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Cosmogonías, cosmologías, cosmovisiones

Desde siempre el espíritu humano ha buscado dar sentido a cuanto vive y a todo lo que le rodea. Desde el principio ha intentado comprender el universo, su propia existencia. Las preguntas sobre la realidad ahí están. Y ante esas preguntas el ser humano ha intentado hallar respuestas. El mito, la religión la filosofía o la ciencia son creaciones humanas que pretenden responder a la pregunta por el sentido de la realidad.

¿Qué es el Universo? ¿Tuvo principio y tendrá fin? ¿Dónde están las fronteras del Universo y qué hay más allá de ellas? Estas preguntas, que se ramifican interminablemente, aparentemente se escapan de todo conocimiento y son inaccesibles a la razón; y, sin embargo, los hombres trataron de responderlas desde que empezaron a razonar: así lo atestiguan las distintas cosmogonías, mitos y leyendas sobre el origen del mundo que todos los pueblos primitivos elaboraron. En nuestra época de descubrimientos espectaculares, hemos aceptado la idea de que la Tierra es sólo un punto perdido en la inmensidad del Universo; pero las verdaderas dimensiones cósmicas se descubrieron hace sólo medio siglo, apenas ayer en comparación con la historia humana. Para muchos pueblos de la Antigüedad, la Tierra no se extendía mucho más allá de las regiones en que habitaban, y el cielo, con sus astros, parecía encontrarse apenas encima de las nubes. Tampoco tenían algún indicio de la edad del mundo y sólo podían afirmar que se formó algunos cientos, quizás miles de años atrás, en épocas de las que ya no guardaban memoria.

Desde el concepto de la Tierra, creada para morada del hombre, a la visión moderna del Universo, escenario de fenómenos de magnitudes inconcebibles, la cosmología tuvo que recorrer un largo y accidentado camino, para adquirir, finalmente, el carácter de ciencia. La cosmología moderna, estudio de las propiedades físicas del Universo, nació de la revolución científica del siglo XX.

Las cosmovisiones son concepciones, suposiciones, premisas e ideologías de un grupo sociocultural que determinan cómo perciben el mundo. La gente absorbe su cosmovisión del ambiente en el cual crece, antes de tener la capacidad de evaluarla. Las cosmovisiones generalmente quedan en el subconsciente, aunque son centrales en todos los subsistemas de la cultura. Hay diferencias importantes entre cosmovisión y religión. Las funciones principales de la cosmovisión consisten en explicar, validar, proveer refuerzo psicológico, integrar y adaptar los diversos elementos que constituyen la realidad.

«Cosmogonías»

La cosmogonía es un relato del origen del cosmos y su posterior evolución. Intenta explicar el origen del mundo, del Universo, la naturaleza misma de las cosas materiales e inmateriales. Son narraciones del comienzo del cosmos y su posterior desarrollo, narraciones míticas que pretenden dar una explicación, una respuesta al origen del universo y de la propia humanidad. Es un conjunto de teorías míticas, religiosas, filosóficas sobre el origen del mundo. Cada cultura o religión ha tenido y tiene sus propias explicaciones cosmogónicas. Todas las religiones poseen una cosmogonía que se puede identificar con un proceso de creación o emanación del mundo.

Los mitos ofrecieron a las distintas culturas una visión integradora del mundo, al facilitar la comprensión de los fenómenos y contribuyendo a la construcción de la identidad y cohesión del grupo.

Las cosmogonías son relatos míticos que explican el origen del mundo y su estructura. Generalmente, en ellas se nos remonta a un momento de preexistencia o de caos originario, en el cual el mundo no estaba formado, pues los elementos que habían de constituirlo se hallaban en desorden; en este sentido, el relato mítico cosmogónico presenta el agrupamiento —paulatino o repentino— de estos elementos, en un lenguaje altamente simbólico, con la participación de elementos divinos que pueden poseer o no atributos antropomorfos. Las cosmogonías pretenden establecer otra dimensión de la realidad, ayudando a construir activamente la percepción del universo (espacio) y del origen de dioses, hombres y elementos naturales. A su vez, permite apreciar la necesidad del ser humano de concebir un orden físico y metafísico que permita conjurar el caos y la incertidumbre. Mitos y leyendas conforman historias en donde los dioses se cruzan en disputas y conflictos que finalmente concluyen en la creación del universo.

