casos de Freud

Textos: S.Freud, Psicopatologia de la vida quotidiana.Cas 1
Cuando estando en mi casa dedicado a algún trabajo interesante tengo que interrumpirlo para ir al hospital y emprender en él alguna labor rutinaria, me sorprendo con mucha frecuencia intentando abrir la puerta del laboratorio con la llave del despacho de mi domicilio, a pesar de ser completamente diferentes la una de la otra. Mi error demuestra inconscientemente dónde preferiría estar en aquel momento. Hace años ocupaba una posición subordinada en una cierta institución, cuya puerta principal se hallaba siempre cerrada y, por tanto, había que llamar al timbre para que le franqueasen a uno la entrada. En varias ocasiones me sorprendí intentando abrir dicha puerta con la llave de mi casa. Cada uno de los médicos permanentes de la institución, cargo al que yo aspiraba, poseía una llave de la referida entrada para evitarse la molestia de esperar a que le abriesen. Mi error expresaba, pues, mi deseo de igualarme a ellos y estar casi “en mi casa.

Cas 2
Hace algún tiempo trabajaba con varios colegas en el laboratorio de la Escuela Superior, en una especie de complicados experimentos de elasticidad, labor emprendida voluntariamente, pero que empezaba a ocuparnos más tiempo del que deseábamos. Yendo un día hacia el laboratorio en compañía de mi colega, el señor F., expresó éste lo desagradable que era para él verse obligado a perder aquel día tanto tiempo, pues tenía mucho trabajo en casa. Yo asentí y dije medio en broma: “Por fortuna, es de esperar que la máquina falle otra vez y tengamos que interrumpir pronto el experimento. Así podremos marcharnos pronto”.
En la distribución de trabajo toco a F. regular la válvula de prensa; esto es, iría abriendo con prudencia para dejar paso poco a poco el líquido presionado desde los acumuladores al cilindro de la prensa hidráulica. El director del experimento gritó “¡Alto!”. Al oír la voz de mando, F. Cogió la válvula y la giró hacia la izquierdo, aunque todas las válvulas cerraban hacia la derecha. Esta falsa maniobra, hizo que la máquina fallase… y nos obligó a abandonar el trabajo por aquel día y regresar a nuestras casas.
Es muy característico que, hablando de este incidente algún tiempo después, F. No pudo recordar las palabras que le dije al dirigirnos juntos al laboratorio, palabras que yo recordaba con plena seguridad.

Cas 3
Tengo actualmente en tratamiento a una señora ya madura que no lora recordar jamás recordar ni siquiera aquellos nombres más vulgares o que le son conocidos, a pesar de poseer en general una buena memoria. En el análisis se demostró que lo que quería era hacer notar su ignorancia por medio de este síntoma. Esta demostrativa exhibición de su ignorancia era, en realidad, un reproche a sus padres, que no le dejaron seguir una enseñanza superior. Su atormentadora manía de limpiar y fregarlo todo procede también, en parte, del mismo origen. Con ella quiere expresar aproximadamente; “Habéis hecho de mí una criada”

Cas 4
Recordamos aún cómo declaró abierta una sesión el presidente de la Cámara de Diputados austriaca: “Señores diputados –dijo-. Habiéndose verificado el recuento de los diputados presentes, se levanta la sesión”. La general hilaridad le hizo darse cuenta de su error y enmendarlo en el acto. La explicación de este caso es que el presidente deseaba ver llegado el momento de levantar la sesión, de la que esperaba poco bueno y la idea accesoria se abrió camino, sustituyendo “se abre” por “se levanta”.

Cas 5
A veces la equivocación descubre algo característico del que la sufre. Una casada joven, que ordenaba y mandaba en su casa como jefe supremo, me relataba un día que su marido había ido a consultar al médico sobre el régimen alimenticio más conveniente para su salud, opiando el doctor que no necesitaba seguir ningún régimen especial. “Así pues- continuó la mujer-, puede comer y beber lo que yo quiera”.

Cas 6
“Ha visto usted el escaparate de Wetheim. Está muy bien descotado. “No habiendo podido expresar en voz alta su admiración ante el escote de la bella señora, su pensamiento retenido se había abierto paso aprovechando la semejanza de las palabras descotado y decorado. Y transformando la decoración del escaparate de una tienda en un descote

Cas 7
Un profesor de anatomía se ocupaba en cátedra de la explicación de la cavidad nasal. Habiendo preguntado a su auditorio si habían comprendido, recibió una general respuesta afirmativa. El profesor, con un alto concepto de si mismo, dijo: “No me es fácil creer que me hayan entendido todos, pues las personas que conocen estas cuestiones, referentes a la cavidad nasal, pueden, aún en una ciudad de más de un millón de habitantes, como Viena, contarse con un dedo, perdón, con los dedos de la mano