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Bienvenidos a la batalla por la vida y la dignidad humana.

  • La defensa de la vida y la dignidad humana es la idea más moderna y progresista que existe.
  • En este s. XXI el respeto a la «dignidad humana» debe convertirse en algo vertebrador e incuestionable en cualquier circunstancia.
  • El aborto, lacra social y paradigma de la falta de reconocimiento y no respeto a la «dignidad» de todo ser humano.
  • En este s. XXI se impone, pues, la restauración del valor de la vida y dignidad humana como valores en alza al lugar que les corresponde, especialmente en sus eslabones más frágiles y vulnerables. Tan noble tarea es responsabilidad de todos.

«Progreso», «bienestar», «valores en alza», «dignidad humana». El «progreso» que se nos propone desde el poder político no implica de por sí una mejora social cualitativa, que los ciudadanos sean mejores, ni que los valores de una sociedad sean dignos de ser imitados. El «progreso material» por sí solo no es signo de verdadero progreso. El respeto a la «dignidad humana» debe convertirse en este s. XXI en uno de los ejes vertebrador de toda sociedad que se precie de avanzada. Algo incuestionable en cualquier circunstancia.

El aborto, paradigma del no reconocimiento y falta del respeto debido a la «dignidad» de todo ser humano. Constituye una grave lacra social, expresión de una cultura que ensalza la muerte y no la vida. Supone la aniquilación de vidas humanas en gestación, violencia socialmente admitida, políticamente correcta, contra la vida humana, no denunciada por el poder político y a menudo jaleada por un pseudoprogresismo cavernario y casposo, impropia de las sociedad avanzada del siglo XXI. Un grave atentado a la vida humana en los primeros estadios del ciclo vital humano… Por todo ello, el aborto en su procedencia es progresista sí, proviene de una izquierda autodenominada progresista, pero no es un signo de auténtico «progreso» ético, moral, cultural, ni civilizatorio.

Frente a ello reivindicamos el reconocimiento efectivo de la «dignidad» de todo ser humano. Mientras nuestros dirigentes políticos se lavaban las manos ante la indigna situación, el drama de los refugiados de oriente próximo, otros reivindican la «dignidad» de toda vida humana, independientemente de las circunstancias en las que se encuentre.

Frente al descrédito de un mero bienestar y progreso materiales como meta y mito de las autodenominadas sociedades «progresistas», aspiramos a ensanchar la base social para que, ya desde ahora, pugne en favor de un auténtico progreso con un mayor fundamento ético, moral y civilizatorio. Durante un largo período de nuestra historia la infravaloración, trivialización y banalización de la vida humana en sus primeros estadios de desarrollo de la mano de un falaz progresismo y de un rancio feminismo radical ha sido evidente. En este s. XXI se impone, pues, la restauración del valor de la vida y dignidad humana en sus eslabones más vulnerables cómo valores en alza. Tan noble tarea es responsabilidad de todos. Bienvenidos pues al futuro: bienvenidos a la batalla ideológica-cultural por la vida y la dignidad de toda vida humana.

El I Foro europeo de la Federación «One Of Us» (Uno de nosotros) ha congregado por primera vez a 1200 participantes de 28 países europeos, 31 organizaciones nacionales y un destacado número de responsables políticos y expertos en cuestiones legales y de salud y ha lanzado un ambicioso programa de trabajo cultural, social y político, aspirando a reinstalar el derecho a la vida y la «dignidad humana» en el corazón del futuro de Europa.

«One of Us es la herramienta por antonomasia que permite ir cambiando la manera de ver las cosas, no solo sobre el embrión, sino sobre toda la dignidad humana». «La primera razón de ser de nuestras asociaciones es proteger a los débiles». J. F. Poisson, parlamentario francés

«Europa es la cuna de la civilización, aquí nació el Derecho, la ética. Europa trasladó a todo el mundo las grandes conquistas de la humanidad. Europa no puede pasar a ser la cuna de la cultura de la muerte. Tenemos que estar orgullosos de sentirnos europeos y ser los más modernos y avanzados. Eso solo se consigue defendiendo la vida». A. Ruiz- Gallardón

La «dignidad humana» es intocable

El futuro está abierto. No es un sino inexorable. No se nos viene encima. Podemos modelarlo, con lo que hagamos o dejemos de hacer.

