Índex Tornar Què estudia? Independència Bases fisiològiques de la personalitat Aprenentatge Escoles de Psicologia Conductisme Psicoanálisi Psicologia evolutiva Psicologia cognitiva Psicologia humanista Intel·ligència Biografies Control
| |
|
Enllaços |
BIOGRAFIES
Piaget, Jean (1896-1980), psicólogo y lógico suizo, conocido por sus
trabajos pioneros sobre el desarrollo de la inteligencia en los niños. Sus
estudios tuvieron un gran impacto en el campo de la psicología infantil y de la
educación.
Nacido en 1896, en Neuchâtel (Suiza), Piaget escribió y publicó su primer
trabajo científico cuando tenía sólo diez años. Estudió en la Universidad de
Neuchâtel, y tras doctorarse en biología a los veintidós, comenzó a interesarse
en la psicología, disciplina que estudió y en la que desarrolló sus
investigaciones primero en Zurich y después en la Sorbona, París, donde inició
sus estudios sobre el desarrollo de las capacidades cognitivas. En 1955 fue
director del Centro Internacional de Epistemología en la Universidad de Ginebra,
y después codirector de la Oficina Internacional de la Educación.
En sus trabajos, Piaget distinguió cuatro etapas en el desarrollo intelectual
del niño. En el estadio sensoriomotriz —desde el nacimiento a los dos años—, el
niño se ocupa de adquirir control motor y conocer los objetos del mundo físico,
pero aún no forma símbolos de estos objetos. Después, en el periodo
preoperacional, de los dos a los siete años, el niño se ocupa de adquirir
habilidades verbales y empieza a elaborar símbolos de los objetos que ya puede
nombrar, pero en sus razonamientos ignora el rigor de las operaciones lógicas.
Será después, en la etapa de las operaciones concretas, de los siete a los doce
años, cuando el niño sea capaz de manejar conceptos abstractos como los números
y de establecer relaciones. El niño trabajará con eficacia siguiendo las
operaciones lógicas, siempre que lo haga con símbolos referidos a objetos
concretos y no abstractos, con los que aún tendrá dificultades. De los doce a
los quince años (edades que se pueden adelantar por la influencia de la
escolarización), desarrolla la etapa operacional formal, si es que alcanza esta
etapa, porque según Piaget, no toda la población llega a este nivel, y operará
lógica y sistemáticamente con símbolos abstractos, sin una correlación directa
con los objetos del mundo físico.
Entre sus muchos escritos destacan El pensamiento y lenguaje del niño (1926),
Juicio y razonamiento en el niño (1928), El nacimiento de la inteligencia en el
niño (1954), Seis estudios de psicología (1964) y Psicología y pedagogía
(1970).[1]
Thorndike, Edward Lee (1874-1949), psicólogo y educador estadounidense,
nacido en Williamsburg (Massachusetts), estudió en Wesleyan y en las
universidades de Harvard y Columbia. Thorndike se acercó a la psicología en el
Teachers College de la Universidad de Columbia en 1899, donde trabajó como
profesor adjunto de psicología de la educación desde 1901 hasta 1904 y como
profesor de psicología desde 1904 hasta su retiro en 1940. Desde 1922 hasta 1940
fue también director de la división de psicología del Instituto de Investigación
Educativa del Teachers College.
Mediante el uso de los experimentos de ensayo y error con animales, Thorndike
formuló su ley llamada del efecto —según la cual, se aprende aquella acción cuyo
resultado es más satisfactorio— y la aplicó al desarrollo de técnicas especiales
de enseñanza para usar en la clase. Es especialmente conocido por la elaboración
de varios tests de inteligencia y por el rechazo de la creencia de que temas
considerados intelectuales como las lenguas y las matemáticas organizaban el
cerebro. Como consecuencia de esta posición trabajó intensamente para favorecer
la inclusión de nuevas disciplinas académicas, como la física y las ciencias
sociales, en los currículos tanto de la escuela primaria como de la secundaria.
