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ALGUNAS OPINIONES CRÍTICAS EN CONTRA DE LA LEY DEL ABORTO APARECIDAS EN LA PRENSA

Es necesario desarrollar entre todos una intensa campaña para ayudar a tomar conciencia a nuestros conciudadanos de que el derecho de TODOS a vivir sea respetado como el primero de todos los derechos.

El camino para la extensión de la «cultura de la vida» entre nuestros contemporáneos puede resultar largo y tenaz como lo fue en su día la abolición de la esclavitud o más recientemente las campañas a favor de la abolición de la pena de muerte a escala planetaria; es una “carrera de fondo por la vida”. Lo que sí tiene verdadero sentido es trabajar denodadamente para ir extendiendo progresivamente entre las diversas capas de la población la «cultura de la vida» y para la formación del ejercicio responsable de la capacidad de autodeterminación personal a fin de  que se ejercite con rigor y  haga innecesario recurrir a la solución extrema del aborto.

Confrontando con la propaganda que nos llega de los medios oficiales y las opiniones favorables con las que se nos ha querido “vender” dicha ley, presentamos algunas de las razones y argumentaciones en contra aparecidas en la prensa, antes y después de su aprobación definitiva.

La extensión de la «cultura de la vida» debe ser una “carrera de fondo por la vida”.

Es necesario desarrollar entre todos una intensa campaña para ayudar a tomar conciencia a nuestros conciudadanos de que el derecho de TODOS a vivir sea respetado como el primero de todos los derechos.

Es un deber ineludible el que estemos informados en profundidad sobre aquellos temas que afectan directamente a la dignidad de la vida humana.

Si, como indica la ciencia, desde la concepción existe una vida humana, debemos respetarla, no se puede acabar con ella.

El reconocimiento del derecho a la vida de todos, incluidos los humanos no nacidos, es un imperativo ético, anterior a las prescripciones del Derecho positivo.

A menudo se ignora que lo que está en juego es una vida existencialmente diferente de la vida de la mujer que la alberga.

La propiedad sobre las personas ya fue abolida en la historia de la humanidad.

El mismo día en que el señor Zapatero declaraba en Ginebra que “nadie tiene el derecho a arrebatar la vida a otro ser humano”, el partido que dirige aprobaba una ley que legitima y arrebata la vida de miles de inocentes.

Existen en la actualidad medios más que suficientes para erradicar de la faz de la tierra estos problemas.

Es necesario aportar soluciones nuevas, ayudando a las mujeres embarazadas a superar cualquier problema que un embarazo imprevisto puede generarles.

El cambio de actitud es lo más importante en el seno de nuestra sociedad.

Hay que instar a los políticos a promover leyes que protejan el derecho a vivir y el derecho a ser madre,

“Que jamás nuestro voto sirva para aprobar leyes injustas, que legitimen la muerte de inocentes”

1. Voto particular de César Nombela a la Opinión del Comité de Bioética de España sobre la Ive        

César Nombela Cano, Vocal del Comité de Bioética de España, expresa su voto contrario al documento titulado “Opinión del comité de bioética de España a propósito de la interrupción voluntaria del embarazo en el proyecto de ley”, por lo que, de acuerdo con las normas del funcionamiento de este Comité, formula el siguiente voto particular para su incorporación al texto del referido documento.

La discrepancia de este vocal con la opinión del Comité se basa en la radical contradicción en la que incurre, al reconocer que desde la concepción existe una vida humana nueva, diferenciada de la de la madre gestante, pero al mismo tiempo admitir que se puede acabar de manera voluntaria con esta vida, durante las primeras catorce semanas de su desarrollo.  (…)

La vida humana, cada individuo de la especie, es titular de una dignidad que debe ser respetada y protegida. La dignidad humana no es parcelable, no puede estar sujeta a una gradación ni a condicionantes temporales. (…)