Es obvio que no hace falta ser cristiano creyente para saber y percibir que determinadas posibilidades y proyectos de la biotecnología y la ingeniería genética contravienen los valores fundamentales de la vida humana. Son éstos unos valores que –no sólo aquí en Europa– se han ido acrisolando a lo largo de una historia milenaria. Y estos valores también constituyen la base de esa sobria frase al comienzo de nuestra Ley Fundamental, antepuesta a todo lo demás: La dignidad humana es intocable.

El futuro está abierto. No es un sino inexorable. No se nos viene encima. Podemos modelarlo, con lo que hagamos o dejemos de hacer. Tenemos muchas posibilidades, posibilidades formidables. Aprovechémoslas para un progreso y una vida a medida del ser humano. Johannes Rau, presidente de la República Federal Alemana, en un discurso pronunciado en 2001 titulado «Por un progreso a medida del ser humano».

«One of us»

Uno de nosotrosUn primer paso humilde, corto en relación a la gigantesca parcela de terreno moral conquistada por los partidarios del aborto, pero significativo. «One of us» (Uno de nosotros) subraya algo tan evidente en términos científicos, y sin embargo tan cuestionado por la doble moral hipócrita vigente entre nosotros, como que un embrión de nuestra especie es una persona en una fase temprana de desarrollo. Un ser humano provisto de todas las características inherentes a esa condición, dotado de una inalienable dignidad y merecedor de la correspondiente protección jurídica, tal como reconoció el Tribunal de Justicia de la Unión Europea en una sentencia histórica de 2011.

El espíritu que alienta la plataforma «One of us», sin embargo, va mucho más allá y delimita el campo de los principios en el cual es indispensable ganar la contienda definitiva; la que decidirá si prevalece en nuestras sociedades la consideración de la vida humana como un valor sagrado o si aceptamos que ese valor sea supeditado a otros intereses cambiantes en función de los tiempos o las conveniencias. Hoy por hoy quienes abogamos por otorgar a la vida la máxima prioridad, sin concesiones a la coyuntura, vamos perdiendo por goleada, hay que reconocerlo. Paradójicamente, ciertos sectores autoproclamados «progresistas», entre los que destaca el «feminismo» oficial, han logrado privar de entidad propia a la criatura en gestación y convertirla en un mero apéndice de su madre, dotada por ende del «derecho» a matarla o dejarla vivir según su libre albedrío. Lo han hecho en el terreno legal, gracias a las leyes de plazos vigentes en la mayoría de nuestros países, pero sobre todo en el plano moral e ideológico, hasta sembrar en buena parte de la opinión pública la convicción de que la supervivencia de un niño en el vientre de una mujer es un asunto que compete exclusivamente a esa mujer. ¿Por qué nos escandaliza entonces de tal modo el asesinato de un bebé recién nacido? ¿Cuál es la diferencia de concepto? ¿O acaso un ser humano adquiere esa condición en función de su tamaño? ¿Y por qué no de su color, como pensaban nuestros antepasados? ¿Cuánto tardaremos en llegar a valorar la dependencia como factor determinante, a medida que aumente el coste social correspondiente? «One of us» nos recuerda que ellos, los más pequeños, los más vulnerables, los que dependen de nuestra protección para salir adelante, son uno de nosotros. Nuestro futuro. Isabel san Sebastián, Diario ABC

El ejemplo de «One of us»

En el páramo en el que se ha convertido la defensa de la vida dentro de la sociedad civil, “One of us” está siendo la excepción valiente que confirma la regla. Reúne a 31 organizaciones de 16 países europeos y gracias a su iniciativa, por vez primera más de 1300 líderes se han reunido en París para celebrar el primer Foro One of Us, que tiene como objetivo la defensa, en todo el viejo continente, de la vida y la dignidad de la persona humana. Como bien afirmó su presidente, Jaime Mayor Oreja, en la inauguración del Foro este debate no es cualquier debate, está la vida de muchos seres humanos en juego y el cambio, que está en la raíz de cada persona, debe empezar en uno mismo.

