presentació

7 DE JULIO

EL SENTIDO HISTÓRICO

1. ¿Quién soy?

 

Actividad de motivación

¿Qué diferencia hay entre “memoria” e “historia”? ¿Un libro de historia son las memorias del autor? ¿Y una novela histórica?

 

Actividad introductoria: la memoria

Un joven israelí, hijo de supervivientes de los campos de concentración de la Segunda Guerra Mundial, tiene un agujero en la memoria después de haber participado, en 1982, en la invasión israelí del sur del Líbano. A pesar de haber sido testigo de la guerra civil libanesa (provocada por el asesinato del líder cristiano Bashir Gemayel) y la masacre de Sabra y Shatila por las Falanges Cristianas (en venganza por la masacre de Damour, cometida por miembros de la Organización para la Liberación de Palestina), el único recuerdo que tiene Bashir es él mismo saliendo del agua con unos compañeros frente a la costa de Beirut, iluminada por bengalas.

1)      Debate con tus compañeros esta cuestión y redacta unas conclusiones: ¿los mecanismos de la memoria tienen algo que ver con los métodos de la investigación histórica?

2)      La imaginación es otro factor esencial. Los científicos formulan hipótesis falsables usando necesariamente la imaginación; en cambio, los cronistas, escritores de diarios y memorias siempre inventan o tienden a inventar sus recuerdos por la misma razón. En un caso, se avanza en el conocimiento pero en otro, se distorsiona el pasado y hay que reconstruirlo usando otras fuentes. ¿Juega la imaginación el mismo papel en la ciencia, la historia y las memorias?

Mira atentamente la siguiente escena de El enigma de Kaspar Hauser, de Werner Herzog. Según este profesor, podemos saber quién dice la verdad aplicando la lógica.

 

 

En efecto, el mentiroso respondería que sí a la pregunta de “si vinieras del otro pueblo, ¿responderías ‘no’ si te preguntara si vienes del pueblo de los mentirosos?” Pero el acertijo lógico da por supuestas dos cosas:

a)       que los interpelados entenderán la pregunta

b)      y que el mentiroso es, además, sincero y carece de astucia; pues teniéndola, desconfiaría de la pregunta y al contestar, se pondría en la piel del hombre que viene del pueblo donde todos dicen la verdad para responder como él (con un ‘no’), con lo cual seguiríamos sin saber quién dice la verdad

Por tanto, la lógica académica sólo sirve en la academia, pero no en la realidad (cosa que sí sabe Kaspar Hauser).

3)      Volviendo ahora al artículo de Vargas Llosa sobre Wittgenstein y Popper, ¿cuál crees tú que es la función de la filosofía: resolver adivinanzas o buscar respuestas a los problemas humanos? ¿Y la función de la literatura?

 

Contexto histórico y filosófico:

La transición del Antiguo Régimen al régimen liberal –el gran tema del historiador Miguel Artola– fue un proceso largo que se prolongó entre 1808 y 1840 de manera indefinida, incompleta y discontinua. Fue un proceso que acarreó dos largas guerras (la guerra de Independencia de 1808-1813; la guerra carlista de 1833-1840) y que vio la alternancia de ensayos constitucionales y experiencias contrarrevolucionarias: la revolución gaditana (1808-1814), la reacción absolutista fernandina (1814-1820), el Trienio Constitucional (1820-1823), la década absolutista (1824-1833), el régimen liberal –con la Constitución de 1837 como eje– y la guerra civil (1833-1840).

La transición se desarrolló, además, en un clima de permanente crisis política, administrativa y nacional, y de profunda división sobre la naturaleza misma del tipo de organización política y social, del tipo de Estado que se quería para España; clima bien reflejado en el pesimismo, la amargura y la tristeza que impregnaron, ya en la década de 1830, la obra periodística de Mariano José de Larra, en la que a menudo satirizó despiadadamente todo lo que había sucedido en el país desde 1808. […]

El régimen parlamentario –instituido por las Cortes de Cádiz– nació sin verdadera legitimidad histórica: por eso, precisamente, el empeño que los hombres de 1812 habían tenido en fundamentar la Constitución gaditana en la tradición española; por eso, la facilildad con que Fernando VII pudo derogar, a partir de 1814, todo lo actuado y legislado por las Cortes desde 1810.