A juicio de este vocal, el reconocimiento del derecho a la vida de todos, incluidos los humanos no nacidos, es un imperativo ético, anterior a las prescripciones que pueda establecer el Derecho positivo. Por ello, lo que debe hacer el ordenamiento jurídico, en todo caso, es materializar ese reconocimiento. Así ocurre con nuestras leyes fundamentales en las que se encuentran prescripciones para la protección de la vida humana. Primero, en la Constitución Española, que proclamó el derecho de todos a la vida, y, segundo, en la sentencia 53/1985 del Tribunal Constitucional, que interpretó este precepto como garante del derecho del nasciturus, cuya vida es considerada como un bien jurídico protegido por la Constitución y titular de una protección que no está sometida a plazo alguno. Cierto es que la referida sentencia admitió que, el delito de suprimir deliberadamente una vida en gestación, podía despenalizarse en ciertos supuestos, pero eso no rebaja la exigencia de su protección con carácter general.

Una ponderación injusta, éticamente inadmisible

La discrepancia de este vocal, con la opinión aprobada por el Comité, se basa esencialmente en la aceptación, que el mismo hace, de que se pueda ponderar un conflicto entre dos bienes muy diferentes, a los que sin embargo se otorga idéntico rango, para después resolver ese conflicto de forma salomónica. El proyecto de ley supone el reconocimiento del aborto como un derecho, además de reclamarlo como una prestación sanitaria de carácter general. Con ello se incurre en una ponderación de dos valores de manera desproporcionada e injusta.

Se establece que la vida del nasciturus ha de quedar supeditada a la libre autodeterminación de la mujer, durante un período extenso de la gestación. En la indicada opinión del Comité se admite esta supeditación, en nombre de una determinada manera de entender la tolerancia, a pesar de que se enfrentan en ella dos bienes de naturaleza muy distinta. Por un lado, la protección de la vida del no nacido, cuya destrucción resultará irreversible, y, por otro, la autonomía de la mujer. De manera especial este vocal discrepa de la afirmación contenida en el documento del Comité, de que respetar la vida del feto puede “atentar contra la dignidad de la mujer”, como si pudiera ser un acto indigno para la mujer el gestar a un ser humano que ha concebido en su seno.

La ponderación es injusta, porque deja de lado que el causar deliberadamente la muerte del ser fetal –que en eso consiste la interrupción voluntaria del embarazo‐supone un acto de consecuencias irreversibles y por tanto irreparables. La ponderación también resulta arbitraria, al poner un plazo de catorce semanas para admitir ese derecho a destruir la vida del no nacido, cuando el desarrollo embrionario y fetal se admite que es un proceso continuo. Tampoco se justifica la referida ponderación por proponerla en nombre de una deseable “tolerancia”, como si el conceder el derecho a acabar con la vida del no nacido fuera una facultad de cada ciudadano, que quiera ser respetuoso con la conducta de los demás. Se ignora con ello que lo que está en juego es una vida existencialmente diferente de la vida de la mujer que la alberga, cuyos derechos no pueden estar sometidos a la voluntad de terceros. En definitiva, se pondera la cuestión de la autonomía de la mujer hasta un extremo que sólo podría justificarse si el organismo que ella está gestando fuera una parte más de su cuerpo.

En este aspecto conviene invocar de nuevo las evidencias científicas. (…) A pesar de las indiscutibles evidencias sobre el grado de desarrollo de un feto humano antes de la semana decimocuarta, este feto no tendría consolidado su derecho a existir, de acuerdo con el proyecto de ley remitido al Parlamento español. Se puede acabar con su vida simplemente por la voluntad de la mujer gestante. Desde la Ciencia se puede legítimamente preguntar por qué el derecho a vivir se ha de limitar a haber superado catorce semanas de desarrollo fetal, ¿por qué no ocho o dieciséis?


Y si la Ciencia Biológica aporta los detalles mencionados, no menos importante es considerar lo que supone el aborto provocado, desde el ámbito de la Ciencia Médica y la Técnica Quirúrgica. Provocar el aborto suele consistir en causar la muerte del feto, mediante la administración de un fármaco letal, para facilitar su posterior expulsión del útero materno que se completará por procedimientos mecánicos. Por dramática que pueda resultar la descripción de estos hechos, no cabe ignorar que representan la realidad del aborto, y son sin duda el fundamento de la objeción de conciencia que ejercen quienes los consideran actuaciones contrarias al juramento hipocrático y la deontología del profesional médico.