En las explicaciones míticas aparecidas en las primeras civilizaciones están presentes preguntas que se plantea todo ser humano, tales como: ¿cuál es el origen y fin del universo? ¿Qué lugar ocupa nuestro planeta en él?, etc. Las primeras narraciones mitológicas tenían como objetivo hacer inteligible el mundo desconocido al que se enfrentaba el hombre. Se buscaron explicaciones para hacer comprensibles los fenómenos naturales, atribuyendo su existencia a la voluntad arbitraria de los dioses. Estas explicaciones, también constituyeron una visión o interpretación acerca del universo.

Desde la antigüedad, los mitos han sido relatos compuestos por acciones simbólicas que se transmitieron de generación en generación para ofrecer respuestas sobre el origen del universo y del hombre, relacionándolos con dioses y mensajeros que actuaban en nombre de estos. En la cosmogonía los mitos y las leyendas forman relatos donde los dioses se entrelazan en cuestión de combate, lucha, pelea que finalmente termina en el ingenio del universo. Los mitos ofrecieron a las distintas culturas una visión integradora del mundo, al facilitar la comprensión de los fenómenos que le parecían extraños contribuyendo a la construcción de una identidad y cohesión del grupo. En los mitos, algunos investigadores han señalado que los dioses suelen representar las fuerzas elementales de la naturaleza, que pueden percibir, de los cuales se derivan los fenómenos naturales que condicionaron sus vidas. Un determinado mito puede tener relación con el proceso de madurez interno de determinada persona, pero también puede servir para generar cohesión social en una comunidad, o para legitimar determinadas estructuras de poder; no existe una explicación unívoca. Este tipo de relatos son originarios de las primeras civilizaciones y pueden rastrearse en la mitología sumeria y egipcia, y otras más recientes cronológicamente, como las nórdicas o las amerindias.

«Cosmología»

El Universo y sus astros siempre han ejercido una fascinación que ha cautivado al espíritu humano. Desde tiempos inmemoriales el hombre ha ansiado conocer el origen y la estructura del Universo. Durante milenios la humanidad creyó que el Universo era eterno, esférico y de un tamaño muy reducido, en comparación con las dimensiones actualmente conocidas. La ciencia nace del interés que tenemos los seres humanos por conocer el universo que nos rodea y del cual formamos parte. Gracias a las nuevas teorías científicas y al espectacular avance de los instrumentos y las técnicas observacionales en el siglo XX hemos logrado elaborar una cosmovisión capaz de dar respuestas científicas plausibles a estas preguntas. ¿Cuál es la génesis de nuestra actual cosmovisión? ¿Cuáles son sus fundamentos? ¿Qué limitaciones tiene?

Una «cosmología» es el conjunto de ideas sobre el Universo en su conjunto, en el que se incluyen teorías sobre su origen, su evolución, su estructura y su futuro. Diferencia entre cosmogonía y cosmología: la cosmogonía se encarga de estudiar las explicaciones míticas del origen del mundo y la cosmología se encarga de estudiar las leyes que rigen el mundo. Se considera que la cosmología intenta la explicación del mundo desde una perspectiva científica. La cosmología versa sobre la estructura y origen del universo como un todo. La historia de la ciencia ha dado cuenta de diferentes explicaciones hasta desembocar en la actual teoría del big bang, un punto de singularidad en el espacio en donde se originó el universo y el tiempo.

