Matrimonio y divorcio
"El matrimonio es una unión culturalmente aprobada ógeneralmente por el derechoó entre un hombre y una mujer que residen juntas y contaen determinados derechos y obligacones, dentro de la cual está admitida la relación sexual y de la que se supone que nacerán hijos." Esta definición de un diccionario de sociología no recoge la diversidad de formas de matrimonio existentes en el mundo y ni siquiera se adecúa con muchas de las nuevas fórmulas de convivencia desarrolladas en nuestra sociedad. De las diversas formas que adopta el matrimonio, dos son las más generalizadas: la monogamia (en la que el cónyuge posee un solo esposo o esposa en un momento dado) y la poligamia (en la que la pluralidad de esposos o esposas está permitida por la colectividad). A su vez, la poligamia puede ser poliginia (el matrimonio de un hombre con dos o más mujeres) y poliandria (el matrimonio de una mujer con dos o más hombres). La fórmula más corriente entre las diversas sociedades, si nos atenemos al estudio de Murdock, que hizo una comparación entre 565 sociedades, es la poligamia, permitida y practicada en más del 80% de ellas. De la poliandria apenas se conocen casos, y estos son tan marginales que incluso se podría dudar de su existencia como relación estable y generalizada de una sociedad. La poliginia es más frecuente, aunque en las sociedades donde se permite, casi todos los matrimonios son de hecho monógamos, ya que sólo unos pocos hombres de gran riqueza o estátus superior pueden sostener dos o más familias. ((Es decir, por más legitimada que esté, la poliginia suele encontrarse con barreras económicas, de manera que queda relegada a los estratos más ricos de la sociedad, donde el número de esposas es un signo de estátus elevado)). Nuestra sociedad es monógama, aunque dada la elevada tasa de divorcios que existe actualmente en la mayoría de países occidentales, debería denominarse monogamia sucesiva. Es decir, a los individuos se les permite tener más de un esposo o esposa secuencialmente, aunque nadie puede tener más de un marido o mujer a la vez. ¿Cómo se contrae matrimonio? Dos son las prinicpales maneras de llegar a él: por un pacto entre familiares de los futuros cónyuges o por elección individual ótal como impera entre nosotros. La primera fórmula es, de alguna manera, la tradicional y de las más extendidas en otras culturas: dos familias se ponen de acuerdo en casar a sus hijos y según la tradición establecen la dote. En la otra fórmula dos personas deciden casarse y eligen entre hacerlo estableciendo su convivencia, casándose por lo civil o por el rito religioso. Sea cual sea la formula elegida para contraer matrimonio, lo cierto es que siempre hay que seguir un conjunto de normas endogámicas y exogámicas. En todas las sociedades existe un conjunto de normas implícitas o explicitas que regulan el matrimonio y que determinan con quién no debe uno casarse y con quién es conveniente que lo haga. Todas las sociedades tienen unas normas de exogamia en función de las cuales el cónyuge debe ser seleccionado fuera de determinado grupo; y prácticamente todas tienen también unas normas de endogamia que obligan a (o al menos sugieren la conveniencia de) elegir cónyuges dentro de una categoría social determinada que puede estar definida por factores como el lugar de nacimiento, la raza, la religión, la edad o el estátus socioeconómico. Dicho en otras palabras, las leyes o las costumbres designan para cada individuo un número restringido de personas con las que puede contraer matrimonio. En algunos casos la regulación es tan amplia que un hombre puede contraer matrimonio con cualquier mujer exceptuando su abuela, madre, hermana, hija o nieta; en otros es tan restringida que sólo le permite, por ejemplo, casarse con la hija mayor del hermano de su madre. La prohibición del incesto es una regla de exogamia y parece ser una práctica social universal. Esta norma proscribe el matrimonio entre parientes cercanos, aunque la definición de parientes cercanos no es siempre la misma. De la misma forma que existen normas que regulan el matrimonio, existen otras que regulan su disolución. Por último, el divorcio es la institución que permite la disolución del matrimonio en vida de los cónyuges. No sólo hace referencia a la separación y ruptura de la convivencia y a la separación y de los bienes del marido y de la mujer, sino que incluye también la posibilidad de contraer nuevo matrimonio por parte de cada uno de ellos con otras personas. La mayoría de las sociedades conocidas han permitido el divorcio de acuerdo con requerimientos más o menos rigurosos. Durante muchos siglos, el matrimonio en Occidente se ha considerado virtualmente indisoluble. Los divorcios sólo se concedían en ciertos casos muy restringidos, como el de la no consumación del matrimonio. El catolicismo o el hinduismo no permiten el divorcio. El proceso de secularización de nuestra sociedad ha llevado a ampliar de tal forma las causas y justificaciones del divorcio a lo largo del siglo XX que ahora se permite por el divorcio por voluntad libre de los cónyuges. [Harris M.: Sobre el matrimonio] [Un hombre sólo puede tener dos mujeres si impide a otro que tenga una] [VVAA: Endogamia y exogamia en Asia Central] [¿Con quién puede casarse el príncipe Carlos de Inglaterra?] [Alberdi I.: El divorcio fortalece la familia] [Actividad 9: Divorcio y amor] [Actividad 10: Casarse en Cataluña] |