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El autor de este capitel ha copiado la temática que representa el que hemos considerado como primer maestro en el segundo capitel del lado izquierdo y así repite los mismos temas distribuidos de igual manera: en la cara frontal del capitel se representa una sirena-pájaro con cabeza masculina; en la cara del lado derecho se representan dos sirenaspájaro ambas con cabezas masculinas barbadas; en la cara interior se plasman dos trasgos

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1 QUIÑONES COSTA, A. M., ob. cit. pág. 2I6

afrontados y estrangulados por tallos vegetales; y en la cara del lado izquierdo se vuelve a tratar el tema de Sansón y el león y un caballero armado con una lanza y vestido con una larga túnica, aunque en esta ocasión sin escudo, que acaba con un trasgo.

El escultor de este capitel podría ser perfectamente un alumno del primer maestro, el mismo que realizara el tercer capitel del lado izquierdo y consigue una aceptable interpretación de las alas y de las plumas, así como en la individualización de los rostros barbados, pero sus figuras no gozan de la plasticidad de las del primer maestro con una talla de menor volumen donde las figuras apenas se despegan del fondo. Utiliza un canon más corto para adaptar las figuras al marco ya que no logra esa flexibilidad en los movimientos de las figuras y así estas aparecen estáticas e inexpresivas. La técnica aquí utilizada es la misma que se daba en el tercer capitel del lado izquierdo, así que podemos decir con certeza que se trata de la misma mano. Este maestro trata este tema por imitación del anterior capitel de ahí que plasme el tema con mayor torpeza al no ser una obra creada por él. Este escultor no tiene la habilidad suficiente para superar al maestro del primer capitel, pero sin embargo, ya se ven detalles de una cierta calidad como en la consecución de las plumas y la individualidad de los rostros, aunque por otro lado, falla en la excesiva esquematización de los vegetales y no llega a conseguir el movimiento logrado por su maestro.

El programa iconográfico de este capitel viene a ser el mismo de antes: la Ayuda Divina como arma ante los seres enviados por el maligno.

Los capiteles descritos aunque están decorados con diferentes temas iconográficos de clara simbología moralizante, no parecen encerrar un programa iconográfico conjunto, y son simplemente plasmaciones de una serie de temas frecuentes en el románico y de gusto popular, primando en ellos un fin decorativo.

Tras la descripción y análisis de los capiteles, podemos deducir la presencia de tres artífices diferentes en la escultura del pórtico:

El primero de técnica y estilo superior a los restantes que realizaría el segundo capitel del lado izquierdo del pórtico. Vemos en este maestro una gran conexión con la escultura de la Cuenca del Duero, de donde puede proceder probablemente, aunque tanto en los trasgos como en las sirenas está muy próximo a lo que se venía realizando en Soria años antes.

Un segundo escultor sería el discípulo del primer maestro al que trata de imitar. Llevaría a cabo la realización del primero, segundo y tercer capiteles del lado derecho y del tercero del lado izquierdo que, con una técnica inferior al primer autor, intenta plasmar los temas más repetidos en el claustro de la Colegiata de San Pedro de Soria, por lo que consideramos que conocería el arte que se venía realizando en la villa de Soria. Otorgamos también a su hacer el capitel encontrado en la restauración y conservado actualmente en el Museo Numantino de temática, técnica y estilo semejante al primer capitel del lado derecho de palmetas superpuestas.

Por último, vemos claramente una mano de inferior categoría y de origen eminentemente local que realizaría el capitel más occidental del pórtico y el que está adosado al machón izquierdo del arco de entrada, siendo éstos torpes imitaciones de los temas representados en el resto de capiteles de la galería porticada, concretamente, del tercer capitel del lado derecho y del tercero del lado izquierdo, ambos pertenecientes al que hemos considerado como segundo maestro. Hemos visto, además, como la técnica y temática de este escultor guarda una estrecha relación con la escultura de los canecillos de la iglesia de la vecina población de Tozalmoro, por lo que deducimos que podria tratarse de una mano local que se movería por la zona.

Vemos por tanto como en Omeñaca no trabajó un taller unido, más bien se debe su hacer a manos distintas que trabajaron juntas en esta ocasión.
Los canecillos esculpidos que coronan la, portada de la iglesia y sustentan el alero, están adornados de derecha a izquierda con las siguientes representaciones:

  1. En un canecillo de tamaño superior al resto, se representan dos figuras, una masculina y otra femenina, abrazadas y con el rostro vuelto hacia el frente.
  2. Figura humana cabeza abajo que posiblemente represente a un saltimbanqui.
  3. Representación muy tosca de un personaje encogido en cuclillas.
  4. Rostro humano.
  5. Una liebre.
  6. Un barril.
  • Más información sobre los capiteles aquí
Estos canecillos, siguen la temática tradicional que se da en toda la zona, y repiten los temas tratados en los canecillos esculpidos de Tozalmoro, aunque estos de Omeñaca presentan mayor simplicidad en las formas.
Los temas de la liebre, el barril y el rostro humano aparecen representados en Tozalmoro de la misma forma que aquí. En cuanto al personaje en cuclillas se representa en Omeñaca de manera mucho más tosca que en la localidad vecina.

Puede tratarse de la representación de un músico o de un juglar, ya que no es raro que aparezcan estos temas populares y así podemos verlo también en la representación del saltimbanqui. En Tozalmoro aparecen representados en dos canecillos diferentes pero próximos en su colocación, un hombre y una mujer mostrando sus genitales en lo que puede ser una alusión a la lujuria. Parece reflejar algo similar el primer canecillo de Omeñaca con un hombre y una mujer abrazados y unidos en la parte inferior por una forma fálica.

Temas como el del barril, el saltimbanqui, los cuerpos abrazados y los músicos, los vemos en iglesias de la Ribera como Andaluz, Aguilera así como en la cuna de todas estas iglesias porticadas, San Miguel de San Esteban de Gormaz.Con esto comprobamos que no se trata de algo exclusivo de esta zona. Sea como fuere, no vemos en estas plasmaciones un simbolismo moralizante sino simples temas populares que reflejan la vida cotidiana de la época, además, no se da en estos canecillos ninguna innovación técnica ni temática. Por el contrario, debemos decir que los temas vienen repitiéndose Duero arriba y la técnica utilizada en su ejecución es ingenua y su autor de procedencia eminentemente local. Incluso el autor de estos canecillos esculpidos podría ser el mismo que hiciera el primer y último capiteles del lado izquierdo.

Como conclusión a este análisis iconográñco de la escultura de la galería y portada de la iglesia, cabe decir que se trata de un ejemplo del más puro románico rural que se da en toda la provincia, y que es un eslabón más en la larga cadena que viene repitiendo los temas silenses. Aparecen en Omeñaca cargados del influjo de la Ribera del Duero y de la Catedral de Osma que trae el que hemos considerado como primer maestro, estando muy influida también la escultura de este pórtico por la plástica que se viene realizando en la villa de Soria, concretamente en el claustro de la Concatedral de San Pedro y el interior de la nave de la iglesia de St°. Domingo, aunque en Omeñaca no se alcanza el grado de calidad de estas obras.