Entre los trabajos de Thorndike destacan los siguientes Psicología de la
educación (1903), Inteligencia animal (1911), La medida de la inteligencia
(1926) y Naturaleza humana y orden social (1940).[2]
Watson, John Broadus (1878-1958), psicólogo estadounidense, nacido en
Greenville, Carolina del Sur, y formado en las universidades Furman y Chicago.
Fue profesor y director del laboratorio de Psicología de la Universidad Johns
Hopkins de 1908 a 1920. Se le reconoce como fundador y principal representante
del conductismo, que reducía la psicología al estudio del comportamiento externo
observable objetivamente y a su explicación en términos de estímulo-respuesta.
Sus escritos incluyen, entre otros, Educación animal (1903), Conducta, una
introducción a la psicología comparativa (1914), El conductismo (1925) y El
cuidado psicológico del niño pequeño (1928).[3]
Pávlov, Iván Petróvich (1849-1936), fisiólogo y premio Nobel ruso,
conocido por sus estudios sobre el comportamiento reflejo. Nació en Riazán y
estudió en la Universidad y en la Academia Militar de Medicina de San
Petersburgo; desde 1884 hasta 1886 estudió en Breslau (hoy Wroclaw, Polonia) y
en Leipzig, Alemania. Antes de la Revolución Rusa fue director del departamento
de fisiología del Instituto de Medicina Experimental (parte de la actual
Academia de Ciencias Médicas), en San Petersburgo, y fue catedrático de medicina
en la Academia Militar de Medicina. A pesar de su oposición al comunismo, a
Pavlov se le permitió continuar sus investigaciones en un laboratorio construido
por el gobierno soviético desde 1935. Pavlov es reconocido por sus trabajos
precursores sobre la fisiología del corazón, el sistema nervioso y el aparato
digestivo. Sus experimentos más famosos, que realizó en 1889, demostraron la
existencia de reflejos condicionados y no condicionados en los perros, y
tuvieron gran influencia en el desarrollo de teorías psicológicas conductistas,
fisiológicamente orientadas, durante los primeros años del siglo XX (véase
Psicología experimental). Sus trabajos sobre la fisiología de las glándulas
digestivas le hicieron acreedor en 1904 al Premio Nobel de Fisiología y
Medicina. Su principal obra es Reflejos condicionados (1926).[4]
Skinner, Burrhus Frederic (1904-1990), psicólogo estadounidense, nacido
en Susquehanna, Pennsylvania, y formado en la Universidad de Harvard. Skinner
llegó a ser el principal representante del conductismo en su país, escuela que
pretende explicar el comportamiento humano y animal en términos de respuesta a
diferentes estímulos.
Preocupado por las aplicaciones prácticas de la psicología, creó la educación
programada, una técnica de enseñanza en la que al alumno se le presentan, de
forma ordenada, una serie de pequeñas unidades de información, cada una de las
cuales debe ser aprendida antes de pasar a la siguiente, técnica que ha
originado una gran variedad de programas educativos. Entre sus trabajos más
importantes hay que citar La conducta de los organismos (1938), Walden dos
(1961), una utopía conductista en la que aplica los principios de esta escuela
psicológica para el establecimiento de una comunidad humana ideal, y Tecnología
de la enseñanza (1968). En Más allá de la libertad y la dignidad (1971), Skinner,
desde sus postulados deterministas, defiende el condicionamiento controlado
masivo (en lugar de la educación actual, que sería también un condicionamiento
masivo, pero descontrolado), como medio de control de un orden social dirigido a
la felicidad del individuo. Entre sus últimos trabajos se encuentran:
Autobiografía: así se forma un conductista (1976) y Reflexiones sobre
conductismo y sociedad (1978).[5]
Maslow, Abraham Harold (1908-1970), psicólogo estadounidense y máximo
exponente de la psicología humanística, nacido en Nueva York, y formado en la
Universidad de Wisconsin. La mayor parte de su carrera docente transcurrió en la
Universidad de Brandeis. Consideró el conductismo ortodoxo y el psicoanálisis
demasiado rígidos teóricamente, y preocupado por la enfermedad mental,
