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Descripción de la portada y de la galería porticada.

La portada se adelanta con respecto al muro, es de sillería destacando sobre el muro de sillarejo, está formada por tres arquivoltas simples carentes de decoración, que a su vez apoyan sobre jambas de la misma simplicidad. Sobre la puerta de medio punto y sujetando el alero, en el que apoyaría un pequeño tejaron, hay seis canecillos esculpidos. Vemos pues que se trata de una portada que se ajusta al esquema típico de las portadas románicas, pero que carece de la decoración profusa que presentan las más ricas de éstas, lo que nos habla de un románico eminentemente rural y además tardía.

La galería porticada está formada por una arquería de siete arcos de medio punto. El arco central más bajo se apoya en jambas y los restantes, elevados sobre un podio, apoyan en dobles columnas de sencillas basas áticas, fustes monolíticos y con ábacos troncopiramidales.

El arco central está enfilado con la puerta de acceso a la iglesia, es más bajo y con una imposta en nacela.Una serie de canecillos lisos sustentan un sencillísimo alero que no es más que una cornisa tallada en forma de gola. La sillería no es muy regular y la carencia de decoración en arcos, cimacios, linea de imposta de las jambas y sus canecillos lisos del alero, nos hablan de una gran sencillez, siendo la decoración de los capiteles, tallados en piedra arenisca, y la de los canecillos del alero de la portada, la única en toda la parte exterior de la iglesia.
El hecho de que los canecillos de la portada estén decorados y los de la galena no, nos hace pensar en una construcción más tardía de ésta con respecto a aquélla.

Estudio iconográfico de los capiteles y de los canecillos esculpidos.

Debemos diferenciar claramente dos grupos a la hora de estudiar los capiteles en relación a su temática, como ya lo han hecho los investigadores precedentes1: vegetal y figurada. Debemos tener en cuenta que las aproximaciones más serias al estudio iconográfico del pórtico de la iglesia de Omeñaca se hicieron antes de su restauración, y tras ésta contamos con tres capiteles más. Dos de ellos vieron la luz al retirarse el muro que cegaba los tres arcos del lado derecho, y el tercero, que se conserva en el Museo Numantino, fue encontrado en las excavaciones de la cimentación de la galería, lo que indica que el pórtico fue más largo hacia el Oeste con al menos un arco más, sobresaliendo hacia este lado del muro de cerramiento de la iglesia. Es probable que el lado occidental del pórtico estuviese abierto con un pequeño arco como ocurre en las iglesias de la Ribera de las que ésta toma, como parece ser, otras influencias, sin embargo el capitel encontrado no parece que tuviera cabida en un arco de ese tipo.

En palabras de Gaya Nuño2 estamos ante unos "capiteles de talla tardía y poco cuidada, pero revelan una copia atenta en cuanto a las figuras y disposición de los mejores modelos silenses de la provincia vistos en la colegiata de Soria, pero copia adulterada por la

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1. Nos hemos basado para este estudio principalmente en las interpretaciones hechas por QUIÑONES COSTA, A. M, ob. cit. págs. 209 a la 218, y en el estudio simbólico de los monumentos del Románico Soriano de SAINZ MAGAÑA; M. E., ob. cit., 1984, págs. 391 a la 395.
2. GAYA NUÑO, J. A., ob. cit, pág. 250.

gran pobreza decorativa de la región donde se enclava Omeñaca": Hay diferentes influencias y se toman los motivos más representados en San -Pedro de Soria tomó bien señala Gaya. Además, hemos comprobado que hay, tanto en el tratamiento de lós temas como en la elección de lós mismos, una gran relación con la iglesia de St°. Dómingo, concretamente con los capiteles esculpidos que culminan los pilares de la nave de esta iglesia. Veremos también como se establecerá una conexión con las esculturas de la sala capitular de la Catedral del Burgo de Osma.

Contando el capitel del Museo Numantino hay nueve capiteles en total, de los cuales, cinco responden a temas vegetales y el resto a temas figurados.

