su primer libro El origen de las especies por medio de la selección natural. Unos años después, en el 1871, en plena polémica, publicó El origen del hombre y sobre la selección en relación con el sexo, un libro en el cual aplica al ser humano todo aquello que anteriormente había dicho de las diversas especies animales.
«El hombre, como todo otro animal, sin duda ha llegado a la condición actual a través de una lucha por la existencia, debido a la rapidez con que se multiplica y para llegar todavía más arriba, tiene que seguir sometido a esta terrible lucha. En caso contrario, pronto caería en la indolencia y los hombres más dotados no tendrían más éxito en la lucha por la vida que los menos dotados. Por eso es por lo que nuestro ritmo natural de crecimiento, a pesar de que nos traiga muchos males, no tiene que ser nunca disminuido de ninguna manera. La competencia tiene que permanecer abierta a todos los hombres, y ni las leyes ni las costumbres no han de impedir que los más dotados tengan éxito, y críen un número mayor de descendientes. A pesar de que la lucha por la vida ha sido y es ahora muy importante, con respecto a los aspectos más elevados de la naturaleza humana todavía hay otros elementos que lo son más. Puesto que las cualidades morales mejoran mucho más, directamente o indirecta, mediante los efectos de la costumbre, de los poderes de razonamiento, de la educación, de la religión, etc., que no a través de la selección natural, a pesar de que la selección natural sea la que ha permitido el desarrollo de los instintos sociales, en que se basan los sentimientos morales.
La La conclusión más importante a que hemos llegado en este trabajo, es decir, que el hombre se ha originado en alguna forma poco organizada, será desagradable para muchos, lo siento. Pero no hay duda que somos descendentes de los bárbaros. No
olvidaré nunca como me sorprendió ver una fiesta de los nativos de Tierra del Fuego en una playa salvaje, puesto que inmediatamente me hicieron pensar que éstos eran nuestros antepasados, estos hombres desnudos, pintados, con los cabellos embrollados, expresión salvaje, alarmada y recelosa. Casi no conocían ningún arte, y vivían del que podían cazar, no tenían ningún tipo de gobierno, y eran despiadados con todos los que no pertenecieran a la tribu. Quien ha visto un salvaje en su tierra nativa no sentirá ninguna vergüenza a aceptar que la sangre de alguna criatura humilde fluye todavía en sus venas. En cuanto a mí mismo, antes escogería descender del heroico pequeño simio que atacó el asustado enemigo por liberar a su amo, o del viejo babuino que bajando de la montaña salvó triunfalmente un joven compañero suyo de una horda de perros estupefactos, que no de un salvaje que disfruta torturando los enemigos, ofrece sacrificios sangrientos, practica el infanticidio sin remordimiento, trata sus mujeres como esclavas, no conoce la descendencia, y se perseguido por las más groseras supersticiones.
Se puede excusar el hombre si siente orgullo de haber llegado, y no por méritos propios, a la cima de la escala orgánica; y el hecho que haya llegado, en lugar de haber sido colocado, le da esperanzas de llegar a un destino todavía más elevado en el futuro. Pero no nos preocupa ahora ni las esperanzas ni los miedos, sino la verdad que nuestra razón nos permite de descubrir. He mostrado las pruebas lo mejor que he podido, y tenemos que aceptar, o al menos esto es lo que creo, que el hombre, con todas las nobles cualidades que tiene, con la solidaridad que muestra por los más degradados, con la benevolencia que extiende no sólo a los otros hombres, sino incluso a las criaturas más humildes, con su intelecto pareciendo a un dios, que ha llegado a comprender los movimientos y la constitución del sistema solar, con todos estos poderes altísimos, el hombre lleva todavía en el cuerpo la señal indeleble de su origen humilde.»
En cada vacío has de introducir el concepto darwiniano clave que resume o concreta lo que se comenta.