desarrolló una teoría de la motivación que describe el proceso por el que el
individuo pasa de las necesidades básicas, como alimentarse y mantener
relaciones sexuales, a las necesidades superiores. Este proceso lo denominó
autorrealización y consiste en el desarrollo integral de las posibilidades
personales. La psicoterapia humanística, normalmente empleada como terapia de
grupo, se aplica para ayudar al individuo a progresar a través de las etapas que
van de las necesidades básicas elementales a las superiores. Sus principales
obras son Motivación y personalidad (1954) y Hacia una psicología del ser
(1962).[6]
Rogers, Carl (1902-1987), psicólogo estadounidense, famoso por el
desarrollo de métodos de psicoterapia. Se doctoró en la Universidad de Columbia
en 1931, época en la que ya investigaba con niños maltratados. Disconforme con
las prácticas terapéuticas y las técnicas de diagnóstico de su época, fundó lo
que se conocería como psicoterapia, centrada en el cliente, entendido como
sinónimo de paciente. Este método otorga especial importancia a la relación
entre terapeuta y paciente. La personalidad del terapeuta influye en el paciente
y puede ser utilizada de modo deliberado para conseguir determinados objetivos
terapéuticos.[7]
Freud, Sigmund
(1856-1939), médico y neurólogo austriaco, fundador del psicoanálisis.
Freud nació en Freiberg (actual Príbor, República Checa), el 6 de mayo de 1856 y
se educó en la Universidad de Viena. Cuando apenas tenía tres años, su familia,
huyendo de los disturbios antisemitas que entonces se producían en Freiberg, se
trasladó a Leipzig. Poco tiempo después, la familia se instaló en Viena, donde
Freud residió la mayor parte de su vida.
Aunque su ambición desde niño había sido dedicarse al ejercicio del derecho,
Freud se decidió a estudiar medicina justo antes de entrar en la Universidad de
Viena en 1873. Inspirado por las investigaciones científicas del poeta alemán
Goethe, sintió un vehemente deseo de estudiar ciencias naturales y de resolver
alguno de los retos que en aquel momento afrontaban los investigadores de su
tiempo.
Ya durante el tercer curso, Freud comenzó a investigar sobre el sistema nervioso
central de los invertebrados, en el laboratorio de fisiología que dirigía el
médico alemán Ernst Wilhelm von Brücke. Estas investigaciones neurológicas
fueron tan absorbentes que Freud descuidó sus obligaciones académicas,
permaneciendo en la facultad tres años más de lo habitual antes de obtener su
licenciatura en Medicina.
En 1881, después de cumplir un año de servicio militar obligatorio, finalizó su
licenciatura. Sin embargo, no quiso abandonar el trabajo experimental y
permaneció en la universidad como ayudante en el laboratorio de fisiología. En
1883, presionado por Brücke, se vio obligado a abandonar la investigación
teórica.
Así, Freud estuvo tres años en el Hospital General de Viena, dedicándose
sucesivamente a la psiquiatría, la dermatología y los trastornos nerviosos. En
1885, tras su designación como profesor adjunto de Neuropatología en la
Universidad de Viena, dejó su trabajo en el hospital. A finales del mismo año,
recibiría una beca del gobierno para estudiar en París diecinueve semanas junto
al neurólogo Jean Charcot, que a la sazón trabajaba en el tratamiento de ciertos
transtornos mentales mediante la hipnosis, en el manicomio de Salpêtrière del
que era director. Los estudios de Freud con Charcot, centrados en la histeria,
encauzarían definitivamente sus intereses hacia la psicopatología, el estudio
científico de los trastornos mentales.
En 1886 Freud se estableció como médico privado en Viena, especializándose en
los trastornos nerviosos. Sufrió una fuerte oposición de la clase médica vienesa
por su defensa del punto de vista de Charcot sobre la histeria y el uso de la
hipnosis, entonces considerados como enfoques poco ortodoxos. El enfrentamiento
resultante retrasó la aceptación de sus hallazgos posteriores sobre el origen de
las neurosis.