En contra de lo que se nos hace creer demagógicamente, la defensa de la vida es la idea más moderna y progresista que existe. Son los que no defienden la vida los que realmente están anclados en el pasado, son ellos quienes han perdido la confianza en el ser humano y en lo que éste representa y los que tratan de enmascarar la insoportable realidad del aborto con vagos eufemismos. Lo sorprendente es que, enrocada ideológica, la mayor parte de la izquierda política no sea capaz de levantar esta bandera de defensa de los más débiles.

Necesitamos el arrojo y la determinación que está teniendo “One of us”. Solo así conseguiremos, en primer lugar, algo tan esencial como mantener vivo el debate y evitar que, como afirmaba el filósofo Julián Marías, en nuestro tiempo se acabe por consumar la gran perversión de la razón que es la aceptación social del aborto. Cadena COPE

El I Foro Europeo «One of us» sitúa en el centro del debate público la defensa de la vida

Más de 1300 personas se han reunido en París en el primer Foro Europeo «One of us» para devolver la defensa de la vida al centro del debate público. El acto comenzó en un ambiente distendido, en el que el mensaje más repetido ha sido la esperanza que supone para Europa el compromiso de tantas personas, sobre todo jóvenes, de todas las nacionalidades, con la defensa de la vida, quienes han protagonizado el Foro con su fuerte presencia en el evento. Jaime Mayor Oreja, ex ministro del Interior y presidente de One of Us (Uno de nosotros) inauguró y clausuró el Foro. Alberto Ruiz-Gallardón, ex ministro de Justicia, abrió los trabajos, Juan Manuel de Prada, escritor, hizo una reconstrucción histórica de los sucesivos intentos de manipulación y destrucción de los fundamentos de la vida y el alma humana, con fines eugenésicos, económicos, mercantiles, industriales o estatales.

«One of Us quiere ser el embrión de una nueva actitud personal y colectiva en defensa de la vida». «La crisis que vivimos exige un cambio de actitud personal, en nuestra raíz como personas».

«Una parte de la sociedad europea se siente huérfana en la representación pública de sus convicciones. J. Mayor Oreja

Jaime Mayor Oreja, presidente de One of Us, destacó que «el debate de la vida no es cualquier debate» y que «el cambio está en la raíz de cada persona: el cambio empieza en uno mismo». «No se trata de un acto más en defensa de la vida en Europa. Es, quiere ser, va a ser, el embrión de una nueva actitud personal y colectiva en defensa de la vida. La crisis que vivimos exige un cambio de actitud personal, en nuestra raíz como personas, ya que es en ese corazón moral donde se encuentran las raíces de nuestra civilización».

Jean-Frédéric Poisson, parlamentario francés del Partido Cristiano Demócrata, echó de menos que los gobernantes europeos no se comprometan con uno de los derechos fundamentales de la persona: su dignidad y su derecho a la vida. Explicó también que los ataques a la vida son idénticos en todo el mundo y que, en las reuniones con otros países  sobre cómo poner solución, siempre nos quedábamos con la buena intención de unir nuestras fuerzas; el escenario actual presenta una oportunidad para impulsar el cambio cultural para la defensa de la vida.

La Federación One Of Us está en este camino: el apoyo a los discapacitados, los tóxicómanos, las personas sin hogar, los mayores. “One of Us es la herramienta por antonomasia que permite ir cambiando la manera de ver las cosas, no solo sobre el embrión, sino sobre toda la dignidad humana”, afirmó Poisson. El parlamentario francés concluyó su intervención destacando que “la primera razón de ser de nuestras asociaciones es proteger a los débiles y, por esta razón, existen el Derecho y los políticos”.

