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LA «SOCIEDAD DE LA INFORMACIÓN», UN CASO PARADIGMÁTICO

ANTE EL RETO DE LA SOCIEDAD DE LA  INFORMACIÓN

Frente a ti, ofertas y anuncios en abundancia, apariencias atractivas, reclamos seductores, seducciones sugestivas...

Los medios de comunicación tratan de controlar nuestra capacidad de pensar, sentir, querer...

Debemos aprender a seleccionar la información relevante en función de las propias necesidades.

Los ciudadanos debemos formarnos en una actitud crítica a fin de defender nuestra libertad.

En una sociedad abierta y plural como la nuestra la pluralidad de ofertas y diversidad de opciones que el  ciudadano tiene ante sí en los diversos ámbitos de la vida son múltiples, variadas y diversas. Y no todas tienen el mismo valor en función de las propias convicciones. Por eso, porque difieren en su valor, porque no todas ellas valen lo mismo, el ciudadano de hoy tiene ante sí la gran tarea, el gran reto de, en primer lugar, percibir esa pluralidad de opciones, e inmediatamente reflexionar ejercitándose en diferenciar, distinguir, discernir entre ellas.

Al mismo tiempo debemos procurar que, frente al riesgo de manipulación, de modelado de nuestras mentes, de manejo de nuestra voluntad, por condicionantes externos e internos a que todos nos vemos sometidos, el grado de protagonismo personal  en el momento de la toma de decisiones, en el ejercicio efectivo de nuestro reducto de  libertad personal, sea el mayor posible. Todo ello contribuirá, sin duda, a mejorar cualitativamente nuestra capacidad de autodeterminación personal, meta de cualquier verdadera educación.

EL CASO PARADIGMÁTICO DE LA SOCIEDAD DE LA INFORMACIÓN

esLa situación en la que nos encontramos ante la «sociedad de la información» es similar, en cierto modo, a la que podemos hallar en otras esferas de la vida social; la sociedad de la información puede considerarse como  un caso paradigmático de lo que ocurre en otros muchos ámbitos de la vida actual. Esa situación supone todo un reto para el ciudadano de hoy. En el terreno de la política (y más en períodos electorales), de la vida social, de los estilos de vida que se nos proponen, de las modas, de las ideologías o la religión…, en cierto sentido, ocurre algo similar a cuanto acontece en el campo de la información. ¿Cuál es la situación con la que nos encontramos? Frente a ti, ofertas y anuncios en abundancia, apariencias atractivas, reclamos seductores, seducciones sugestivas, modelos y formas de vida atrayentes, estilos de vida diferentes… Ante ti, muchas oportunidades, muchas posibilidades… Tienes mucho en donde elegir…

En el terreno de la información, por ejemplo, nos encontramos en medio de una sociedad en la que los medios de comunicación social condicionan la mentalidad colectiva y tratan de controlar al máximo nuestra capacidad de pensar, sentir, querer y decidir por nuestra cuenta. Todos, jóvenes y adultos, recibimos hoy una avalancha de información. Una ingente cantidad de información. El vertiginoso desarrollo de las comunicaciones -prensa, radio, televisión, internet -lo hace posible e inevitable.  Son múltiples los medios a través de los cuales diariamente nos llega una gran variedad de enfoques sobre temas distintos…  Posturas divergentes sobre un mismo fenómeno. Además, continuamente aparecen nuevos conocimientos y se producen adelantos científicos y técnicos, aportando nuevos datos que vienen a sobreponerse a los anteriores. Corremos el riesgo de quedar sepultados bajo tal cascada de datos dispersos, incluso contradictorios.

Sometidos como estamos a tal avalancha de información procedente de canales diversos, recibimos versiones diversas, a veces contradictorias, sobre hechos y fenómenos que ocurren a nuestro alrededor,  con frecuencia expresados en un lenguaje oscuro, a veces interesadamente manipulado, no siempre fácil de entender. Las diferentes versiones que nos llegan nos llevan a reflexionar acerca de la complejidad de cuanto sucede y rodea, lo que explica tantas versiones  y visiones parciales y a veces contradictorias.

ABRUMADOS POR SOBREABUNDANCIA DE INFORMACIÓN

Hemos pasado de una situación histórica en la cual la información era un bien escaso a una sociedad en la que la información es un recurso sobreabundante. Hoy se saben muchas cosas pero se conocen deficientemente. Una de las causas de la deficiencia en el conocimiento actual es el exceso de información, además de la carencia de habilidad para procesar esa información.