Pragmatismo sesgado

Hay otras cuestiones que a mi juicio deben valorarse, por parte de un comité de ética que aborda la cuestión del aborto, al enjuiciar un proyecto de ley, con cuya aprobación la terminación de la vida del no nacido dejaría de ser un delito, despenalizable en ciertas situaciones, para pasar a ser un derecho.

Se describe una situación social (realidad del aborto, seguridad de que todo irá a mejor si se regula de la forma que el Gobierno propone) cuyas premisas son gratuitas y anticipan ya la conclusión: el aborto debe ser reconocido como un derecho de una de las partes, aunque suponga la muerte de la otra, el embrión o el feto. Sin embargo, cuando se invoca que el aborto forma parte de la salud sexual y reproductiva de la mujer, o cuando se señala que el aborto puede suponer una “necesidad” para alguna mujer, es preciso considerar las situaciones de tantas mujeres que se ven abocadas a abortar por abandono, por falta de recursos o por presiones que suponen una auténtica situación de violencia, como ha sido denunciado por muchas que han pasado por este trance. No sorprenden los numerosos análisis que muestran cómo muchas mujeres, en trance de abortar, desisten de ello, cuando están bien informadas sobre la realidad del aborto y perciben algún horizonte ayuda y apoyo. Igualmente, es preciso considerar todas las secuelas del aborto, en especial los traumas que acompañan al síndrome post‐aborto, cada vez más documentados. Aceptar que la interrupción voluntaria del embarazo constituye un derecho, y, por tanto, que se puede llevar a cabo la destrucción de un ser humano fetal avanzado en su desarrollo, porque es algo que ocurre en la sociedad actual, supone un argumento cuya extensión llevaría a situaciones impredecibles.

A juicio de este miembro del Comité no cabe la renuncia a un principio fundamental, como es la protección de la vida humana embrionaria o fetal, para resolver de forma pragmática un supuesto conflicto. Más bien hay que postular otras medidas como el apoyo social a la mujer embarazada.  (…)

Por todo lo que antecede, este vocal hace constar su opinión discrepante de la aprobada por el Comité de Bioética de España a propósito de la interrupción voluntaria del embarazo en el Proyecto de Ley sobre salud Sexual y Reproductiva.

Octubre de 2009. César Nombela, miembro del Comité de Bioética de España

2. Joaquín Montero, ex-concejal socialista de Paradas, Sevilla

El mismo día en que el señor Zapatero declaraba en Ginebra que “nadie tiene el derecho a arrebatar la vida a otro ser humano”, el partido que dirige con mano de hierro compraba las voluntades necesarias para aprobar esta ley que legitima y arrebata la vida de miles de inocentes.

Es un deber ineludible el que estemos informados en profundidad sobre aquellos temas que afectan directamente a la dignidad de la vida humana. El conocimiento es, por tanto, uno de los pilares fundamentales para dar respuesta al problema desde su raíz.
“Que jamás nuestro voto sirva para aprobar leyes injustas, que legitimen la muerte de inocentes”

3. Carta de dimisión de Joaquín Montero al partido socialista

A/A Secretario General del PSOE, José Luis Rodríguez Zapatero
A/A Secretaria de Organización del PSOE, Leire Pajín Iraola

Tras la aprobación esta misma tarde de la futura ley del aborto, ley Aído, en el Pleno del Senado con una ajustada mayoría de voluntades compradas a golpe de concesiones, este partido, el Partido Socialista Obrero Español, da un paso adelante en la conquista de la sinrazón en la que tanto camino tiene recorrido. Esta ley ha sido posible gracias a los males anteriores que ya habían sido asumidos:


Por un lado, la falta de libertad dentro del partido es un signo característico e inconfundible para percibir hasta dónde se han traicionado los valores democráticos que siempre caracterizaron a la Izquierda. No sólo acudimos a las anteriores Elecciones Generales de 2008 sin llevar en el programa electoral mención alguna a la ley que hoy se aprueba, sino que meses más tarde, en la ponencia marco del XXXVI Congreso Federal tampoco se hacía mención expresa a promover una nueva ley del aborto donde se considerase este como un derecho.

