Complemento indirecto
Es compatible con cualquier otro complemento
en la misma oración, y suele designar al destinatario de
la noción evocada por el verbo o, en su caso, por el conjunto
del verbo y su CD o Complemento de régimen verbal:
- Ana
Belén abofeteó la cara a su amigo.
- María
Antonia escribió una carta a su amigo.
- Rosa
habló de sus problemas a su amigo.
El
CI a su amigo especifica el destino de la experiencia
denotada bien por el verbo, en el primer caso, bien por el verbo
y su complemento, en los dos últimos.
No
es necesario que el referente del CI sea animado:
- Al
coche de Federico le
faltan algunas piezas.
La
preposición a se antepone siempre al CI, pero como
también se usa en otras funciones (CD, CRV, CC), no basta
ella sola para identificarlo.
Rasgos
comunes entre el CD y el indirecto:
- Se
sitúan ambos frecuentemente tras el verbo.
-
Cuando concurren, el orden en el que aparecen uno y otro es indiferente:
son sólo motivos rítmicos o expresivos los que hacen
preferible uno u otro orden.
-
Al anteponerlos al verbo, hay que añadir un pronombre átono;
lo mismo ocurre cuando se eluden por ser conocidas sus referencias.
- Los
pronombres átonos utilizados para conmutarlos son los mismos
en primera y segunda persona.
Sin
embargo, en tercera persona, la conmutación por el pronombre
átono nos da una prueba suficiente para su diferenciación,
siempre que no cometamos errores de loísmo, leísmo
o laísmo:
El CD se conmuta por lo,
la, los o las, según sea su género y su número.
El CI se sustituye por le
o les, según sea su número.
Si concurren y deben ser sustituidos ambos,
el CI se conmuta por se.
Confusión
entre el CI y el CRV
Respecto
a su posible confusión con el CRV basta la conmutación
para establecer la diferencia. Compárense estos ejemplos:
- El
Consejero faltó a su promesa, (faltó a ella) (CRV)
- En
los servicios huele a perros muertos, (huele a eso) (CRV)
con
estos otros:
A
José Luis le faltó
poco para el aprobado. (CI)
A Paco le huelen los pies. (CI)
Confusión
entre CI i CC con a.
Tampoco
es fácil confundirlo con el CC con a. La simple sustitución
pronominal resuelve los poco probables equívocos:
- Puso
dos cerraduras a la puerta (Le puso dos cerraduras: CI),
- Puso
dos macetas a la puerta (Puso dos macetas allí: CC).
Complementos
introducidos por para
No
deben considerarse CI, los complementos introducidos por la preposición
para, aunque puedan referirse en la realidad a un destinatario.
Presentan rasgos que los diferencian claramente del CI:
Si
se anteponen al núcleo verbal no necesitan de pronombre átono.
- Han
traído un paquete para la Directora. Para
la Directora han traído un paquete.
Son
compatibles en la oración con un CI.
Han traído al Conserje
un paquete para la Directora.
Así
pues, debemos considerar los segmentos con para
como complementos circunstanciales.
Verbos
pronominales
Con
ciertos verbos, llamados pronominales, aparecen pronombres átonos
que no se refieren a CI eludidos. Verbo y pronombre constituyen
una unidad funcional y semántica, y no interesa discutir
si son CD o CI. Estos pronombres son simple repercusión expresiva
de la persona del sujeto, y su presencia matiza de forma diversa
la noción manifestada por el verbo:
Me
arrepiento de lo que hice.
Me estuve quieto.
Se suicidó tirándose por la ventana.
Complemento
de interés (dativo de interés)
A
veces, especialmente en el registro familiar, aparecen junto al
verbo pronombres átonos que no pueden identificarse con los
de CI. Son los llamados generalmente complementos de interés:
- No
me le deis caramelos al niño.
- Este
niño no me come nada.
- Si
me tardas un poco más, me voy a casa.
El
papel del complemento de interés es el de hacer referencia
a la persona interesada en lo que se dice.
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