En la cosmología clásica, caracterizada por una visión mecanicista y antropocéntrica del universo, y que en sus grandes trechos de fondo ha perdurado prácticamente hasta nuestros días, las cosas no poseen valor intrínseco, sólo valen en función de su “utilidad”. Frente a esa cosmología clásica está emergiendo una nueva cosmología que ve el universo como el conjunto de sujetos inter-relacionales, todos inter-retro-conectados. Espacio, tiempo, energía, información y materia son dimensiones de un único gran Todo. El cosmos, incluyendo la Tierra, se muestra como un organismo vivo que se autorregula, se adapta y evoluciona buscando un nuevo equilibrio. Tanto el universo como la Tierra se muestran guiados por un propósito siempre favorable a la vida. Nosotros somos la parte consciente e inteligente del universo y de la Tierra. Por el hecho de ser portadores de estas capacidades, podemos enfrentarnos a las crisis e inventar nuevas formas de ser humanos, de producir, consumir y convivir que sean más favorables a la lógica de la vida y a las necesidades humanas.

«Cosmovisiones»

¿Qué es una cosmovisión? Como la propia palabra sugiere, una cosmovisión es una visión general del mundo. No se trata de una visión física del mundo, sino de una visión más bien filosófica, una perspectiva global sobre todo lo que existe y nos importa. La palabra cosmovisión es un compuesto de dos elementos: cosmos y visión. El termino cosmovisión deriva del griego "cosmos", que significa "orden, belleza, armonía" y “visión”. De tal manera que el universo, la realidad, puede concebirse, verse, como algo bello y ordenado, en el que cada cosa ocupa un lugar determinado y en el que todos los elementos constituyen un todo coordinado y organizado. De ahí que su significado puede ser traducido como una forma de interpretar la realidad (universo) como un todo coherente y sistemático. Cosmovisión es un concepto que se refiere a la manera particular de ver e interpretar el mundo y la realidad. Cosmovisión es el conjunto de creencias y opiniones que conforman el concepto que alguien o un grupo cultural tiene del mundo.

Son las distintas maneras de ver e interpretar el mundo, la vida, la realidad. Se trata del conjunto de creencias que permiten analizar y reconocer la realidad a partir de la propia existencia. Puede hablarse de la cosmovisión de una persona, una cultura, una época, etc. Por ejemplo: “La cosmovisión azteca era muy compleja e incluía un fluido intercambio entre el mundo de los vivos y el mundo de los muertos”, “Los musulmanes más radicalizados tienen una cosmovisión muy distinta a la nuestra, pero eso es difícil entender sus acciones”, “Tienes una cosmovisión muy particular que no puedo aceptar”. Es importante tener en cuenta que una cosmovisión es integral; es decir, abarca aspectos de todos los ámbitos de la vida. La religión, la moral, la filosofía y la política forman parte de una cosmovisión. Las relaciones sociales, la cultura y la educación resultan claves a la hora del desarrollo de la cosmovisión individual. Los seres humanos son seres sociales y nadie crece totalmente aislado y ajeno al entorno.

Una cosmovisión o "visión del mundo" es una imagen general de la existencia, realidad o mundo que una persona, sociedad o cultura se forman en una época determinada; y suele estar compuesta por determinadas percepciones, conceptuaciones y valoraciones sobre dicho entorno. Es el conjunto de opiniones y creencias que conforman la imagen o concepto general del mundo que tiene una persona, época o cultura, a partir de la cual la interpreta su propia naturaleza y la de todo lo existente.

A partir de las cosmovisiones, los individuos y sociedades interpretan su propia naturaleza y la de todo lo existente, y definen las nociones comunes que aplican a los diversos campos de la vida, desde la política, la economía o la ciencia hasta la religión, la moral o la filosofía. Así que a fin de cuentas se trata de la manera en que una sociedad o persona percibe el mundo y lo interpreta.

La cosmovisión es un componente de la mentalidad social que se ocupa de los diferentes puntos de vista o la perspectiva que tienen las distintas sociedades o culturas sobre la realidad. Cada individuo, a partir de lo que cree y conoce, crea y da forma a su cosmovisión. Su imagen del mundo es consecuencia de una cosmovisión determinada por sus propios filtros, tradición, entorno cultural y escala de valores. Según sea su cosmovisión será el modelo de vida elegido por el individuo. Si, por ejemplo, el hombre privilegia la fe a la razón verá su paso por el mundo como un camino hacia el Creador, de lo contrario la razón será la herramienta que procurará dar una explicación a la vida y a la existencia.