Los comienzos del psicoanálisis
El primer trabajo publicado de Freud sobre psicopatología, Sobre la afasia,
apareció en 1891; era un estudio de este trastorno neurológico en el que la
capacidad para pronunciar palabras o nombrar objetos comunes se pierde como
consecuencia de una enfermedad orgánica en el cerebro. Su último trabajo sobre
neurología, el artículo, ‘Parálisis cerebrales infantiles’, fue escrito para una
enciclopedia en 1897 sólo por la insistencia del editor, porque en aquel momento
Freud estaba más ocupado en las explicaciones psicológicas de las enfermedades
mentales que en las fisiológicas. Sus trabajos posteriores se inscriben
enteramente en ese terreno, que él mismo había bautizado como psicoanálisis en
1896.
Esta nueva orientación de Freud se dio a conocer por vez primera en su trabajo
Estudios sobre la histeria (1893 ), elaborado en colaboración con el médico
vienés Josef Breuer, que dos años después se publicaría con mayor extensión. Se
consideraban los síntomas de la histeria como manifestaciones de energía
emocional no descargada, asociada con traumas psíquicos olvidados. El
procedimiento terapeútico consistía en sumir al paciente en un estado hipnótico,
para forzarle a recordar y revivir la experiencia traumática origen del
trastorno, con lo que se descargarían por catarsis las emociones causantes de
los síntomas. La publicación de esta obra marcó el comienzo de la teoría
psicoanalítica, formulada sobre la base de las observaciones clínicas.
Durante el periodo de 1895 a 1900, Freud desarrolló muchos de los conceptos
posteriormente incorporados tanto a la práctica como a la doctrina
psicoanalítica. Poco después de la publicación de los estudios sobre la histeria,
Freud abandonó el uso de la hipnosis como procedimiento catártico, para
reemplazarlo por la investigación del curso espontáneo de pensamientos del
paciente —llamado asociación libre—, como método idóneo para comprender los
procesos mentales inconscientes que están en la raíz de los trastornos
neuróticos.
En sus observaciones clínicas, Freud halló evidencias de los mecanismos mentales
de la represión y la resistencia, describiendo la primera como un mecanismo
inconsciente que hace inaccesible a la mente consciente el recuerdo de hechos
dolorosos o traumáticos; y la segunda como la defensa inconsciente contra la
accesibilidad a la consciencia de las experiencias reprimidas, para evitar la
ansiedad que de ella se deriva.
Freud propuso seguir el curso de los procesos inconscientes, usando las
asociaciones libres del paciente como guía para interpretar los sueños y los
lapsus en el lenguaje (además de chistes, actos fallidos, etc). Mediante el
análisis de los sueños llegó a sus teorías sobre la sexualidad infantil y el
complejo de Edipo, que explicaría el apego del niño al progenitor del sexo
contrario, junto con los sentimientos hostiles hacia el del propio sexo (considerado
—en principio— un rival). Estos planteamientos, que hacían hincapié en la base
biológica del comportamiento humano —particularmente el sexo y la agresividad—,
fueron muy controvertidos.
En estos años, desarrolló también la teoría de la transferencia, proceso por el
que las actitudes emocionales, establecidas originalmente hacia las figuras de
los padres durante la infancia, son transferidas en la vida adulta a otros
personajes (maestros, autoridades, jefes, el propio psicoanalista, etc). El
final de este periodo viene marcado por la aparición de su obra más importante,
La interpretación de los sueños (1900 primera edición, que posteriormente el
mismo Freud ampliaría). En ella analiza (además de algunos sueños de sus
pacientes, amigos, hijos, e incluso de personajes famosos) muchos de sus propios
sueños, registrados durante tres años de autoanálisis iniciados en 1897. Este
trabajo expone todos los conceptos fundamentales en que se asientan la teoría y
la técnica psicoanalítica.
