El
recuerdo más antiguo se remonta a la cultura celtibérica, ya que
se han encontrado vasijas de
cerámica en forma de ánfora en distintos lugares de la zona. Existen
yacimientos íberos en los Caseríos de Cabezo y Los Calpes.
Romanos
y cartagineses no dejaron prácticamente vestigios de su paso por
estas tierras del interior, pues sus asentamientos principales se
hallaban en la costa.
Sobre
el que fuera puente colgante de La Puebla se asentaba un puente
romano de dos ojos o arcos, y actualmente, con permiso del "pantano",
todavía se ven los muros laterales donde se asentaba la estructura.
En Olba aún se conserva el puente romano de tres arcos.
Por
este tiempo los naturales del país eran gentes sencillas, que vivían
en cuevas o chozas y se dedicaban al pastoreo y la caza. Abundaba
en la ribera del entonces río Oduba (Mijares) el oso, la cabra montés,
el ciervo, el lobo y el conejo.
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