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Si en el mundo todos los caminos nos llevan a Roma, en España todos los caminos nos conducen a Santiago. Según la tradición, Santiago apóstol vino a predicar el Evangelio a España muy poco tiempo después de la muerte de Jesús, su maestro. En el año 40, fue visitado por la Virgen en Zaragoza para animar su predicación y confirmarlo en su fe. De manos de la Virgen recibió la columna del Pilar sobre la que se construyó el primer templo mariano de España. Curiosamente el camino llamado francés no pasa por Zaragoza ciudad con tantas razones o más para ser visitada como Santiago. Sin embargo, son muchos los peregrinos que, seguidores de la tradición, van al Pilar a besar la columna que la Virgen entregó al apóstol.
Preciosas joyas románicas, humildes unas, suntuosas otras, esperan al peregrino que desde Zaragoza prosigue su caminar por los pueblecitos llenos de encanto e historia que encontrará en los senderos impolutos del Camino soriano. En sus dos ramales principales a través del Burgo de Osma o de San Leonardo hacia el Monasterio de Silos, un mundo de paz, de misticismo y de evasión espiritual guiará sus pasos. La ausencia de contaminación lumínica e industrial de estos parajes le permitirán contemplar en su plenitud la vía láctea, guía de peregrinos, o el lucero del alba que le invitará a reiniciar la jornada. |
