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¿A quién corresponde el derecho de «educar» a los hijos?

¿Los padres tienen derecho o no a escoger la «educación moral» para sus hijos?

Peces-Barba, uno de los ponentes de la Constitución, asegura que “los padres no se han preocupado nunca de la educación de los hijos”. Viene a decirnos: “Que los padres se dediquen a la ética privada, que el Estado se encargará de todo lo demás”.

Lo que en el fondo está en juego es una cuestión crucial: la «educación moral» (ver aquí) de las personas. ¿A quién corresponde ésta?¿Puede el Estado inmiscuirse en tan delicadas cuestiones personales?

Distingamos entre dos conceptos no exactamente equivalentes. «Educar» y «enseñar», «Educación» y «Enseñanza». La educación ayuda a las personas a confrontarse con las realidades vitales y a descubrir su intrínseco valor. ¿Quién debe «educar» a los hijos? ¿De quién es, a quién corresponde principalmente, el derecho a «educar»  a los hijos? ¿Estás dispuesto a dejar que sea el Estado quien indique a tu hijo qué es lo bueno, lo bello y lo justo incluso si va en contra de tus propias convicciones? ¿La educación de los padres debe tener un  carácter subsidiario respecto del Estado o es el Estado quien debe ejercer una labor subsidiaria respecto al derecho de los padres a educar a sus hijos de acuerdo a sus propias convicciones?¿El Estado puede imponer una moral determinada a los ciudadanos? ¿Tiene derecho el Estado a ir más allá de la pura enseñanza y modelar la conciencia de los ciudadanos según una supuesta ética pública? ¿Quién ha determinado esa ética y a qué fundamentos responde? ¿Es lícito otorgar al Estado la formación moral de los ciudadanos? 

Si sólo se enseñara el funcionamiento y los valores del sistema democrático, las instituciones políticas del Estado y cosas similares no habría oposición. Los problemas surgen porque en Educación para la Ciudadanía se enseñan contenidos que van mucho más allá de la enseñanza de los principios democráticos.

¿Cuál es el problema de fondo? Padres: el Estado pretende inmiscuirse en la educacón moral de las jóvenes generaciones e imponer las convicciones morales gubernamentales a vuestros hijos. Como padres es la propia libertad personal, refrendada  en la constitución la que está en peligro cuando permitimos al Estado intervenir y reglamentar todos los ámbitos que son propios de la plural libertad de los ciudadanos.

La sociedad civil pone en su sitio a Peces Barba

PecesEn una entrevista realizada por José María Moya para Magisnet, el ex rector de la Universidad Carlos III e ideólogo de las asignaturas de Educación para la Ciudadanía (EpC) ha afirmado que los padres nunca se han preocupado por la educación de sus hijos. Así justifica el verdadero propósito de las asignaturas estrella de la LOE, que no es otro que otorgar al Estado la formación moral de los chavales.  La entrevista aborda otras cuestiones como educación, libertad religiosa y presencia de la religión en la esfera pública.

En esa extensa entrevista se aborda la naturaleza de las asignaturas de Educación para la Ciudadanía y de Religión, poniendo de manifiesto el carácter subsidiario de los padres respecto del Estado en el ámbito de la educación, tal como subyace en el planteamiento y desarrollo de las asignaturas de Educación para la Ciudadanía.

Peces Barba es un  defensor acérrimo del laicismo decimonónico y del monopolio estatal de la educación. Recusa a los padres como educadores, desprecia la libertad de educación, y cómo no, se mofa de todos aquellos que escogen la asignatura de religión católica para sus hijos. Declaraciones que están cargadas de un profundo espíritu sectario.

Pero a D. Gregorio le ha salido el tiro por la culata y le están contestando desde todos los ámbitos. Así, Objetores, que agrupa a numerosos padres que defienden sus derechos frente a EpC, se ha apresurado a contestarle en una nota de prensa contundente. Igualmente, columnistas como Pedro María Reyes Vizcaíno han recordado al catedrático que los padres tienen derecho a escoger la educación moral para sus hijos.

Constitución española

Artículo 27.
1. Todos tienen el derecho a la educación. Se reconoce la libertad de enseñanza.

2. La educación tendrá por objeto el pleno desarrollo de la personalidad humana en el respeto a los principios democráticos de convivencia y a los derechos y libertades fundamentales.

3. Los poderes públicos garantizan el derecho que asiste a los padres para que sus hijos reciban la formación religiosa y moral que esté de acuerdo con sus propias convicciones.