El estado de crisis permanente […] había impedido que se construyesen, después del desastre de 1808, un aparato administrativo y una maquinaria gubernamental mínimamente operativos, causa de la escasa cohesión que el cuerpo social tenía todavía a mediados del siglo XIX (y aún bastante después) y del poco o nulo prestigio de instituciones como ayuntamientos, diputaciones provinciales, policía, escuelas y universidades. […] Lo que había ocurrido entre 1808 y 1840 era, pues, formidable: España, que era una nación, que había sido incluso el arquetipo de nación moderna desde principios del XVI, se había quedado sin Estado.

Juan Pablo Fusi, España. La evolución de la identidad nacional, pp. 159-161

 

4)      ¿Cuál es, a juicio del autor, el principal problema de España como nación?

5)      ¿De qué otros condicionantes no nos es posible “darnos de baja” (la propia familia, la lengua materna…)?

6)      ¿De qué manera concreta nos afecta personalmente el curso de la historia?

 

Los Episodios Nacionales: 7 de julio

Los Episodios nacionales forman una colección de cuarenta y seis novelas, redactadas entre 1872 y 1912. Están divididas en cinco Series (cada Serie tiene diez novelas, excepto la última, de seis) y narran la historia de España entre 1805 y 1880, con personajes ficticios que se desenvuelven en circunstancias históricas.

 

Primera Serie (abarca los años 1805–1814): a excepción de Gerona, todos los episodios siguen las andanzas del muchacho Gabriel de Araceli, durante la llamada Guerra de Independencia, desde la batalla de Trafalgar hasta la derrota de los ejércitos franceses

Segunda Serie (1814-1833): el personaje conductor, no siempre protagonista, es el combatiente liberal Salvador Monsalud, guarda jurado del rey José I. Con él revivimos los primeros seis años de reinado de Fernando VII (1814–1820), el Trienio Liberal (1820–1823) y la Década Ominosa (1823–1833)

Tercera Serie (1833-1840): Fernando Calpena nos guía por la España de la Primera Guerra Carlista y la Regencia de María Cristina

Cuarta Serie (1840-1868): José García Fajardo es el protagonista de los diez episodios del reinado de Isabel II

Quinta Serie (1868-1880): Tito nos conduce a través del sexenio revolucionario (1868-1873), la Primera República y el comienzo de la Restauración

 

En el Episodo titulado 7 de julio, Salvador Monsalud es el mayordomo, secretario y confidente del Duque del Parque, un aristócrata progresista. Salvador no tiene fe y sí, en cambio, pasiones exaltadas y “aspiraciones contrarias a las leyes del mundo”: se siente atraído “hacia lo imposible”. Sabedor de ello, pide a Solita que sea su Penélope “para detenerme, para atarme”.

Don Urbano Gil de la Cuadra sufría un "retroceso senil, que consiste en una renovación enfermiza de la juventud": leía el Werther, de Goethe; La nueva Eloísa, de Rousseau; y Las noches, de Edward Young. Era huraño, desabrido y con tendencias suicidas, porque se veía viejo, pobre y con una hija sin colocar.

7)      ¿Con quién se compara Monsalud?

8)      Salvador y don Urbano comparten una común actitud romántica ante la vida y una misma visión romántica de la historia. ¿Sabrías explicar en qué consisten? Fíjate en las lecturas del segundo

 

Relación con los conocimientos previos

9)      ¿A qué “pacto” se refiere Canencia en este Episodio, inmediatamente anterior al 7 de julio?

a)       al contrato social por el cual, según Hobbes (en el Levitán), los hombres (que cuando viven en estado de naturaleza, según el autor, son libres e iguales) renuncian a su libertad y establecen una autoridad que decide lo bueno y lo malo, con el fin de evitar la guerra provocada por querer satisfacer cada uno sus deseos

b)       al contrato para fundar un orden civil, según Locke (en Dos ensayos sobre el gobierno civil), que garantice, mediante una autoridad representativa e independiente, la vida, la libertad, la igualdad ante la ley y la propiedad de los individuos que, en estado natural, no serían capaces de garantizarse a sí mismos

c)       al Contrato Social que, según Rousseau, surge para salvaguardar las “falsas necesidades” del hombre civilizado, en oposición al hombre que vive en estado de naturaleza y que, a diferencia de aquél, carece de maldad y de conflictos

 

En El Grande Oriente aparecen los antecedentes de algunos personajes del 7 de Julio, como don Urbano Gil de la Cuadra y el maestro de escuela Patricio Sarmiento.