Hemos engañado al electorado al que representamos y hemos obviado el diálogo interno dentro del partido sobre un tema que, no sólo es contrario al humanismo universal que históricamente caracterizó al socialismo, sino que además divide a la sociedad dramáticamente. Este es un hecho antidemocrático sumamente grave.

Pero además, hemos contemplado estupefactos como se ha consensuado con los sectores nacionalistas más reaccionarios que el aborto sea un derecho sin límites, manteniendo el supuesto coladero hasta la 22ª semana. Aprendí de viejos y verdaderos militantes socialistas, que dieron hasta el último aliento de sus vidas por los ideales en los que creían, que “No hay en nuestros días una afirmación más reaccionaria que la del derecho de una persona sobre la vida del hijo no nacido. Es el derecho de propiedad más absoluto concebible, más allá del derecho del amo sobre el esclavo”. La propiedad sobre las personas ya fue abolida en la historia de la humanidad.

Es evidente que el socialismo, dentro de este partido, no puede ya superar los 40 años de vacaciones disfrutados durante la dictadura franquista, no ha sido capaz de conectar con el espíritu socialista de la clase obrera pobre que lo creo, por lo que pido que desde este mismo día conste mi baja como militante del PSOE. Así mismo pongo a disposición del partido los cargos electos que ocupo en el Ayuntamiento de Paradas (Sevilla). Jamás permitiré que mi nombre aparezca junto al de una organización que legitima la muerte de inocentes mediante la aprobación de leyes injustas.

En Paradas, a 24 de febrero de 2010. Fdo.: Joaquín Manuel Montero Navarro

4. Justificaciones gubernamentales / Argumentos en contra

Los defensores de esta ley la se defienden afirmando que es democrática, legal, que ha conseguido un amplio consenso parlamentario, que el aborto es un derecho y que todo ello se hace en beneficio de la libertad de la mujer, que es quien tiene el derecho a decidir y que nadie tiene derecho a imponer sus convicciones a los demás. Sin embargo, la historia nos dice que en el siglo XVIII, Inglaterra era un país democrático, y a partir de 1776 también los Estados Unidos. En ambos era legal la esclavitud. También lo era, para vergüenza nuestra, en España hasta 1886, tras varios períodos de gobiernos democráticos desde 1812. Gobiernos democráticos que, con amplio consenso, dieron cobertura legal a esa inhumana institución. La esclavitud era también considerada como un “derecho”: el derecho de una clase social (los propietarios de esclavos, en este caso) para disponer de la vida y el cuerpo de otros seres humanos (los esclavos). La esclavitud era considerada como parte del “derecho a decidir” de los amos sobre su “propiedad”. Y, por supuesto, si no querías tener esclavos nadie te obligaba a tenerlos, pero no tenías por qué imponer tus convicciones religiosas a los demás. De hecho, durante la Guerra de Secesión los sudistas decían luchar “por las libertades de los Estados del Sur”.

5. 7-M: el corazón de la crisis. LA RAZÓN 7 Marzo 10 – Por Ignacio Arsuaga, Presidente Hazte Oir.org

Si la actual crisis es, como con razón se ha dicho, una crisis de valores, la aberrante transformación del aborto en un «derecho» es la evidencia más patente de la profundidad y la gravedad del abismo moral que, de forma indolora, se está instalando entre nosotros. Es el relativismo exaltado hasta el extremo, a costa de normalizar, incluso en el sistema educativo, la violencia sistemática contra el no nacido y el desprecio de la mujer.

