Desde la autopista que une Port Elisabeth con Capetown surgen numerosas carreteras, algunas de ellas simplemente pistas, que la conectan con el litoral de la costa sur sudafricana. Un pequeño laberinto de estas pistas de tierra lleva hasta la pequeña reserva de De Hoop. 

     Este parque, además de avestruces y algunos tipos de antílope de la zona de El Cabo, tiene el atractivo único de poder sentarse tranquilamente en las dunas que preceden al océano Índico y contemplar como a escasamente 20 metros familias enteras de ballenas realizan saltos sobre las agitadas aguas que se encontrarán con el océano Atlántico en apenas unas millas. 

    Además, con suerte, se pueden encontrar ejemplares de la cebra de El Cabo o cebra de montaña, a la que los nativos llaman 'kwagga'. 

     Un atractivo añadido: Si te informas bien, podrás llegar hasta De Hoop por una pista en la que se debe cruzar un río con un transbordador a la antigua usanza, el último que queda en toda Sudáfrica.