Es el primero un hombre decente, metódico, solitario, melancólico, cortés y frío que conlleva decorosamente su pobreza. Está “enfermo del ánimo” ―dice su hija Solita― y por eso quiere hablar con Salvador Monsalud.

Patricio Sarmiento es, en cambio, un progresista o liberal radical que admira al General Riego por ser quien “le dijo a España, como el ángel a María, el Señor o la Libertad es contigo”. Sarmiento pertenece a una sociedad o hermandad secreta llamada de los Comuneros, definida como una “confederación” dividida en “comunidades” (¿te suena a algo?). Este tipo de clubes, logias  y sociedades secretas fueron los antecedentes clandestinos de los partidos políticos. En el Régimen liberal de 1821, había dos grandes camarillas o facciones política enfrentadas: la de los populares (el Grande Oriente) y la de Palacio. A su vez, la facción política de los populares estaba constituida por los ministeriales, doceañistas ―partidarios de la Constitución de 1812― y masones en el Gobierno, los Comuneros y los Anilleros.

En opinión de Galdós,

los masones de todos los países declaran que la sociedad del compás y la escuadra existe tan sólo para fines filantrópicos, independientes en absoluto de toda intención y propaganda políticas. En España, por más que digan los sectarios de esta orden, cuyos misterios han pasado al dominio de las gacetillas, los masones han sido, en las épocas de su mayor auge, propagandistas y compadres políticos. […] Era ésta una poderosa cuadrilla política que iba derecha a su objeto; una hermandad utilitaria que miraba los destinos como una especie de religión (hecho que parcialmente subsiste en la desmayada y moribunda masonería moderna) y no se ocupaba más que de política a la menuda, de levantar y hundir adeptos, de impulsar la desgobernación del reino; era un centro colosal de intrigas, pues allí se urdían de todas clases y dimensiones; una máquina potente que movía tres cosas: Gobierno, Cortes y clubs y, a su vez, dejábase mover a menudo por las influencias de Palacio; un noviciado de la vida pública o, más bien, ensayo de ella, pues por las logias se entraba a La Fontana de Oro y La Cruz de Malta, y de aprendices se hacían diputados, así como de Venerables [uno de los grados masónicos] los ministros. […] Durante la época de persecución, es notorio que conservó cierta pureza a estilo de catacumbas; pero el triunfo [liberal] desató tempestades de ambición y codicia en el seno de la hermandad, donde al lado de hombres inocentes y honrados, había tanto pobre aprendiz holgazán que deseaba medrar y redondearse. Apareció formidable el compadrazgo y desde la simonía, el cohecho, la desenfrenada consupiscencia de lucro y poder, asemejándose a las asociaciones religiosas en estado de desprestigio.

Benito Pérez Galdós, El Grande Oriente VI

Asimismo,

La iglesia-congreso ofrecía entonces al espectador escasísimo valor artístico. Por algunas pinturas sagradas en el techo se conocía el templo cristiano; por una estatua de la libertad y una inscripción política se conocía la Asamblea popular. El presbiterio sin altar, era Presidencia; la sacristía sin roperos, salón de conferencias; el coro sin órgano, tribuna. Bastaba quitar y poner algunos objetos para hacer de la cátedra política lugar santo o viceversa.