Los padres tienen derecho a escoger la educación moral para sus hijos (diga lo que diga Peces-Barba)

Escrito por Pedro María Reyes Vizcaíno
Enero de 2011

En efecto, en esta entrevista Peces-Barba niega que la educación sea asunto de los padres. Para el entrevistado la asignatura de Educación para la Ciudadanía debe ser un desarrollo del artículo 27.2 de la Constitución. Este texto legal indica que «la educación tendrá por objeto el pleno desarrollo de la personalidad humana en el respeto a los principios democráticos de convivencia y a los derechos y libertades fundamentales».

Naturalmente si esta fuera la cuestión no habría problema. Seguramente todos los que objetan contra esta asignatura dejarían de oponerse a ella si solo enseñara el funcionamiento de la democracia, las instituciones políticas del Estado y cosas similares. De hecho no conozco a nadie que haya criticado estos contenidos. Los problemas surgen porque en esta materia se enseñan contenidos que van mucho más allá de la enseñanza de los principios democráticos. Y Peces-Barba está de acuerdo con ello. Preguntado si le bastaría con el modelo anglosajón, en el que se enseñan las instituciones políticas, lo rechaza tajantemente y afirma que Educación para la Ciudadanía (con sus actuales contenidos) debe ser obligatoria.

No desconoce Peces-Barba el derecho constitucional que asiste a los padres de que los hijos reciban la formación religiosa y moral que esté de acuerdo con sus propias convicciones (art. 27.3). Pero para él su contenido es «la ética privada, aquella que nos lleva a la virtud, al bien, a la salvación, a la felicidad, según sea uno creyente o no». Todo ello interpretado en el sentido más restrictivo.

Las contradicciones vienen en la aplicación práctica. Cuando en esta asignatura se enseña  a los alumnos a masturbarse, se les dice que el aborto es un método anticonceptivo inocuo o que las conductas homosexuales son tan legítimas como las heterosexuales, muchos padres se sienten invadidos en su propio campo. Y tienen razón. ¿Acaso hay alguien que opine que la masturbación es un asunto de ética pública? ¿O que intente hacer del uso del preservativo en la pareja un asunto público?

Llevando el razonamiento de Peces-Barba a sus últimas consecuencias se podría enviar a la policía a la intimidad del  lecho conyugal para comprobar si usan el preservativo. De hecho Peces-Barba en esta entrevista no puede evitar contradecirse en cada respuesta.

No, la educación moral es asunto de los padres y el Estado debe abstenerse de indicar los contenidos morales de la enseñanza, aunque no le guste a Gregorio Peces-Barba. Lo dice la Constitución Española, lo dice la Declaración Universal de Derechos Humanos («los padres tendrán derecho preferente a escoger el tipo de educación que habrá de darse a sus hijos ,art. 26, 3), lo dice el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos de las Naciones Unidas de 16 de diciembre de 1966 («Los Estados Partes en el presente Pacto se comprometen a respetar la libertad de los padres y, en su caso, de los tutores legales, para garantizar que los hijos reciban la educación religiosa y moral que esté de acuerdo con sus propias convicciones», art. 18, 4) y todos los instrumentos de derecho internacional y todas las sentencias internacionales y de derecho interno. Qué pena que no lo diga Peces-Barba.

Fuente: http://www.e-libertadreligiosa.net/


Plataforma Objetores.org

En un comunicado hecho público por la Plataforma Objetores.org, se destaca que entre otras afirmaciones "de corte totalitario", Peces-Barba sostiene en la entrevista que

* “es imprescindible (…) que [Educación para la Ciudadanía] supere la confusión que hay, desde sectores católicos extremistas, de que el tema de la educación es cosa de los padres”.
* “La Iglesia, en muchos casos asume el papel de la familia”
* “quien marca el modelo de enseñanza no son los padres, es el Estado”
* “Los padres no se han preocupado nunca de la educación de los niños. En su momento la abandonaron a unos maestros ignorantes, después a religiosos…”
* “la Educación democrática corresponde a los poderes públicos

Sugiere Peces-Barba que la educación española ha estado en manos de la Iglesia por delegación de las familias y es hora de que el Estado sustituya a la Iglesia como responsable último de la educación de los hijos. A partir de este planteamiento, el catedrático se extiende en una crítica a la asignatura de religión y a la misma Iglesia en un planteamiento revanchista que le lleva a afirmar que “La sociedad española merecería tener un poquito de anticlericalismo por todo lo que hemos soportado, que ha sido muchísimo”.