Como tales, las cosmovisiones juegan un papel central y definitorio en nuestras vidas. Dan forma a lo que creemos y a lo que estamos dispuestos a creer. Nuestros pensamientos y acciones se ven condicionados por nuestra cosmovisión.

La cosmovisión de una persona representa sus creencias más fundamentales y lo que asume acerca del universo en que habita. Refleja cómo respondería a las “grandes preguntas” de la existencia humana: preguntas fundamentales acerca de quienes, y qué somos, de dónde venimos, por qué estamos aquí, a dónde vamos (si es que vamos a algún lugar), el significado y propósito de la vida, la naturaleza de la vida que existe después de la muerte, y qué es una buena vida aquí y ahora. Pocas personas piensan en estas cosas con profundidad, y menos aún tienen firmes respuestas para estas preguntas, pero la cosmovisión de una persona por lo menos la inclinará hacia cierto tipo de respuestas, y la alejará de otras. Así es como tienen lugar las cosmovisiones que suelen girar en torno a cuestiones tales como qué le pasa a una persona cuando muere, qué existe y porqué, cómo se puede establecer que algo está bien o está mal, cuál es la existencia del ser humano… Las cosmovisiones moldean e informan nuestras experiencias en el mundo que nos rodea. Afectan a lo que vemos y cómo lo vemos, igual que unos lentes con cristales de color. Dependiendo del “color” de los lentes, algunas cosas se verán con más facilidad, o por el contrario, se verán sin el énfasis adecuado, o distorsionadas. De hecho, puede que algunas cosas ni siquiera se puedan ver. Además, las cosmovisiones también determinan en gran medida las opiniones que tiene la gente en asuntos de ética y política. Lo que una persona piensa acerca del aborto, eutanasia, relaciones entre personas del mismo sexo, ética medioambiental, política económica, educación pública, y así sucesivamente, dependerá de la cosmovisión de fondo más que de ninguna otra cosa.

Como tales, las cosmovisiones juegan un papel central y definitorio en nuestras vidas. Dan forma a lo que creemos y a lo que estamos dispuestos a creer, a cómo interpretamos nuestras experiencias, cómo nos comportamos en respuesta a esas experiencias, y cómo nos relacionamos con otros. Nuestros pensamientos y acciones se ven condicionados por nuestra cosmovisión. Las cosmovisiones operan tanto a nivel individual como a nivel social. Cada una de estas cosmovisiones tiene implicaciones profundas en cómo la gente piensa acerca de ellos mismos, qué comportamientos consideran correctos y equivocados, y cómo orientan sus vidas.

Las cosmovisiones pueden ser: religiosas, poéticas, filosóficas y científicas. Podemos contemplar grandes tipos de cosmovisiones: Las cosmovisiones antiguas que surgieron con los primeros filósofos y pensadores. La cosmovisión moderna producida por la Revolución Científica de los s. XVI y XVII, fruto de las aportaciones de Copérnico, Galileo, Kepler y Newton. Las cosmovisiones actuales que han surgido a partir de la aportación de dos nuevas ramas de la física: la teoría de la relatividad y la mecánica cuántica.

La cosmovisión puede expresarse en distintos ámbitos: personal, social, ético, religioso, moral, ideológico, político... El arte es un vehículo, por ejemplo, que permite expresar o reflejar la cosmovisión de una persona. A través de las manifestaciones artísticas, el sujeto plasma su representación del mundo y sus valores. Puede decirse que las religiones, los sistemas filosóficos y las doctrinas políticas forman cosmovisiones, ya que aportan un marco interpretativo para interactuar con la realidad y desarrollar ciertos patrones éticos y morales. El cristianismo, el judaísmo, el islam, el humanismo y el marxismo, en ese sentido, pueden ser considerados como cosmovisiones. Aquellos que intentan imponer su cosmovisión por la fuerza y no aceptan la disidencia son conocidos como fundamentalistas.

Elaboración propia, a partir de materiales y recursos diversos

Ver también:

COSMOGONÍAS

Cosmologías y antropologías de fondo

La cosmovisión hebrea


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