En 1902 Freud fue nombrado profesor titular de la Universidad de Viena. Este
honor no era, sin embargo, debido al reconocimiento de sus aportaciones, sino
como resultado de los esfuerzos de un paciente con influencias. El mundo médico
todavía contemplaba su trabajo con hostilidad, y sus siguientes escritos,
Psicopatología de la vida cotidiana (1904) y Tres ensayos para una teoría sexual
(1905), no hicieron más que aumentar este antagonismo. Como consecuencia, Freud
continuó trabajando virtualmente solo, en lo que él mismo denominó "una
espléndida soledad ".
Sin embargo, hacia 1906, Freud contaba ya con un reducido número de alumnos y
seguidores destacando los psiquiatras austriacos William Stekel y Alfred Adler,el
psicólogo austriaco Otto Rank, el psiquiatra estadounidense Abraham Brill, y los
psiquiatras suizos Eugen Bleuler y Carl Jung, además del húngaro Sándor Ferenczi,
que se unió al grupo en 1908.
Reconocimiento internacional
El creciente reconocimiento del movimiento psicoanalítico hizo posible crear en
1910 una organización de ámbito mundial denominada Asociación Psicoanalítica
Internacional. Mientras el movimiento se extendía, ganando adeptos en Europa y
Estados Unidos, Freud estaba preocupado por las disensiones aparecidas entre los
componentes de su círculo original, sobre todo las de Adler y Jung, cada uno de
los cuales desarrolló una base teórica diferente en desacuerdo con la tesis de
Freud sobre el origen sexual de las neurosis. Freud se enfrentó a estas posturas
desarrollando sus conceptos básicos y sus puntos de vista en publicaciones y
conferencias.
Tras el comienzo de la I Guerra Mundial, Freud abandonó casi la observación
clínica y se concentró en la aplicación de sus teorías a la interpretación
psicoanalítica de fenómenos sociales, como la religión, la mitología, el arte,
la literatura, el orden social o la propia guerra. En 1923 se le detectó un
cáncer en la mandíbula que precisó de un tratamiento constante y doloroso, por
el que tuvo que someterse a varias operaciones quirúrgicas. A pesar de estos
sufrimientos, continuó su actividad durante los dieciseis años siguientes,
escribiendo principalmente sobre asuntos filosóficos o culturales.
Cuando los nazis ocuparon Austria, en 1938, Freud se trasladó con su familia a
Londres, donde falleció el 23 de septiembre de 1939.
La principal contribución de Freud fue la creación de un enfoque radicalmente
nuevo en la comprensión de la personalidad humana, al demostrar la existencia y
poder de lo inconsciente. Además, fundó una nueva disciplina médica y formuló
procedimientos terapeúticos básicos que, más o menos modificados aún se aplican,
en el tratamiento mediante psicoterapia de las neurosis (y, parcialmente, de las
psicosis). Aunque nunca conoció en vida un reconocimiento unánime, y ha sido a
menudo cuestionado desde entonces, Freud es indudablemente uno de los grandes
pensadores del mundo contemporáneo.
Entre otros de sus trabajos habría que destacar Tótem y Tabú (1913), Más allá
del principio del placer (1920), Psicología de masas (1920), El yo y el ello
(1923), El malestar en la cultura (1930), El porvenir de una ilusión (1927),
Introducción al psicoanálisis (1933), y Moisés y el monoteísmo (1939).[8]
James, William
(1842-1910), filósofo y
psicólogo estadounidense que desarrolló la filosofía del pragmatismo. Nació en
Nueva York el 11 de enero de 1842. Su padre, Henry James, era un teólogo
seguidor de Emanuel Swedenborg; uno de sus hermanos fue el gran novelista Henry
James. William James asistió a escuelas privadas en los Estados Unidos y en
Europa, a la Escuela Científica Lawrence de la Universidad de Harvard y a la
Escuela de Medicina de Harvard en la que se graduó en 1869. Antes de terminar
sus estudios de medicina, partió con una expedición de exploración a Brasil
junto al estadounidense nacido en Suiza Louis Agassiz, y también estudió
fisiología en Alemania. Después de retirarse durante tres años a causa de una
enfermedad, James se convirtió en profesor de fisiología en Harvard en 1872. A
partir de 1880 enseñó psicología y filosofía en Harvard, universidad que
abandonó en 1907, y dio conferencias con mucho éxito en las universidades de
Columbia y Oxford. Murió en Chocorua, New Hampshire, el 26 de agosto de 1910.