La reciente aprobación de la nueva Ley del Aborto es también la última y más trágica expresión de la decadencia de nuestro sistema de representación política. Es la demostración de que una buena parte de la clase política se ha encapsulado en unos intereses ideológicos y de poder incompatibles con la realidad y las necesidades de la gente. La resignación y el conformismo, la medianía en la respuesta, son ya formas de complicidad.

Quienes creemos en la dignidad de toda vida humana no podemos parar hasta conseguir la derogación de esta ley injusta. El 7-M, la Marcha de la Vida 2010, es una oportunidad colectiva de transformar nuestra rabia contenida en un renovado «Sí a la Vida», en un grito unánime contra la violencia y la muerte hechas ley y cultura. El 7-M tenemos una nueva oportunidad de demostrar en la calle que, frente a la actual ignominia moral y política, España va a seguir siendo pueblo de la vida.

6. Gádor Joya, de la plataforma cívica DERECHO A VIVIR

En su intervención el 7-M en la Marcha por la Vida 2010: Es mentira también, señor Zapatero, que esta ley haga a las mujeres más libres y más dignas. Esta ley ultraja a las mujeres, las deja tiradas a las puertas de los abortorios. Y es el mayor atentado contra la mujer que se ha cometido en la historia de España.

Y a pesar de todo, seremos nosotras, las mujeres españolas, que estamos hoy aquí y en todos los puntos de la geografía española, las que nos sentiremos orgullosas de ser mujeres y celebraremos la maternidad como algo que de verdad nos engrandece y dignifica.

El movimiento cívico español ha decidido que sean los españoles los que decidan sobre su propia historia. Estamos decididos a seguir adelante, no estamos dispuestos a encerrarnos, a quedarnos callados. Esto han de saberlo todos los políticos que tengan aspiración de gobierno en un país como el nuestro. Los españoles no estamos dispuestos a entregar nuestro voto a aquel que no se comprometa a defender la vida humana sin fisuras y sin condiciones.

Los españoles queremos vivir la vida apasionadamente, queremos proteger a nuestros hijos desde el comienzo de su existencia, queremos decirles a las madres que no están solas.

Os animo a todos a que sigamos juntos en este apasionante proyecto de conseguir que el derecho a vivir sea respetado como el primero de todos los derechos.

7. JOAQUIN MONTERO, en su intervención el 7-M en la Marcha por la Vida 2010.

“Que jamás nuestro voto sirva para aprobar leyes injustas, que legitimen la muerte de inocentes”

El mismo día en que el señor Zapatero declaraba en Ginebra  que “nadie tiene el derecho a arrebatar la vida a otro ser humano”, el partido que dirige con mano de hierro compraba las voluntades necesarias para aprobar esta ley que legitima y arrebata la vida de miles de inocentes. ESTO ES HIPOCRESÍA EN POLÍTICA. Por lo tanto, desde Socialistas por la Vida acusamos al señor Rodríguez Zapatero de haber abandonado los valores democráticos que siempre caracterizaron a la izquierda, y de haber traicionado a la clase obrera pobre que creó el Partido Socialista en España.

Tenemos que tener en cuenta que el panorama político en España es mucho más grave. Ninguna fuerza política del arco parlamentario español, ninguna, está claramente a favor de la vida. De toda vida humana, en todas sus etapas. Ninguna. La actitud del Partido Popular deja mucho que desear también. Más aún cuando sabemos que en sus ocho años de gobierno, cuatro de ellos con mayoría absoluta, no hizo más que agravar una situación ya de por sí alarmante.

Y a nivel internacional, no podemos seguir conformándonos, a este inicio del siglo XXI, con un mundo en el que millones de seres humanos ven violado su derecho a la vida, y mueren por la injusticia del hombre, la guerra, el paro, la esclavitud infantil, el aborto, el terrorismo… Existen en la actualidad medios más que suficientes para erradicar de la faz de la tierra estos problemas.

