Améscoa Alta
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C.P. Las Améscoas
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 

Ermita de Nuestra Señora la Virgen Blanca
La ermita de la Blanca se hallaba en el termino de AIZURIA- BIZCARRA.Existe un testimonio documentalmente fahaciente: "En 1688 Isabel Pérez de Eulate, beata que fue de nuestra Señora la Blanca e hija de este lugar, que murió en Vitoria, mandó en su testamento una pieza de una robada para la ermita de Nuestra Señora y dicha pieza está en término que llaman Aizuria Bizcarra"
En el año 1.717 el Visitador Dr. Juan de Arnedo, Caballero del Hábito de Santiago y Arcediano de Calahorra, en su visita Pastoral a Larraona, invitó y aconsejó construir una ermita nueva a la Virgen Blanca, puesto que dicha Basílica se halla en despoblado y distante del lugar con riesgo manifiesto de que la hurten. En la misma visita ordena que, informado de la manda que un devoto ha hecho a dicha Santa Imagen del valor de un cáliz mediano, da comisión y facultad para que puedan vender las alhajas de plata y con su valor y el del cáliz ofrecido, hagan un cáliz grande.
No debieron de tomar en consideración los de Larraona estos consejos del Visitador, porque hasta el año 1782 no se decidieron a construir una ermita nueva. Juan Sáez de Jauregui, mayordomo, es el encargado de satisfacer al maestro ejecutor de la nueva ermita.
El maestro ejecutor de la ermita fue Tomás Alberdi, a quien el Mayordomo entregó, en 1783, 987 reales y 16 maravedíes y Sebastián Sáez de Larramendo, maestro del edificio, reconoció toda la fábrica.
A Sebastián Sáez de Jauregui fueron entregados 400 reales por el retablo de la nueva ermita y 17 reales al cantero por la pila del agua bendita.

El ermitaño
También tenía la Virgen Blanca su ermitaño servidor humilde y fiel que cuida de su ermita y enseres y recoge limosnas: Se conocen en nombre de algunos de ellos. En 1605 es Martín Ruiz de Larramendi el "Santero" a quien se pagan cinco reales para sustento durante la obra, encariñado con su Virgen le deja en su testamento, (año 1612) dos ducados. En 1707 el ermitaño se llama Miguel de Ondarra, que entregó el 24 de Septiembre dos robos de trigo que recogió en honor de Nuestra Señora la Blanca, y el día del repartimiento de dos diezmos, hizo de limosna medio robo de trigo. El día de San Marcos recogió tres tarjas para la luminario de Ntra. Señora. En el inventario de 1799 se dice: "Las alhajas y ornamentos se entregaron a Ramón de Zuazu, ermitaño, que se obliga a dar satisfacción de todo ello al Mayordomo que fuere de la ermita".

La Cofradía
Parece ser que en 1588 se fundó la Cofradía de Nuestra Señora la Blanca, que tenía como fin honrar a la Virgen María y procurar sufragios y oraciones por las almas de los cofrades difuntos. No se tienen noticias ni datos de la vida y actividades de esta Cofradía hasta que en 1713 se renovaron sus Estatutos.
Se presupone que se hacía todo con buena intención y no se registraban sus actividades. Los Mayordomos o Encargados de la Cofradía procurarían se diese culto a la Señora, recogiendo limosnas, encargarían misas y todo ello con honradez; pero de llevar un control por escrito, nada.
Fue en el año 1731 cuando se renovaron los estatutos de la Cofradía. En este año, se ordenaron y se asentaron sus estatutos, que fueron aprobados por el Obispo de Calahorra y La calzada, diócesis a la que pertenecía entonces la parroquia de Larraona. En estos Estatutos capitularon: "Que por cada hermano difunto se celebrara una misa en la ermita de Nuestra Señora la Blanca, y por estas misas se pagase un cuartal de trigo. Que se hagan seis cirios rojos y se enciendan en el entierro de los cofrades. Que cuando un cofrade falleciera, cada hermano está obligado a rezar, en sufragio de su alma, setenta Paternoster con el Ave María. Que se celebre una misa cantada al domingo siguiente de la muerte de cada cofrade".