Psicología
El primer libro de James, el monumental Principios de Psicología (1890), le
convirtió en uno de los pensadores más influyentes de su tiempo. El trabajo
aplicaba el principio del funcionalismo a la psicología, cambiándola de su lugar
tradicional como rama de la filosofía y situándola entre las ciencias basadas en
el método experimental.
Durante la siguiente década, James aplicó sus métodos empíricos de investigación
a temas religiosos y filosóficos. Exploró cuestiones como la existencia de Dios,
la inmortalidad del alma, el libre albedrío y los valores éticos, empleando como
fuente directa la experiencia religiosa y moral humana. Sus puntos de vista
sobre estos temas fueron presentados en sus conferencias y en los ensayos
publicados en libros como La Voluntad de creer y otros ensayos sobre filosofía
popular (1897), La inmortalidad humana (1898) y Las variedades de la experiencia
religiosa (1902). El último trabajo es un informe psicológico muy claro sobre
algunas experiencias místicas y religiosas.
Pragmatismo
Conferencias posteriores fueron publicadas como Pragmatismo: un nombre nuevo
para viejas formas de pensar (1907); en este libro se resumían las
contribuciones iniciales de James a la teoría del pragmatismo, término empleado
por primera vez por el lógico estadounidense Charles Sanders Peirce. James
generalizaba el método pragmático, desarrollándolo a partir de un análisis del
fundamento lógico de las ciencias para convertirlo en la base de la evaluación
de cualquier experiencia. Sostenía que el significado de las ideas sólo se puede
encontrar en los términos de sus consecuencias. Si no hay efectos, es que esas
ideas no tienen sentido. James defendía que este es el método empleado por los
científicos para definir sus términos y para comprobar sus hipótesis, que, si
poseen sentido, llevan a predicciones. Las hipótesis pueden considerarse ciertas
si las predicciones se cumplen. Por otro lado, casi todas las teorías
metafísicas carecen de sentido, porque no conllevan predicciones comprobables.
Las teorías con significado, argumentaba James, son instrumentos para resolver
los problemas que se plantean con la experiencia.
Según el pragmatismo de James, por tanto, la verdad viene dada por lo que
funciona. Se decide lo que funciona mediante la comprobación de las
proposiciones en la experiencia. Al hacerlo, se descubre que algunas
proposiciones son ciertas. Como lo expresaba James, “la verdad es algo que le
ocurre a una idea” en el transcurso de su verificación, es decir, no es una
propiedad estática. Esto no significa, sin embargo, que cualquier cosa pueda ser
cierta. James sostenía que “la verdad no es más que lo oportuno en nuestra forma
de pensar, igual que lo justo es lo oportuno en nuestra forma de actuar”. Uno no
puede creer en cualquier cosa que desee, porque unas creencias demasiado
centradas en uno mismo no funcionarían.
James se opuso a los sistemas metafísicos absolutos y criticó el monismo,
doctrina que afirma que la realidad es un conjunto unido y monolítico. En
Ensayos sobre empirismo radical (1912), defendió un universo plural, negando que
el mundo pueda ser explicado en términos de una fuerza o esquema absoluto que
determine las interrelaciones de las cosas y los hechos. Mantuvo que las
interrelaciones, ya sirvan para mantener las cosas cercanas o alejadas, formaban
parte de las cosas en sí mismas.