Los capiteles de temática vegetal empezando por el situado a la derecha son:

Decorado con dos filas de palmetas superpuestas interpretadas de manera muy tosca.
Hojas de palmeta rodeadas por tallos entretejidos formando arcos en la parte inferior y que, se prolongan a un segundo registro del que penden piñas. La talla es tosca pero de mayor calidad que el capitel anterior.
Adosado al machón derecho del arco de acceso, decorado con palmetas superpuestas más hinchadas que las del primer capitel y de técnica similar al anterior.
Adosado al machón izquierdo del arco de acceso, decorado con grandes hojas de palmetas de las que penden piñas o pomas. Es el que presenta una talla y técnica más ruda, más aún que la del primer capitel.
(Suponemos que ese sería el lugar que ocuparía) repite el tema del primer capitel y la talla es igualmente tosca.

El tema de las palmetas superpuestas y su técnica no presentan una relación con lo silense, pero es el tema mas repetido en el claustro de la Concatedral de San Pedro de Soria que se estaba realizando unos años antes que el pórtico de Omeñaca. Hay que tener en cuenta que la calidad de la talla de los capiteles del claustro de San Pedro nada tiene que ver con el tosco trabajo realizado en Omeñaca, pero está claro que el artífice de la escultura de este pórtico era conocedor de lo que se estaba haciendo en la capital soriana. Además estos temas vegetales de palmetas superpuestas de las que, a veces, penden piñas también es uno de los más repetidos en el interior de la iglesia de Santo Domingo y aquí podemos apreciar mayor conexión tanto en la talla como en las formas. Vemos pues la gran relación, por otra parte lógica, que guarda Omeñaca con la villa de Soria. También hemos podido apreciar una gran conexión tanto temática como técnica con los capiteles de la sala capitular del Burgo de Osma1. Por otro lado, los capiteles que presentan palmetas y piñas repiten un tema muy característico del Románico Soriano que parece tener una ascendencia oriental.

La decoración vegetal de los capiteles no tiene su primera aparición en el Románico, sino que entre los visigodos era un motivo muy empleado. En el Románico las hojas de palmeta se hacen más pesadas y las hojas de acanto más carnosas, las volutas aparecen a veces muy rudimentarias cuando de las hojas nacen tallos de los que penden piñas o pomas (como en el caso que nos ocupa).

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1. QUIÑONES COSTA, A. M., ob. cit., pág. 209.

Las hojas carnosas de acanto son símbolo de la carne del pecado de la que nacen los vicios1, pero creemos que aquí se han utilizado más como un tema decorativo sin más.

Los capiteles con decoración figurada son, en líneas generales, los más cuidados y, sin duda, los más interesantes.

Vamos a comenzar analizando el más interesante tanto por la talla como por el tema que en él se representa. Se trata del segundo capitel del lado izquierdo. Es, en opinión de Ana Mª Quiñones, este capitel el que confiere a la escultura y estudio iconográfico del pórtico de Omeñaca verdadera importancia tanto por su talla como por los temas fabulísticos e historiados aquí plasmados. En su frente exterior se representa un ser híbrido con cabeza humana, cuerpo de ave y patas con pezuñas. Al lado izquierdo de este ser, surge un tallo de vid que le agarra por el cuello. En la cara derecha del capitel se repite el mismo tema, pero ahora son dos seres afrontados y dispuestos simétricamente con el tallo de vid como eje de simetría que les rodea el cuello y les obliga a volver la cabeza hacia el centro. Estos seres híbridos tienen su origen en la mitología de las antiguas civilizaciones (Mesopotamia, Egipto, India, Persia, incluso en el arte islámico), encontrando varias formas de pájaro-hombre en la mitología clásica como las sirenas, arpías...etc. estas figuras son las que llegaron a la Edad Media aunque, claro está, con una lógica transformación debida al paso del tiempo. Para los escritores cristianos estas "sirenas" eran símbolo de la voluptuosidad engañosa y mortal, y de los herejes y sus doctrinas perniciosas contrarias a la iglesia, que bajo la apariencia amable e incluso atrayente encierran un peligro mortal. La escena es de origen oriental2. Según las tradiciones caldeas, dos árboles celestes se alzaban a la puerta de la morada de los dioses: el de la vida y el de la verdad. Los guardianes de estos árboles solían ser unos toros alados.