Benito Pérez Galdós, 7 de julio IV

El País Cataluña, 13-7-1996

 

10)   ¿Qué sabes (suponiendo que conozcas a los personajes) de esta foto? ¿Qué ves en esta foto? Repara en el espacio, el mobiliario (¿una sillería de coro?), la posición de las figuras, los gestos, las miradas y el vestuario

Compara las descripciones anteriores con la siguiente:

El zar era el ungido y el enviado del Todopoderoso; más aún: era su personificación, su encarnación terrestre. […] Los bolcheviques intentan encajar en esta tradición […] Para convertirse en el nuevo Dios, hay que destruir las Moradas del Dios viejo (destruirlas o desposeerlas del rango de lugares sagrados, convirtiéndolas en almacenes de conbustible o de muebles) y levantar sobre sus cimientos los nuevos templos, los nuevos objetos de adoración y culto: sedes del Partido, Palacios de los Sóviets, Comités… […] Cuando después de la muerte de Stalin se criticó su manera de gobernar, se recurrió a la terminología sacada del diccionario teológico: el culto de la personalidad. El autor de la biografía crítica de Stalin, Roy Medvédev, escribe: “en las primeras décadas del siglo XX, aun entre los marxistas existía la corriente de los ‘divinizadores’ que en aquel entonces representaban Anatoli Lunacharski, Vadim Bazárov e incluso Maxim Gorki. Se consideraban llamados a cumplir una tarea que consistía en crear, sobre la base del marxismo-leninismo, ‘una religión sin Dios’. La asumió Stalin y, de hecho, la cumplió, corregida y aumentada.

Ryszard Kapuscinski, El Imperio, pp. 118-119

 

  El País, 13-5-1995

 

11)   Al igual que Cervantes, Pérez Galdós utiliza los nombres parlantes en sus novelas. Identifica algunos y coméntalos

12)   Bartolomé Canencia propone, en el mismo Episodio, “sacrificar la vida en aras del progreso humano” ¿Por qué crees que el poder político tiende a adoptar la distancia, los ritos, el lenguaje y las exigencias de lo sagrado?

13)   ¿A qué tipo de pactos (de los tres citados en la pregunta 9) está más próxima esta concepción del Poder? Pon algún ejemplo actual

 

Sintetizando: Prometeo encadenado

En el Prometeo encadenado, de Esquilo, Kratos (el Poder) exige a Hefesto que castigue al Titán Prometeo porque

-          Zeus se ha hecho con el gobierno del Olimpo y gobierna de forma arbitraria. Como Prometeo le había ayudado a destronar a Cronos, ayudó a un futuro tirano

-          Pero el Titán se opuso luego a que Zeus hiciera desaparecer a los mortales de la faz de la Tierra

-          y dio el fuego a los hombres, “intrumento de todas las artes”, y “ciegas esperanzas” para que no conociesen su Destino, que no es otro que la Moira, es decir, la muerte

Prometeo, en cambio, decide vivir atormentado a llevar una vida agradable, asentada en lo que el Coro llama “firmes esperanzas”, pero que él sabe que no pasan de “vanas”. Por eso, aconseja a Isis que afronte valientemente los sufrimientos que le aguardan. Y cuando el Océano le recomienda que actúe con prudencia (conociendo sus propios límites), Prometeo replica que no quiere “reverenciar, rogar ni adular” al que gobierna, porque sabe que no gobernará siempre.

Eso llega a oídos de Zeus, quien le envía, entonces, a Hermes para preguntarle cómo librarse de su futura caída. El Titán contesta echando en cara a los olímpicos su propia hybris o desmesura: “los nuevos gobernáis de forma nueva y creéis habitar ciudades sin dolor”. Y a Hermes: “yo no cambiaré mi desgracia por tu servidumbre”.

La tragedia termina con el Titán y el Coro en medio de la vorágine de los elementos (terremotos, torbellinos, relámpagos...).

 

14)   ¿A qué final operístico, que hemos visto, te recuerda el final del Prometeo encadenado? En ambos casos, sus respectivos héroes constituyen dos mitos, porque sus historias aluden a algún aspecto fundamental de la existencia humana (social o individual)

15)   ¿A qué esperanza o esperanzas se refiere el mito? La decisión de Prometeo es, sin embargo, trágica (porque sabe dos cosas: que no hay salvación y que saberlo tampoco nos salva). Por eso es el epónimo del héroe romántico

16)   Fijémonos en sus relaciones contradictorias con el Poder. ¿Por qué lo son? Recuerda que Urano, que enterraba a sus hijos, fue destronado por Cronos, que devoraba a los suyos y, a su vez, Zeus condenó a un suplicio indefinido al Titán que le había ayudado a destronar a Cronos

 

Ejemplificando: Mendizábal; Fortunata y Jacinta

Lo primero que piensa Fernando Calpena al llegar a Madrid es que “se empeña uno en ser clásico y he aquí que el romanticismo le persigue, le acosa. Desea uno mantenerse en la regularidad, dentro del círculo de las cosas previstas y ordenadas, y todo se le vuelve sorpresa, accidentes de poema o novelón a la moda, enredo, arcano, qué será”.

