ICONOGRAFIA

Llibre d'Ordinacions, AHCB

La documentación iconográfica de época medieval conservada sobre diferentes soportes y utilizando diferentes técnicas (pintura mural, sobre tabla, grafitos, dibujos y pinturas sobre papel o pergamino, escultura en piedra, madera, etc) es mucho más abundante a partir del siglo XIII que no para todo el período altomedieval, al igual que ocurría con la documentación escrita. Por otra parte la calidad y detallismo de las embarcaciones producidas durante el período altomedieval son muy pobres en comparación a la mayoría de las que conocemos para los siglos XIII, XIV y XV. Y por último destacar que la iconografía naval de época altomedieval es básicamente religiosa.

Durante la Alta Edad Media se representaron embarcaciones en todas las escenas en que algún pasaje de la Biblia hace referencia, según sea el Antiguo Testamento (Noé en el ciclo del agua o del diluvio  -éste es uno de los más interesantes por aparecer frecuentemente la construcción del arca-, y las escenas de Jonàs y la ballena (fig. 1) ) o del Nuevo Testamento (la pesca milagrosa  (fig. 2), la presencia de los apóstoles-pescadores Pedro y Andrés ), y el Comentario del Apocalipsis de Beato de Liébana, cuyas copias son conocidas como Beatos .
 
A partir del siglo XIII la iconografía sacra continúa con la representación de barcos según la Bíblia, más la totalidad de santos que tuvieron relación con el mar, viajaron en barco, sufrieron martirio en el mar, se les atribuyen milagros salvando a naufragos, etc (San Clemente , San Martín de Tours , Santa Clara , San Nicolás , Santa Úrsula , Santa Cristina , San Bernat de Claravall , San Juan Bautista , San Juan Evangelista , entre otros).

Algunos retablos se caracterizan por la riqueza de detalles, principalmente los del siglo XV, otros en cambio destacan por elementos inusuales o excepcionales como la nave que aparece con los dos tipos de timones en la iglesia de Alòs de Balaguer, fechado en el 1364.

El retablo de Santa Úrsula de Joan Reixac  (fig. 3) muestra dos naves yuxtapuestas, la que se ve en primer término, desde la clàsica perspectiva por la aleta de babor, mientras que la de segundo término solo se le ve la popa y el palo mayor y el de mesana.

También en la Baja Edad Media se registran la casi totalidad de representaciones de barcos documentados en iconografía profana, por una parte disponemos de su presencia decorando los palacios de la burguesía y la nobleza enriquecida gracias a su participación en la conquista y expansión de la Corona , y por otra la enorme cantidad de documentación escrita producida permitió que los notarios y lectores se divirtieran dibujando barcos en los márgenes de documentos y libros.

Destacan por su riqueza en la representación de la gran diversidad de todo tipo de embarcaciones dos obras, que aunque no se hallen en Cataluña, muestran un repertorio naval que bien podríamos encontrar en el puerto de Barcelona. La primera se trata del retablo de Sant Jordi, obra de Pere Nisard , donde se ve la bahía de Palma con el puerto de la ciudad y el de Porto Pi, con gran número de naos, galeras, galeotas y otras embarcaciones de tipo medio y pequeño –además se entrevén otras que fueron borradas o veladas por el autor-, en esta obra cabe destacar la única imagen medieval de una embarcación que llega a puerto vista de proa y arriando la vela para poder anclar. La segunda se trata de la Tavola Strozzi , en el que se ve el puerto de Nápoles, con naos ancladas en el puerto y amarradas al muelle, mientras una gran cantidad de galeras –con la bandera de la corona catalanoaragonesa- llegan en línea al puerto victoriosas después de haber librado una batalla, arrastrando otras galeras capturadas, remolcadas por la popa y con sus banderas al agua.

Finalmente destacar los barcos que aparecen pintados en las cartas marinas  y el famoso modelo o exvoto de la Nao de Mataró (fig. 4), datada del 1450 aproximadamente , del cual podemos decir que es prácticamente el único modelo tridimensional de una embarcación medieval conocida en Cataluña, por no decir de la Corona. Sirve de ejemplo para conocer detalles que no se presentan en la iconografía, como la obra viva o la posibilidad de conocer como era el interior de un barco de la Edad Media.

Las representaciones, y la documentación escrita, nos permiten conocer mejor los cambios que se producen en el mundo náutico del Mediterráneo en la Baja Edad Media, como la lenta introducción y substitución del timón lateral mediterráneo por el timón axial atlántico, a partir del año 1405 ya no aparecen naos mediterráneas con timón lateral, en cambio las embarcaciones menores y las galeras seguirán usando el timón lateral, o también se da el caso de embarcaciones con los dos tipos de timones .

La vela cuadra atlántica aparece en la iconografia catalana a partir del siglo XIV, anteriormente todo tipo de embarcación representada que no fuera solo a remo disponía de vela latina. Un único mástil a vela latina hasta el siglo XIII, por norma situado en el tercio de proa del casco; a partir del siglo XIII aparecerán los mástiles menores (trinquete y mesana), los barcos aparecen aparejando el palo mayor y uno de los dos menores, aunque lo habitual en las naves de carga sea disponer de palo de trinquete y palo mayor, estando el de trinquete muy caído hacia proa. A partir del siglo XIV ya empiezan a aparecer las primeras naves -naos y cocas- aparejando tres palos, y a partir del siglo XV el bauprés y el uso de bonetas y vela de gavia en el palo mayor.

Conocemos asimismo una de las primeras naves conocidas con aparejo mixto (palo de trinquete y mayor a vela cuadra y el de mesana a vela latina)  (fig. 5).

En toda la iconografia no se conoce un solo ejemplo de embarcación construida a tingladillo, solo en la nave de Mataró la caída del castillo de proa hacia la cubierta está tinglado. Un ejemplo cercano a Cataluña, el del monasterio aragonés de Santa Maria de Sigena donde en las pinturas murales de la sala capitular, realizadas en la primera mitad del siglo XIII, aparecen unas embarcaciones construidas a tingladillo, los clavos no siguen una línea vertical siguiendo a las cuadernas, sino que forman líneas horizontales para unir las diferentes tracas superpuestas del forro, típicamente atlánticas o bien bálticas, con el mascarón de proa en forma de dragón y un carpintero de ribera utilizando hachas y martillos en vez de azuelas. No tiene ninguna relación con la construcción naval practicada en el Mediterráneo, el estilo ha sugerido contactos con la escuela miniaturista inglesa de Canterbury, donde en Inglaterra hasta el siglo XV lo habitual era la construcción naval a tingladillo. Conocemos otro ejemplo de nave tinglada en el dibujo de una letra capital del manuscrito del Llibre del Consolat de Mar, fechado entre el 1407-1409. En este caso la nao aparece navegando a un largo, vista por la aleta de babor, desde una perspectiva ya clásica en la representación de naves de la iconografía catalana .
 
 
 
 


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