Es por ello que queremos hacer un llamamiento a vuestras conciencias, porque es FALSO que no podemos cambiar esta realidad. Juntos y organizados podemos ser protagonistas de nuestra vida y de la historia que nos toca vivir. Así lo aprendí de verdaderos defensores de la vida, como Guillermo Robirosa o Julián Gómez del Castillo, maestros en la política y en la defensa de los más débiles.

Para terminar, os quiero proponer dos acciones que desde Socialistas por la Vida nos comprometemos a llevar a cabo, y os pedimos que también todos los que estáis aquí hagáis lo que está en vuestras manos poniendo también vuestro granito de arena: la primera, es que es un deber ineludible el que estemos informados en profundidad sobre aquellos temas que afectan directamente a la dignidad de la vida humana. El conocimiento es, por tanto, uno de los pilares fundamentales para dar respuesta al problema desde su raíz.

La segunda cuestión es evidente: lo que más teme un gobernante no es otra cosa que el voto, y por tanto, debemos acudir a las elecciones con una clara conciencia de hacer oír la voz de los sin voz. No podemos votar a aquellas fuerzas políticas que no hagan en su programa electoral una clara defensa de la vida humana y de su dignidad. Jamás permitamos que nuestro voto sirva para aprobar leyes injustas, que legitimen la muerte de inocentes. JAMÁS. (Joaquín Montero, ex-concejal socialista de Paradas,  Sevilla)

8. El Instituto de Política Familiar

Recuerda que “es un hecho palpable que el aborto se ha convertido en la principal causa de mortalidad y con efectos sociales y demográficos constatables y que las políticas de las distintas administraciones han fracasado y/o se han quedado obsoletas, por lo que es necesario un cambio radical”. “Es necesario aportar soluciones nuevas. Es necesario que las Administraciones realicen una verdadera política de prevención basada en el incremento de ayudas sociales, incluidas las económicas, para la mujer embarazada”.

9. José Luis Requero, magistrado y ex-vocal del Consejo General del Poder Judicial

El debate sobre el aborto sigue abierto. El éxito de las concentraciones de la Marcha Internacional por la Vida del 7-M demuestran que el debate sobre el aborto no es una cuestión cerrada, como trata de venderse a la opinión pública. Un debate que, añade, el Gobierno no quiere: “Frente a la táctica de algunos que quieren decir que este debate está cerrado y que ya no tiene sentido hablar del aborto, que es una cuestión que la sociedad ha dado prácticamente por concluida en su debate, es todo lo contrario: el debate no ha hecho más que comenzar, sobre todo porque tras esta ley lo que se asientan son unos planteamientos para el siguiente paso, que desgraciadamente va a ser el tema de la eutanasia, si no en esta legislatura desde luego en la siguiente”.

10. Declaraciones de Mayor Oreja tras la Marcha Internacional por la Vida 2010

En plena consonancia con los mensajes de los manifestantes de la Marcha Internacional por la Vida 2010 celebrada el pasado domingo en toda España, Mayor Oreja declaró que su partido “debe” derogar la legislación abortista: “El PP debe derogar la nueva Ley del Aborto porque somos muchos en él los que creemos que es algo absolutamente exigible y necesario. Con la ley no termina nuestro esfuerzo y trabajo, debe comenzar, hay más movilización que nunca pero debemos ser perseverantes en este esfuerzo porque creo que el cambio de actitud es lo más importante en el seno de nuestra sociedad. Es una batalla cultural, en el corazón de nuestra sociedad, por encima de siglas.”

11. Línea editorial de la COPE

En este tema el PP no puede simplemente esperar a que otros hagan su trabajo. Debe entrar en la batalla política y cultural en torno al derecho a la vida, porque este es uno de los pilares básicos de nuestro pacto de convivencia. Debe por tanto plasmar su compromiso a favor de la vida y de la maternidad en el programa electoral, y para ello dispone de una activa interlocución con la sociedad civil y de una cultura humanista que proporciona el necesario bagaje racional para no entrar acomplejado en este debate. 

