Las marismas construidas son sistemas de depuración constituidas
por lagunas de poca profundidad, rellenas o no de medio granular , donde
se desarrolla una vegetación emergente que tiene un papel fundamental
en el tratamiento del agua.
Las marismas construidas se clasifican en dos tipologías:
> Marismas naturales: el agua que se vierte tiene
que haber estado sometida como mínimo a un tratamiento secundario.
Se utilizan solo como tratamiento de afinación, después
de un tratamiento secundario o terciario.
> Marismas artificiales: están especialmente diseñadas
para tratar el agua residual. Se clasifican según el flujo hidráulico
en:
> Marismas de flujo superficial: se trata
de sistemas formados por lagunas o canales en paralelo, con el fondo
permeable, con vegetación emergente y normalmente poco profundas,
entre 0,3-0,6 m. El tratamiento lo lleva a cabo básicamente la
vegetación, a medida que el agua va pasando entre tallos y raíces.
> Marismas de flujo subsuperficial: se trata de sistemas
formados por lagunas o canales con el fondo impermeable, lleno de un
medio granular (gravas), donde se arraiga la vegetación emergente.
El tratamiento del agua residual tiene lugar a nivel de las raíces
de las plantas y en el medio granular que las soporta.