Ante este planteamiento evidentemente sectario y escasamente respetuoso con la libertad de los ciudadanos, desde la plataforma Objetores.org reiteran la necesidad de que los padres españoles, sea cual sea su legítimo planteamiento ideológico, adviertan
la gravedad de una situación en la que el Estado pretende imponer las convicciones gubernamentales a sus hijos. Es la propia libertad personal la que está en peligro cuando permitimos al Estado intervenir y reglamentar todos los ámbitos que son propios de la plural libertad de los ciudadanos.

Fuente:  http://actualidadextremadura.com/


Respuesta a Peces Barba

            
Marisa Pérez Toribio
enero 2011

Leía hace unos días con cierto asombro una larga entrevista de Gregorio Peces Barba en la revista Magisnet. Y digo con cierto asombro porque me costaba entender que una persona de la relevancia que ha tenido Peces Barba cayera en tal cúmulo de contradicciones e imprecisiones, cuando no falsedades, sobre diversas cuestiones educativas.

Se traslucían en dicha entrevista, como tantas veces, las filias y fobias de Peces Barba. Nos tiene muy acostumbrados desde hace tiempo a su beligerante laicismo, a su defensa a ultranza de la Educación para la Ciudadanía de este gobierno, al desprecio al papel educativo de los padres… pero la verdad es que esta vez, considerando que sus imprecisiones y falsedades no pueden deberse al desconocimiento, ha ido un poco más lejos en su interés expreso en confundir a la opinión pública y hacer ‘pedagogía social’ para que ciertas ideas particulares, abiertamente ideológicas y sectarias, vayan calando en la sociedad como si fueran principios absolutos, indiscutibles y admitidos por todos, como la existencia de una doble ética.

Afirma Peces Barba que “quien marca el modelo de enseñanza no son los padres, es el Estado. Eso está clarísimo en el artículo 27.2.” y que “La Educación moral de la ética privada que corresponde a los padres es la del artículo 27.3, y hay que distinguir entre las dos.”

Si fuera cierto que los padres no se han preocupado nunca de la educación de los hijos, habrían transigido también con el intento de este gobierno de suplantarles en su papel educador.

Peces Barba hace, de forma consciente, una errónea interpretación de la Constitución Española (CE) al afirmar, una vez más, que existen dos éticas: una privada que es la que corresponde a los padres y otra pública que es la que corresponde al Estado.

PecesEsta esquizofrénica opinión personal, carente de respaldo constitucional y de toda lógica, se está repitiendo desde hace varios años para tratar de justificar un inexistente derecho del Estado a conformar las conciencias de los menores a través de la educación. El artículo 27.2 de la CE no dice tal cosa, y Peces Barba lo sabe, del mismo modo que olvida intencionadamente que el artículo 27.3 sí reconoce de forma expresa “el derecho que asiste a los padres para que sus hijos reciban la formación religiosa y moral que esté de acuerdo con su propias convicciones” un derecho que los poderes públicos tienen el deber de garantizar.

Este derecho fundamental se ha visto vulnerado, entre otras cuestiones, por la imposición de Educación para la Ciudadanía, que va en contra de los artículos 16.1 y 27.3 de la CE. Por ello miles de padres, esos padres de los que Peces Barba dice que “no se han preocupado nunca de la educación de los niños” (formulando, sin duda, un deseo personal que les facilitaría el asalto final a la formación de las conciencias de todos los menores) han emprendido hace años una batalla contra el Estado que ha obtenido un importante respaldo jurídico en los tribunales, en contra de lo que afirma en la entrevista de que “prácticamente todas las sentencias de juzgados y tribunales han sido favorables a la asignatura, y luego lo ha dejado cerrado definitivamente una contundente sentencia del Tribunal Supremo.” O desconoce las sentencias de los diferentes Tribunales Superiores de Justicia (algo que resultaría ciertamente sorprendente) o falta a la verdad.

Dichos tribunales han fallado mayoritariamente a favor de los padres, y la sentencia del Tribunal Supremo no ha cerrado definitivamente la cuestión; primero, porque no puede hacerlo, y segundo, porque ni siquiera ha entrado en el fondo del asunto. Por esta razón, los padres han recurrido en amparo de sus derechos fundamentales al Tribunal Constitucional, que es el tendrá que zanjar la cuestión en España y, en su caso, si la cuestión tuviera que decidirse en Europa, lo haría el Tribunal Europeo de Derechos Humanos de Estrasburgo.

En cuanto a la asignatura de religión, otra de sus obsesiones recurrentes, sus afirmaciones responden de nuevo al desconocimiento de la situación (cosa bastante improbable tratándose quien se trata) o a una voluntad expresa de engañar a la opinión pública.