Benito Pérez Galdós, Mendizábal II

 

Asimismo, Guadalupe, conocida popularmente como Lupe, la de los pavos en Fortunata y Jacinta (por los paveros y recoveros maragatos con quienes trataba su marido, pero también por los duros  ―pavos― que ganaba), es una mujer pragmática y medio inglesa (es decir, acreedora, pues prestaba dinero como un banco); la cual enseña a Maximiliano Rubín la aurea mediocritas que Galdós alaba en la clase media. En esta misma novela, Galdós contrapone dos modelos de sociedad entre los que se debatía la España del siglo XIX:

 

Sociedad arcaica

Sociedad moderna

en cuya universidad se enseñan conocimientos especulativos

en cuya universidad se practican estudios experimentales

de guerreros y conquistadores

mercantil: las familias Arnaiz y Santa Cruz, comerciantes de paños

Fortunata es una mujer de pueblo (más próxima al estado natural), simple, analfabeta y fatalista (lo cual, en el fondo, es falta de juicio y sentido de la realidad); pero honrada y apasionada

Jacinta es una burguesa con estudios, que visita en Barcelona las fábricas textiles de Batlló y Sert, tiene conciencia social y es desmitificadora; pero vive frustrada por ser estéril y no poder fundar una familia

donde el tren es un “dragón de fábula” cuando recorre Castilla la Nueva y La Mancha

pero cuando recorre Cataluña, es el símbolo de la Revolución Industrial

Maximiliano Rubín, el mancebo de la botica de Samaniego, distingue entre la Edad de la Religión, identificada por el narrador con el candor de Sor Facunda y la superstición de Mauricia la Dura, y…

… la Edad de la Razón, simbolizada por la turbina de viento sistema Parsons para noria, que destaca por encima del convento de las Micaelas como un ojo divino

 

17)   ¿A qué se refiere Calpena cuando califica algo de “romántico”? ¿Tiene connotaciones positivas o negativas? ¿Por qué?

18)   ¿Qué representa, en cambio, lo inglés? Recuerda también lo que sabes sobre Locke, en el campo de la filosofía y las ideas políticas

 

Planteando cuestiones: Padres e hijos, de Turguiéniev

Según Nietzsche, el nihilista es aquel que juzga, al mismo tiempo, que ‘el mundo tal cual es no debería ser y el mundo que debería ser no existe’. Y nos da un resumen de la historia del nihilismo en seis capítulos:

  1. El mundo verdadero es accesible al sabio, al piadoso, al virtuoso (PLATÓN)
  2. El mundo verdadero, inalcanzable por ahora, es prometido al sabio, al piadoso, al virtuoso [en el cielo o en la Tierra al hombre de acción] (CRISTO, MARX)
  3. El mundo verdadero es inalcanzable, indemostrable, imposible de prometer [en el cielo y en la Tierra]; pero es un deber, un imperativo (KANT)
  4. El mundo verdadero es desconocido y siendo así,  ¿cómo podría ser un deber? (POSITIVISMO)
  5. El mundo verdadero es una idea inútil, un lastre que hay que eliminar (NIHILISMO)
  6. Si hemos destruido el mundo verdadero (con sus categorías de ‘fin’, ‘unidad’, ‘verdad’), ¿qué queda: el mundo aparente, el de lo sensible? También lo hemos destruido con el anterior

Friedrich Nietzsche, El ocaso de los ídolos, “De cómo el ‘verdadero mundo’ se volvió ‘fábula’”

 

Veamos cómo el joven Bazárov se lo explica a Pável, en la novela de Turguiéniev:

―No preconizamos nada, no es nuestra costumbre…

―¿Y qué es lo que hacen?