Katalin Novak, ministra de Familia y Juventud de Hungría, habló de los avances que se han logrado en su país gracias a que los intereses de los ciudadanos y de los políticos son los mismos. En 2010, su partido consiguió introducir en la Constitución húngara un punto que dice que el ser humano tiene derecho a la vida y a la dignidad humana y hoy, seis años después, este partido político sigue gobernando. También se han impulsado políticas de ayuda a las familias que reflejan el aumento de los matrimonios, la disminución de los divorcios y la bajada del aborto en ese país. “Estoy muy orgullosa de estar aquí representando al gobierno húngaro. Todos debemos redescubrir los valores en los que nos sustentamos y defender a nuestros ciudadanos”.

La ministra húngara precisó que hay pequeñas organizaciones que ya no gritan porque piensan que lo obvio no necesita ser gritado. “Pero lo que se supone que es obvio no hay que dejarlo de lado: la familia es sustancia de la nación, cada niño es fuente de alegría, lo obvio como la vida y la dignidad humana hay que defenderlo siempre”. Y, añadió, “personalmente, me siento más orgullosa de ser madre de tres hijos, que de ser ministra”.

Ruíz Gallardón comenzó así su discurso: “Quiero comprometerme una vez más con esta causa que One Of Us lidera de una forma admirable. Os felicito por no hacer una reserva temeraria de la defensa de la vida y por realizarla en vuestra labor diaria y en vuestras conversaciones con los otros ciudadanos”. Gallardón continúo diciendo que “muchos pueden pensar que hoy se ha reunido aquí un grupo de ideología conservadora, pero sois vosotros quienes defendéis la idea más moderna y progresista que ha existido: la defensa de la vida. Son los que no defienden la vida los que están anclados en el pasado, son ellos los que han perdido la confianza en el ser humano y lo que ésta representa”.

«La defensa del más débil entre los débiles es la auténtica modernidad y el pensamiento más avanzado que actualmente existe en Europa».

«Invito a los jóvenes a ponerse detrás de la causa más importante: la defensa de la vida».

«Algún día conseguiremos cambiar las mentalidades de los ciudadanos europeos en defensa de la vida». A. Ruiz-Gallardón

Asimismo, el ex ministro español, señaló que “el progresismo siempre se ha caracterizado por defender al débil frente al fuerte: la esclavitud, la mujer, las víctimas frente a los verdugos…, pero el pensamiento progresista se quebró cuando tenía que defender al más débil de los débiles, que es el no nacido. Por eso, la defensa de la vida está por encima de cualquier consideración y, sin vosotros, el más débil estaría desamparado”.

“Lo que está sucediendo hoy en París es la auténtica modernidad y el pensamiento más avanzado que actualmente existe en Europa”, afirmó Gallardón, que además insistió en aclarar que la mujer no es culpable, es víctima de una violencia estructural que existe en nuestras sociedades. “La mujer es víctima de unas situaciones y legislaciones laborales que le obligan a elegir entre la maternidad o progresar laboralmente. Víctima de legislaciones que no establecen suficientes ayudas a las familias, a las mujeres que quieren ser madres. Es víctima de una sociedad que se desentiende de los auténticos derechos de la mujer”. Gallardón continuó su intervención diciendo que debemos “introducir elementos positivos para que las mujeres no se vean arruinadas en su progreso de carácter laboral o familiar”. Algo positivo que se puede hacer, dijo, “es educar a las nuevas generaciones. Soy padre de cuatro hijos, y ahora también abuelo de un nieto, y estoy orgulloso de ver cómo los jóvenes han superado a nuestra generación, tienen nuevas inquietudes, son sensibles a los problemas del mundo: la ecología, las especies amenazadas… desde aquí invito a los jóvenes a ponerse detrás de la causa más importante: la defensa de la vida. Los jóvenes sois los que tenéis que decirnos a los mayores que hemos perdido el valor, lo que de verdad es importante para el ser humano”. Y concluyó diciendo que, en España, pese a que no se llevara a cabo la reforma de la ley del aborto “conseguimos abrir el debate, despertar conciencias. A raíz de esa batalla, muchos decidieron que, aunque no se había ganado, no se iba a dejar de luchar.  El único fracaso en la defensa de la vida sería dejar de intentarlo: mientras sigamos intentándolo, algún día conseguiremos cambiar las mentalidades de los ciudadanos europeos en defensa de la vida”.