Afirma Peces Barba, “No tiene ningún sentido que sea obligatoria en un Estado no confesional. La Religión tiene que ser voluntaria” y “Es contradictorio con la Constitución”. La asignatura de religión es, desde el año 1979, voluntaria, evaluable, pero no computable en el expediente del alumno que la elige libremente, y su presencia en la escuela garantiza el derecho recogido en el artículo 27.3 de la CE y responde a la existencia de un acuerdo entre el Estado y la Santa Sede con categoría de tratado internacional.

La formación religiosa forma parte de la formación integral de la persona. Privar al hombre de esa formación, es negar su dimensión trascendente y una educación que obviara tan importante dimensión no podría contribuir, en ningún caso, al pleno desarrollo de la personalidad, como exige el art. 27.2 que él tanto cita. Por otra parte, el derecho de libertad religiosa exige de los poderes públicos promover las condiciones necesarias para que sea real y efectivo, como exige el artículo 9.2 de la CE.

En cuanto a la enseñanza pública, concertada y privada, Peces Barba traslada también una serie de opiniones personales, especialmente graves viniendo de un experto en temas constitucionales. Defiende Peces Barba la existencia de un ideario propio para los centros públicos, al que, además, deberían adaptarse también los centros de iniciativa social:“Cualquier colegio, como los del Opus Dei o de otras organizaciones, no pueden ser contrarios al ideario público”. Esta afirmación es extremadamente grave, primero porque los centros llamados públicos no pueden tener ningún ideario y su enseñanza debe ser neutral, y segundo porque cuestiona la presencia del ideario propio en los centros de iniciativa social, cuya existencia responde a la libertad de enseñanza y al derecho a la libertad ideológica y religiosa. Su existencia es, por tanto, la garantía de que se respeten estos derechos fundamentales y no es, como sostiene Peces Barba, “subsidiaria” de la pública y “una concesión muy generosa de la democracia” que el gobierno puede decidir suprimir en cualquier momento, como ya se está planteando.

Concluyo volviendo a la provocadora frase que aparece en el titular de la entrevista: “Los padres no se han preocupado nunca de la educación de los niños.” ¡Qué más quisieran algunos, incluido Peces Barba! Si fuera cierto que los padres no se han preocupado nunca de la educación de los hijos, habrían transigido también con el intento de este gobierno de suplantarles en su papel educador. La inmensa mayoría de los padres lo que han hecho toda la vida ha sido confiar en aquellos que les han ayudado en la tarea de educar a sus hijos. Esa confianza se ha visto gravemente traicionada, hasta el punto de intentar arrebatar a los padres, por ley, la formación moral de sus hijos, y por eso se ha producido la importante reacción social frente a Educación para la ciudadanía, que no ha sido más que el despertar de un importante movimiento social en defensa de la libertad de educación.

Marisa Pérez Toribio es Presidenta de "España Educa en Libertad"


GREGORIO PECES-BARBA Y LA PATERNIDAD DE LA DICTADURA LAICISTA

En Magisnet podemos leer la magnífica y extensa entrevista que José Mª de Moya ha hecho a D. Gregorio Peces-Barba. Sigue don Gregorio esclavo, sometido a  ese complejo de superioridad consustancial en su ser, y pontificando, como es habitual en él, sobre su particular concepto de la educación en democracia. Resumirlo es sencillo: el art. 27.2 de nuestra Constitución prevalece sobre el 27.3, o lo que es lo mismo, el Estado sobre el derecho individual. Como es su concepto, se cree con derecho a imponerlo a todos los ciudadanos. Nada nuevo bajo el sol de las dictaduras. Con semejante planteamiento ideológico sólo le queda a don Gregorio aprovechar su acomodada posición para seguir vomitando su laicismo intransigente, totalitario y anticlerical en el sistema educativo español. Utiliza nuestro sistema educativo a modo de escupidera sobre la cual esputar el resultado intelectual de un “privilegiado” cerebro como el suyo. Lo mismo hicieron los ideólogos de las dictaduras en el siglo pasado o los nacionalistas con el idioma en la actualidad.

D. Gregorio nunca ha sido padre de ninguna democracia. Colaboró en la copulación de un engendro que ha permitido, en su desarrollo, pasar de la dictadura franquista a un estado confesionalmente laicista, que trata de obligar a los ciudadanos a profesar una ética pública basada en sus particulares planteamientos ideológicos.

