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PaleontologíaEl homo sapiens - sapiens |
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Recordemos que los Neanderthal de Europa y de Cercano Oriente eran sólo una de las tres clases de poblaciones, al menos, que ocupaban diversas áreas del Viejo Mundo hace unos 100.000 años. Los pocos fósiles que se han encontrado de esa época provenientes de Extremo Oriente bastan para mostrar que la gente de allíera diferente tanto de los Neanderthal como de nosotros, los humanos modernos, pero se han encontrado tan pocos esqueletos que no se ha podido describir a estos antiguos asiáticos con mucho detalle.
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Los más caracterizados contemporáneos de los Neanderthal eran africanos, y algunos de ellos tenían un cráneo decididamente moderno. ¿Significa esto que fue en Africa, hace 100.000 años, donde dimos el Gran Salto Adelante? Aunque nos sorprenda, la respuesta es, una vez más, negativa. Las herramientas de piedra de esos africanos de aspecto tan moderno eran similares a las herramientas de los nada modernos Neanderthal, así que nos referiremos a ellos como "africanos del Paleolítico Medio". Aún carecían de instrumentos de hueso, de arcos y flechas, de arte y de diversidad cultural. A pesar de sus cuerpos modernos, aún les faltaba algo indispensable para dotarlos con una conducta moderna. Algunas cuevas de Sudáfrica ocupadas por humanos hace 100.000 años nos han proporcionado, por primera vez en la historia de la evolución humana, con una información detallada acerca de lo que la gente comía. Entre los huesos hallados en esas cuevas había muchos de foca y de pingüino, así como conchas de mariscos, tales como las lapas; los africanos del Paleolítico Medio fueron la primera gente de la que sabemos con seguridad que obtenía comida del mar. Sin embargo, las cuevas contienen muy pocos huesos de pescado o de aves voladoras, indudablemente porque esa gente aún carecía de anzuelos o de redes. Entre los huesos de mamíferos los hay de varias especies de tamaño medio, especialmente de un antílope llamado eland (género Taurotragus). Los huesos de las cuevas son de elands de todas las edades, como si los humanos se las hubieran arreglado para atrapar a una manada entera y liquidar a todos sus componentes. Pero quizás el secreto de tanto éxito cazador consiste en que los elands no son nada desconfiados y es fácil reunirlos en manadas. Es probable que los cazadores de vez en cuando se las arreglaran para empujar a una manada entera hacia un barranco, arrinconándola: esto explicaría la distribución de edades en los huesos hallados en las cuevas, que se corresponde con la distribución de edades normal en una manada. En cambio, con los animales más peligrosos, tales como búfalos, cerdos salvajes, elefantes y rinocerontes, la situación era muy distinta. Los huesos de búfalo son en su mayor parte de ejemplares muy jóvenes o muy viejos, y los de jabalí, elefantes o rinocerontes son escasísimos, todo lo cual viene a decir que si bien los africanos del Paleolítico Medio practicaban la caza mayor, no se los puede llamar aún grandes cazadores: evitaban todo lo posible las presas peligrosas, o bien se limitaban a meterse con las crías o con los ejemplares viejos y debilitados. Esta elección
no era cobardía sino prudencia: sus mejores armas aún eran
las lanzas arrojadizas pues carecían de arcos y flechas, y andar
provocando a un búfalo o a un rinoceronte adulto con una lanza
es, que yo sepa, la manera más fácil de suicidarse. Así
que, al igual que sucedió con otros hombres primitivos (y aún
sucede hoy en día con los pueblos que todavía viven en el
Paleolítico), supongo que estos cazadores vivían principalmente
de las plantas que recogían y de la caza menor. Eran mucho más
efectivos consiguiendo algo de carne que los babuinos u otros monos omnívoros,
pero aún no tenían la sabiduría ni la destreza que
hoy tienen bosquimanos o pigmeos.
Son muchas las pruebas de que esa gente de fines de la última glaciación eran, ahora sí, grandes y eficaces cazadores de caza mayor. Vérselas con algunas de estas presas debe haber exigido métodos de cacería comunitarios, basados en un conocimiento minucioso de las costumbres y conducta de cada especie. Además, los asentamientos de Cro-Magnon son más numerosos que los de los Neanderthal o de los africanos del Paleolítico Medio, lo que indica que aquéllos tuvieron más éxito a la hora de conseguir comida. Numerosas especies animales que habían sobrevivido a las anteriores glaciaciones se extinguieron a fines de la última, así que es posible pensar que no acabó con ellas el frío, sino la creciente habilidad cazadora del hombre. Entre las posibles especies de esa lista pueden incluirse, entre los animales europeos, el rinoceronte peludo y los ciervos gigantes; entre los africanos el búfalo gigante y el gran caballo del Cabo, y -una vez que las mejoras tecnológicas permitieron a los humanos ocupar nuevas regiones y continentes-, los mamuts de Norteamérica y los canguros gigantes de Australia. A propósito de Australia, este continente fue ocupado por humanos hace alrededor de 50.000 años, lo que implica que para entonces ya existían embarcaciones capaces de atravesar los 100 kilómetros que separan la costa australiana de las islas indonesias más cercanas.
Las herramientas de piedra nos hacen pensar en un cavernícola de cómic, gruñendo mientras arrastra a una mujer a su cueva. Pero nos podemos formar una idea más ajustada de lo que eran los Cro-Magnon si pensamos en lo que dirían en el futuro los arqueólogos al excavar los restos de una aldea de Nueva Guinea de 1950. Para empezar, encontrarían unos pocos tipos de hachas de piedra: casi todo el resto de las pertenencias eran de madera o de cuero y habrán desaparecido. No quedará nada de las viviendas de varias plantas superpuestas, nada de los tambores y flautas de madera, nada de las excelentes canoas o de las esculturas talladas y pintadas en madera. Tampoco quedará nada del complicado lenguaje utilizado por la gente de esa aldea, ni de sus canciones, ni de sus estructuras sociales, ni de su conocimiento de la Naturaleza. Por razones
históricas, la cultura material de Nueva Guinea era hasta hace
muy poco la de la Edad de Piedra, una cultura "primitiva", pero
los neoguineanos son seres humanos completamente modernos: los hijos de
muchos de esos habitantes de la Edad de Piedra son ahora pilotos de avión,
operan con ordenadores o gobiernan un Estado moderno. Si una máquina
del tiempo pudiera llevarnos 35.000 'años hacia atrás, creo
que nos encontraríamos con que los Cro-Magnon eran un pueblo
igualmente moderno, capaz de aprender a conducir un avión. Hacían
herramientas de piedra Se ha argumentado que quizás en Europa los Neanderthal evolucionaron dando como resultado a los Cro-Magnon. Esto parece, en la actualidad, cada vez menos probable. Los últimos esqueletos de Neanderthal de hace unos 35 o 32.000 años eran totalmente neanderthalianos, mientras que los primeros Cro-Magnon aparecidos en Europa para esa misma época eran anatómicamente del todo modernos. Puesto que ya había gente anatómicamente moderna, en Africa y Cercano Oriente, desde hacía decenas de miles de años, parece mucho más probable que esa gente haya invadido Europa, y no que hayan surgido allí.
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