“Europa es la cuna de la civilización, aquí nació el Derecho, la ética. Europa trasladó a todo el mundo las grandes conquistas de la humanidad. Por eso, Europa no puede pasar a ser la cuna de la cultura de la muerte. Tenemos que estar orgullosos de sentirnos europeos y ser los más modernos y avanzados. Eso solo se consigue defendiendo la vida”.

«Los movimientos pro-vida deben organizarse políticamente para promover las condiciones sociales y económicas que favorezcan la vida». J.M. De Prada

Juan Manuel de Prada, por su parte, analizó los orígenes de una batalla intelectual, cultural, moral, en defensa y contra la vida. De Prada recordó los fundamentos filosóficos y morales de las políticas naturistas y eugenésicas que, desde finales del siglo XVIII, ha aspirado a controlar, manipular y «dirigir» policialmente la vida amorosa de las familias, por razones «empresariales» o «estatales». Centró su discurso en lo que está detrás del apoyo intelectual y efectivo del aborto. Señaló que fue la ONU la que, a partir de la Segunda Guerra Mundial, empezó a probar varias tácticas antinatalistas que fracasaron debido a la corrupción como, por ejemplo, el dar dinero a los gobiernos para financiar el aborto o la medida del hijo único en China. Un objetivo importante, en su opinión, era éste: “Hay que conseguir que la gente no tenga hijos, para pagarles menores salarios”.

Ante estos fracasos, las políticas contrarias a la vida se han introducido, con gran éxito, en Europa, pretendiendo el empoderamiento de la mujer por medio de convertirla “en soberana para impedir el nacimiento de los hijos”. De Prada dijo también que “todo esto está al servicio del dinero y la única forma de cambiarlo es a través de la política”. De Prada defendió que “los movimientos pro-vida deben organizarse políticamente para promover las condiciones sociales y económicas que favorezcan la vida”.

Por su parte, el escritor y político francés, Philippe de Villiers, ha insistido en que hay poderes económicos que “quieren hacer saltar la familia, que es un obstáculo para el consumo, en nombre del interés comercial”, proporcionando numerosos ejemplos concretos de deshumanización y destacando la labor del profesor Jérôme Lejeune quien “combatió durante toda su vida esta tendencia, viéndola venir: luchó contra la mercantilización del mundo” frente a la protección de la persona.

Decálogo de principios

  1. Una federación para el debate cultural. En la próxima década, el debate más importante será sobre las raíces de nuestros valores, convicciones e instituciones. Especialmente sobre el concepto de la persona.
  2.  Una presencia real, no virtual. No queremos ser una realidad virtual. Nuestra determinación se asienta en que somos la suma de 28 realidades sociales y nacionales, con presencia real en cada país.
  3. Dimensión internacional. No queremos permanecer encerrados en nuestra ciudad. Nuestro principal adversario - la nada el relativismo moral- tiene dimensión mundial.
  4. A la vanguardia de nuestra civilización. La UE debe afrontar el futuro y el desafío de los adversarios de nuestra civilización. Queremos estar en la vanguardia, que es lo contrario de la resignación.
  5. Contribuir a una cultura de la vida. Queremos destacar éxitos como la vida, la familia, la maternidad y el matrimonio.
  6. Unidad entre quienes comparten valores. La cultura de la vida nos tiene que unir, a nivel nacional y europeo, y no separamos, para que podamos unir a muchas personas que no comparten nuestras creencias.
  7. No hay atajo en este desafio cultural. Solo con un cambio de actitud personal, solo con millones de cambios de actitudes personales podemos enfrentarnos a esta crisis de valores que vivimos.
  8. Nueva corriente europea de opinión. No queremos ir a los extremos, sino llegar a la raíz de lo que nos está pasando.
  9. Cambio dentro de nosotros mismos. Un proyecto colectivo de regeneración tiene que empezar por uno mismo, por nosotros mismos.
  10. En las instituciones de la Unión Europea. Animamos a las instituciones de la Unión Europea a participar en este profundo debate.

Elaboración a partir de recursos y materiales diversos

Ver la sección: CULTURA DE LA VIDA


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