Al final de su vida James se había convertido en un filósofo y psicólogo famoso
a escala mundial. En ambos campos había sido más fuente de nuevas ideas que
fundador de escuelas dogmáticas. Su filosofía pragmática fue más tarde
desarrollada por el filósofo estadounidense John Dewey, entre otros. Estudios
posteriores en el campo de la física llevados a cabo por Albert Einstein
hicieron parecer proféticas las teorías de la interrelación de James.[9]
Wundt, Wilhelm (1832-1920), psicólogo alemán, considerado el fundador de
la psicología científica como ciencia independiente. Nació en Neckarau (actualmente
parte de Mannheim) y se formó en las universidades de Tübingen y Heidelberg y en
el Instituto de Fisiología de Berlín. Después de enseñar filosofía en la
Universidad de Heidelberg (1858-1874), impartió filosofía inductiva en Zurich
(1874-1875). De 1875 a 1917 fue profesor de filosofía en la Universidad de
Leipzig. Wundt presentó el primer curso académico de psicología en 1862 y creó
el primer Laboratorio de Psicología Experimental en 1879. También fundó la
primera revista de esta materia, Philosophische Studien (Estudios filosóficos)
en1881.
Wundt divulgó lo que se conoce como psicología introspectiva o estructuralista,
que hace hincapié en la observación de la mente consciente y confiere menor
importancia a la inferencia a partir del comportamiento externo. Realizó también
un amplio trabajo experimental sobre la percepción, el sentimiento y la
apercepción (fase de la percepción en la que hay un reconocimiento pleno de lo
que se percibe). Entre sus más de 500 publicaciones destacan Fundamentos de
psicología fisiológica (2 volúmenes, 1873-1874) y la monumental obra Psicología
de los pueblos (10 volúmenes, 1900-1904). También escribió tres grandes tratados
filosóficos: Lógica (1880), Ética (1886) y Sistema de filosofía (1889).[10]
Ebbinghaus, Hermann (1850-1909), psicólogo alemán, nacido en Barmen (hoy
parte de Wuppertal), y educado en las universidades de Bonn, Halle, Berlín y
Breslau (hoy Wrocaw, Polonia). Pionero de la psicología experimental, realizó
importantes experimentos sobre el valor de la repetición en la memoria,
empleando sílabas sin sentido. También diseñó un tipo de test que mide la
memoria de los niños basada en la repetición de frases, en las que se omiten de
forma voluntaria algunas palabras. De sus escritos, destacan su monografía La
memoria (1885), y el famoso Compendio de psicología (1908).[11]
Binet, Alfred (1857-1911), psicólogo francés, famoso por crear la primera
escala de medida estandarizada de la inteligencia.
Nació en 1857, en Niza, y se educó en La Sorbona, donde estudió derecho, aunque
su atención se dirigió más hacia la medicina y la psicología. En 1889 ayudó a
fundar el primer laboratorio de investigación psicológica de Francia, del que
fue director, puesto desde el que intentó desarrollar técnicas experimentales
para medir la inteligencia y la capacidad de razonamiento. En 1895 fundó la
primera revista psicológica francesa, L'Année Psychologique, donde publicó los
resultados de sus estudios.
Su trabajo más importante se centró en la medida de la inteligencia, diseñando,
junto a su colega Théodore Simon, un test para la medida de la capacidad mental
en los niños, la escala Binet-Simon, aparecida en 1905. Esta escala consistía en
una serie de problemas destinados a medir la inteligencia general, donde los
diferentes ítems estaban graduados según el nivel de edad al que la media de los
niños podían resolverlo. La puntuación de un niño, basada en el número de
respuestas correctas, marcaba la llamada “edad mental” del niño, que, dividida
entre la edad cronológica, permitía obtener un índice (el “cociente” intelectual)
que, multiplicado por cien, sigue siendo la medida típica de los tests de
inteligencia general. Binet murió en París en 1911, pero su trabajo pionero en
el campo de la psicometría seguiría teniendo una influencia decisiva entre los
psicólogos de todo el mundo. De hecho, la escala de Stanford-Binet, adaptación
de su escala hecha en la Universidad de Stanford, en los Estados Unidos, fue
usada durante muchos años en este país, donde se ha dado gran importancia a la
medida de la inteligencia.
--------------------------------------------------------------------------------
Enciclopedia Microsoft® Encarta®
|
|
|
|