Qué hacer ante tan ingente cantidad y variedad de información?  ¿Cómo elegir en ese río revuelto lo que es significativo, lo que resulta clave para nuestra vida? Ante la ingente cantidad de información de que disponemos hoy en día, son necesarias nuevas habilidades y pautas de comportamiento que nos permitan afrontar los nuevos retos que nos depara el presente, entre ellos el desafío que supone una sociedad plural en la que la información es un bien en sobreabundancia.

Hoy es necesario no solamente saber acceder a esa información, sino tener habilidades para seleccionarla y saber convertir esa información en conocimiento. En el tránsito de la sociedad de la información a la sociedad del conocimiento nos encontramos con un doble reto:

  1. Aprender a transitar, a desenvolvernos, en medio de esa avalancha de información.
  2. Saber transformar esa información en verdadero conocimiento.

TRANSFORMAR LA INFORMACIÓN EN CONOCIMIENTO

Uno de esos retos: aprender a transformar esa información en conocimiento. Por un lado, debemos aprender a seleccionar la información relevante en función de las propias necesidades. Por otro, es necesario aprender a gestionarla. Cada vez más, se hace necesario distinguir entre el conocimiento que podemos encontrar en diversas fuentes de información y las habilidades para gestionarlo.

Hoy se está dibujando una nueva forma de aprender basada en planteamientos que promueven el aprendizaje a partir de la búsqueda, relación, experimentación y transformación de los conocimientos (no solo de su memorización, según el paradigma tradicional). Aprender a saber y a conocer incluye hoy el desarrollo de capacidades como:

  • Saber informarse, a fin de analizar y comprender mejor la realidad;
  • Saber utilizar la información y aprender a combinarla adecuadamente para generar los conocimientos deseados…
  • Incluye también, la capacidad de construir el conocimiento
  • la capacidad para aprender y pensar de manera autónoma,
  • además, supone también promover aprendizajes polivalentes, integrando conocimientos fragmentarios y desarrollando sólidos esquemas culturales;
  • La capacidad para acceder a la «cultura» concebida como un conjunto de visiones diversas del mundo, valores diferentes, formas diversas de comunicación, con diversidad de códigos, etc.

Los cambios metodológicos que pueden derivarse del acceso universal a la información y a la comunicación son tan importantes que nos permiten dibujar un nuevo escenario en el que destacará la necesidad de lograr capacidades para continuar aprendiendo a lo largo de toda la vida.

DESARROLLO DE UNA ACTITUD RESPONSABLE Y CRÍTICA  

En medio de este panorama, además de las ventajas que supone disponer como nunca antes de tanta información a nuestra disposición, corremos también un cierto riesgo. Tenemos que elegir, tenemos que decidir, tenemos que optar entre ofertas y posibilidades distintas y eso supone tener que discernir, diferenciar, distinguir, lo cual implica un ejercicio crítico de responsabilidad. Nuestra libertad puede estar en peligro y sometida a un riesgo permanente ante la voluntad de dominio y manipulación por parte de otros. El manipulador intenta modelar la mente, la voluntad y el sentimiento de personas y grupos para convertirlos en medios al servicio de sus fines. Frente al riesgo de manipulación, se hace necesario el desarrollo de una actitud responsable y crítica. 

La presión y el control social que intentan ejercer los grandes grupos de información y medios de comunicación es evidente en el panorama mediático actual. Con tanto poder e influencia la tentación de manipulación por parte de esos medios es evidente. Tales medios tienen recursos suficientes, a través de diversos sistemas ( ver, por ejemplo: La manipulación a través del lenguaje ), la propaganda o la publicidad, para manipularnos y reducir al máximo nuestra capacidad de decidir libremente.

Pero tú, aunque la situación es compleja, procura no abrumarte. No te dejes manejar, manipular. No te dejes fácilmente embaucar, no te dejes engañar. No permitas fascinarte por seducciones atractivas que, a menudo, no van mucho más allá de su propio envoltorio.

Selecciona, escoge, opta… Decide tú mismo el camino. Descubre y persigue lo realmente valioso para ti. Elige tú el camino a recorrer… No accedas a que los demás lo tracen por ti. Se tú mismo. Selecciona, decide, escoge, elige, opta... Se tú el protagonista. Escoge tú…,  no permitas que los demás decidan por ti.

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