¿Este sujeto ha sido rector de una Universidad española? Ahora entiendo muchas cosas. Compadeciendo a sus alumnos le pido: no más lecciones don Gregorio. No más dictadura envuelta en un manto democrático. Sería fantástico que la gente como usted dejase de prostituir intelectualmente la democracia con un tal Laicismo (macho galo, del Gran Oriente Francés donde los haya) pagando con dinero del ciudadano. Sí, dinero del ciudadano, no del Estado. Que ya nos vamos conociendo y los cada vez más escasos contribuyentes ya sabemos que lo suyo es, entre otras cosas, vivir a costa del sistema educativo mientras regurgita  sus agnósticos e ideologizados sermones.

PODER JUDICIAL

¡Que  hartos estamos los padres que vivimos en un estado (de facto) confesionalmente laicista como el español! Dictatorialmente laicista. Tenemos que soportar a sus padres, profetas y apóstoles, que creciéndo y  desarrollándose en medio de una dictadura y no acabaron de encontrar el significado de lo que supone vivir y educar en libertad. Que no nos vengan con camelos los lacayos de la propaganda oficial: este hombre no es padre de ninguna democracia. Nos lo van a decir a nosotros, padres que  no podemos educar a nuestros hijos en nuestra lengua dentro de nuestro país, ni siquiera según nuestras convicciones. Tenemos que hacerlo según las convicciones morales públicas (¿o son púbicas?) del Estado, o mejor dicho, según las de Peces-Barba y sus secuaces ideológicos.  Han engendrado todo un aparato de poder cuya arma más letal se asienta en un poder judicial corrompido por las directrices políticas de quienes proponen a sus “señorías” para que ocupen sus políticos cargos dentro de los politizados tribunales (Supremo y Constitucional) que han de juzgar con “imparcialidad” las causas de ciudadanos indefensos como los padres.

Padres y madres cuyo único delito es nuestra pretensión de educar según nuestras convicciones morales, filosóficas y religiosas. Y ocuparnos siempre ¡ENTÉRESE BIEN, don GREGORIO! ocuparnos siempre de la educación de nuestros hijos. Pero no. Ahora resulta que la ética pública, de Estado, la Pecesbarbiana, es el nuevo ídolo ante el que tenemos que inclinar nuestra ética privada, esa que es fruto de nuestras convicciones más profundas. El poder judicial estará pendiente de que nuestra genuflexión adquiera los grados inclinatorios adecuadamente “democráticos”.

EDUCACIÓN CONCERTADA

Otra de las patas donde se apoya la dictadura laicista la sufrimos los padres que llevamos a nuestros hijos a la escuela concertada. Éste ha sido otro ejemplo de lo que para Peces-Barba significa la palabra “democracia”. Sabemos bien qué quiere decir cuando dice en la entrevista:

“Y otro signo es que los religiosos de la enseñanza han aceptado la asignatura. Yo creo que esto es decisivo”. Ellos dijeron que la aceptaban pero adaptándola al ideario propio del centro. “Pero ninguno de los temas centrales desaparecen”.

Quiere decir que es “democrática” la amenaza implícita hacia las órdenes religiosas que supone el riesgo de la supresión de la financiación de los conciertos, si no se avienen a reflejar en los libros de Educación para la Ciudadanía todos los contenidos ideológicos ( laicismo, relativismo, ideología de género…)

Democracia Pecesbarbiana a cambio de un plato de lentejas. Que se lo digan a editoriales supuestamente católicas como S.M., que en el libro de otro “lumbreras” como José Antonio Marina, aparece Jesús de Nazaret en la página ciento y pico en la sección de “creadores sociales”. Con un par, católicos de S.Marianistas. Supongo que, con la subida del IPC en estos últimos 2000 años, habréis subido el precio y no os habréis quedado esas 30 pírricas monedas de plata. Con eso no mantendríais ningún colegio. ¿O, más bien, los estáis manteniendo todos? Perdón, me había olvidado que la verdad absoluta, en la España de los zetapés y rajoys, emana de Papá Estado. Esta misma España donde los ciudadanos somos tratados cada cuatro años como mera coartada para disimular la dictadura laicista en la que estamos sometidos. Esa dictadura que se ha disfrazado de democracia en este singular y carnavalesco aquelarre donde nada es lo que parece, donde los ciudadanos somos tratados como borregos iletrados a los que se les puede despojar de sus derechos educativos para luego espetarles en una entrevista que: “nunca se han preocupado de la educación de sus hijos”.

Domingo Blasco
Vicepresidente de Castellón Educa en Libertad


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