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Recreación del momento histórico

     
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José Ma. Díez Martínez
     

 

 

 
 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

SE ENTERA RUY VELÁZQUEZ

¿Qué ha pasado ahora?

¿No bastaba lo de Alvar Sánchez? ¿Oyes el llanto de tu mujer?

-Ruy: A buen descanso venimos.

SALE DOÑA LAMBRA

Venganza te pido, Rodrigo, de tus sobrinos infames.

Callad, callad doña Lambra, no es justo tratar venganzas, sino perdón y olvido.

¡Ay Rodrigo! Te han perdido el respeto. Un rapacillo, que ayer jugaba con otros niños, el menor de los de Lara, te ha muerto dos deudos míos, Y con un halcón que arrebató a un escudero, te cruzó este rostro lindo, Sufriendo arañazos por boca, narices y oídos.

CARTA DE RUY VELÁZQUEZ A ALMANZOR

Ruy Velázquez castellano, a ti Almanzor Supremo, hoy te quiero dar a Castilla.

A los campos de Tajahuerce, Esteras y Peroniel, llevar los siete infantes prometo, con engaño y poca gente.

Envía a Viara y Galbe con gran ejército. No tienen mejor defensa que las lanzas de estos hombres, que son halcones o leones.

A vos, Almanzor, Ruy Velázquez os desea salud, como a amigo a quien mucho quiere. Os hago saber que los hijos de don Gonzalo Gustios, señor de Salas, que lleva esta carta, nos han ultrajado a mi mujer y a mí. Como no me puedo vengar de ellos, como yo quisiera en tierra de cristianos, os envío a su padre, para que me hagáis el favor de mandarle matar. Hecho esto, sacaré yo mis huestes, llevando conmigo a los siete hijos de don Gonzalo, y acamparé en el monte de Omeñaca y Peroniel, cerca de Almenar. Sacad vos también vuestro ejército y venid cuanto antes a ese mismo sitio. Traeréis con vos a Viara y a Galve, que son los dos muy amigos míos. A los siete infantes, mis sobrinos, los degollaréis: éstos son entre los cristianos, los que peor os quieren. Muertos ellos, tendréis en vuestro poder toda Castilla, porque mis sobrinos son hoy el principal apoyo que tiene el conde Garci Fernández.

Escrita y sellada la carta, mandó Ruy Velázquez matar al moro para que no le descubriese. Después de lo cual montó a caballo y se fue para Salas. Al entrar en casa de su hermana doña Sancha dijo con hipocresía:

-Hermana mía, muy rico vendrá, Dios mediante, tu marido de Córdoba, adonde le envío. Espero que traiga tanto dinero que seamos ricos lo que todavía nos quede de vida.

Luego le dijo a Gonzalo Gustios: -Cuñado, puesto que habéis de partir, despedíos de doña Sancha y vayámonos juntos. Ya que Vilviestre os coge de camino dormiremos allí.

RUY VELÁZQUEZ INVITA A SUS SOBRINOS

Muy pocos vasallos son menester si vosotros venís conmigo, para castigar al enemigo.

Armaos venid tras de mí, en las orillas del Ebrillos os esperaré, donde dicen Vinuesa.

DISCUTEN RUY VELÁZQUEZ Y GONZALO GUSTIOS

Si yo les dije que se volvieran, es porque sospecho traición, no porque sea cobarde, Porque miente el que dijere que a mí me falta nobleza, viejo soy, fáltame sangre, pero la que tengo es buena.

COMIDA CON GONZALO GUSTIOS

-Galve: El Rey, mi señor, quiere que hoy comas con él.

-Gonzalo: ¡Sí, el Rey con un cautivo!. Mira, que te habrás equivocado

-Galve: Digo que a ti me ha enviado

-Gonzalo: ¡Estoy confuso, señor, de ver que acá fuera me sacas! Me han dicho, que me invitas a comer.

-Almanzor: Sábete Gonzalo Gustios, que en los campos de Arabiana, he tenido una victoria, de una sangrienta batalla, ocho cabezas me trujo mi general Viara, y querría conocerlas; que dicen que son de Salas.

-Gonzalo: Si de Salas son señor, seguro es que serán, familiares míos

-Almanzor: Corre esta cortina Arlaja

-Gonzalo: Mis hijos me parecen, ¡Ay, mis hijos!

¡Ya me parecía a mi, que era muy grande el regocijo! ¡Pobre doña Sancha, con qué esmero tú los criaste! Aquí está nuestra sucesión, casa, esperanza y apellido. ¡El cielo ponga consuelo, en tus lágrimas y luto!.

-Almanzor: El caso lastimoso, mueve las piedras; aunque eres mi enemigo, no te quiero mirar tan doloroso.

Vete a Castilla, Gonzalo, y consuela tu casa, que a tu solo amparo apela. Mucho me pesa en el alma, y bien creerás, que me pesa.

-Gonzalo: ¡Terribles son los postres de tu mesa!, de haberlo esto sabido, nunca hubiera yo en Córdoba comido.

  En el campo de Arabiana,  
  murió gran caballería,  
  por traición de Ruy Velázquez  
  y de Doña Lambra envidia.  
     
  Murieron los siete infantes,  
  que eran la flor de Castilla;  
  sus cabezas lleva el moro  
  en polvo y sangre teñidas  
  convidárame a comer  
  el Rey Almanzor un día.  

ARLAJ HABLA CON GONZALO

-Arlaj: Gonzalo, quiero hablar contigo a solas, tengo algo que decirte, Tengo un bien que darte.

-Gonzalo: Hoy no me digas nada, que el cielo con sus alegrías y el infierno con sus dolores, todos me están castigando.

Si hembra parieres, tendrás tú que criarla, y si varón parieres, en Córdoba hay cautivos sacerdotes, dale bautismo; así te ayude el cielo. Y cuando sea grande envíale a Castilla a que mi hacienda y mis vasallos mande. Esta sortija que tengo, voy a partirla en dos; dále esta parte al hijo que naciere; será de mí por ella conocido, si fuera varón.

-Arlaj: El dolor me obliga a callar. Ten paciencia Gonzalo.

ARLAJ A SU HIJO MUDARRA

No me enamoré yo del cuerpo de tu padre, me enamoré del alma, de la fama y del valor...

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