A poca distancia de Port Elizabeth, en la autopista que une esta importante ciudad con Ciudad del Cabo, se encuentra esta reserva ecológica. Su principal atractivo tiene que ver más con la botánica que con la zoología. Es un lugar frecuentado por los sudafricanos en sus épocas de vacaciones, y a ambos extremos de la zona del parque se extienden pueblos costeros con instalaciones turísticas completas. 

    El parque está atravesado por profundos cañones que bajan desde las montañas hasta el océano Índico, y sobre uno de ellos se encuentra un puente famoso por su vista panorámica. Asimismo, y desde otra salida, se accede al inicio de una pequeña caminata por los pequeños acantilados cubiertos de vegetación, la cual acaba en un puente en suspensión sobre las aguas del mar. En este trayecto se pueden observar cormoranes y otras especies de aves, y con suerte, cualquier otro animal de estas costas, como ballenas o delfines.