En este tema el PP debe ser una alternativa clara y esperanzadora, con un claro compromiso de derogar esta ley injusta, con una apuesta eficaz a favor de las mujeres gestantes, y con una propuesta educativa de gran calado que permita recuperar un clima social de afirmación del valor de la vida.”

12. El cardenal A. Cañizares

Ha subrayado la contradicción en la que algunos grupos incurren cuando “defienden el cuidado del medio ambiente, lo que es loable, pero no protegen la verdad y la dignidad de la persona, comenzando por su derecho a la vida desde su concepción hasta su muerte natural”. Por ello, ha asegurado que “no puede haber una auténtica ecología sin una verdadera protección de la persona humana, es decir, sin una ecología humana”.

En este sentido, ha lamentado que “muchas veces se actúa hoy como si no hubiera una verdad de lo que es el hombre y ello conduce a que “el hombre se erija en creador de esa verdad, aun cuando la falsifique”, lo que “hiere no sólo a la persona, sino a la sociedad y la naturaleza”. Sin embargo, la verdad del hombre “está inscrita en nuestra naturaleza, y no habrá auténtico desarrollo si no se la respeta”.

Desde el punto de vista ecológico, “la verdad del hombre es que Dios lo ha constituido administrador de la naturaleza, pero no debe abusar de ella”. De ahí que, “debemos reafirmar que el hombre ha sido creado superior a las demás criaturas por su dignidad como persona, al ser imagen de Dios”, al contrario de lo que sostienen “teorías igualitaristas que ponen a la persona en un plano similar a otras especies”.

Afirmó también que “la Humanidad no tardará en avergonzarse del aborto, como se avergüenza de la esclavitud, de genocidios tan cercarnos todavía a nosotros o del deterioro de la naturaleza”. Y subrayó la «ruptura antropológica cultural» asentada en el relativismo moral, asada en la extensión de nuevos derechos, en el laicismo «radical» y en la ideología de género. Comentó también que  «las mayorías parlamentarias y grupos de interés» están creando derechos «de forma artificial», como el matrimonio entre personas del mismo sexo, el aborto o la eutanasia.

13. Gádor JOYA, portavoz de DAV

Tras la participación masiva en las convocatorias de la Marcha internacional por la vida DEL 7-M, la portavoz de DAV pide al Gobierno que reflexione, porque la sociedad no va a desistir en su exigencia de respeto al derecho a vivir:

“Ahora lo que tenemos que seguir haciendo entre todos es trabajar, nuestra última meta es que esta ley sea derogada y que, con el paso del tiempo, al final no existan leyes en España que lo contemplen como una solución. Pero mientras tanto, uno no se puede encerrar en casa: se pueden hacer muchísimas cosas a nivel de comunidades autónomas, se pueden promover políticas de apoyo a la maternidad y de asistencia  a la mujer embarazada en situación de necesidad; crear planes de adopción nacional; perseguir el fraude de ley que con esta ley va a ser mucho mayor que con la anterior al aumentarse los coladeros; intentar que disminuyan al menos el número de abortos y, en definitiva, seguir luchando entre todos, para que los políticos se conciencien”.

14. Joaquín Montero, ex-concejal socialista de Paradas, Sevilla

Como decía Joaquín Montero es un deber ineludible el informarnos en profundidad sobre aquellas cuestiones que afectan directamente a la dignidad de la vida humana. El conocimiento es uno de los pilares fundamentales para dar respuesta al problema desde su raíz.

Tenemos que formarnos y trabajar para extender en cada ambiente la «cultura de la vida», con palabras y con razones para dar una respuesta a la sinrazón (o a las razones de “conveniencia”) del aborto como “solución” más adecuada a un embarazo imprevistoinstar a los políticos a promover leyes que protejan el «derecho a vivir y el derecho a ser madre, amparando la vida en todo momento y ayudando a las mujeres embarazadas a superar cualquier problema que un embarazo imprevisto puede generarles»; que se respete el derecho de los padres a formar a sus hijos en materia de educación sexual según sus propias convicciones; y promover el respeto al derecho a la objeción de conciencia del personal sanitario".


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