―Se lo diré. En primer lugar, no hace mucho todavía, decíamos que nuestros funcionarios son venales, que no tenemos ni carreteras ni comercio ni una legislación adecuada…

―Bueno, sí, sí, ustedes son críticos, creo que se dice así. Con muchas de las acusaciones de ustedes yo también estoy de acuerdo, pero…

―Pero luego nos dimos cuenta de que no valía la pena hablar sólo de nuestras úlceras, que eso sólo conducía a la mezquindad y al doctrinarismo; nos dimos cuenta de que los más inteligentes de los nuestros, eso que se llama gente avanzada y polémica, no servían para nada; que nos ocupábamos de cosas absurdas, discutíamos de arte, de la creación inconsciente, del parlamentarismo, de la abogacía, el diablo sabe de cuántas cosas, cuando de lo que se trata es del pan nuestro de cada día, de que nos ahogan las supersticiones más burdas; cuando todas las sociedades anónimas quiebran por carecer de gente honrada, cuando la propia libertad que preconiza el Gobierno tal vez no nos sirva, porque nuestro campesino es capaz de robarse a sí mismo con tal de embrutecerse en la taberna.

―Entonces ―interrumpió Pável―, entonces, convencidos de todo esto, han decidido no emprender nada en serio.

―Hemos decidido no emprender nada en serio ―repitió, taciturno, Bazárov […]

―¿Y entonces qué? ¿Ustedes actúan, no? ¿Se disponen a actuar?

Bazárov no constestó nada. Pável tuvo un estremecimiento, pero se dominó enseguida.

―¡Ejem!... Actuar, destruir… ―continuó―. Pero ¿cómo se puede destruir sin saber ni siquiera por qué?

―Destruimos, porque somos la fuerza ―observó Arcadi.

Pável miró a su sobrino y sonrió burlonamente.

―Sí, la fuerza; y además no hay que dar cuentas a nadie ―exclamó Arcadi, y se irguió

Iván Turguiéniev, Padres e hijos X

 

19)   ¿Qué sentido tiene la propuesta de Bazárov: destruir sin saber para qué, pero sabiendo, al mismo tiempo, que lo que sustituya a lo destruido también será inútil? ¿Por qué crees que se suicida Evgueni?

20)   Debate en clase: ¿el nihilismo de Bazárov es el punto de llegada inevitable del racionalismo occidental, del poder destructivo de la racionalidad nacida en la Antigua Grecia, como pensaba Heidegger, o es una traición a la idea originaria de razón, una regresión al nihilismo de sofistas como Gorgias , que Sócrates, Platón y Aristóteles combatieron?

 

Lee ahora el siguiente diálogo entre Evgueni y Arcadi:

 

―¿Sabes en qué estoy pensando? ―dijo por fin, colocándose una mano detrás de la cabeza.

―No sé, ¿en qué?

―Pienso que a mis padres les resulta agradable vivir en este mundo. Mi padre, a los sesenta años, tiene sus inquietudes, hace consideraciones sobre los remedios paliativos, cura a la gente, es generoso con los campesinos, se divierte, en una palabra, está contento. Mi madre no puede quejarse: sus días están tan llenos de distintas ocupaciones, ayes y más ayes, que no le da tiempo ni de volver en sí. Y en cuanto a mí…

―¿En cuanto a ti?

―Estoy aquí tumbado, bajo el almiar… El sitio que ocupo es tan estrecho en comparación con los demás espacios donde no estoy y donde no tengo nada que hacer, y la parte de tiempo que me corresponde vivir es tan insignificante ante la eternidad, donde no he estado ni estaré… Pero en este átomo, en este punto matemático, circula la sangre, trabaja el cerebro, y algo quiere también… ¡Qué barbaridad! ¡Qué miseria!

―Permíteme que te haga una observación: lo que dices es aplicable en general a todos los hombres…

―Tienes razón ―intervio Bazárov―, quise decir que ellos, es decir, mis padres, se afanan y no se preocupan de su propia pequeñez, no los consume…, mientras que yo…, yo no experimento más que tedio y rabia.

Iván Turguiéniev, Padres e hijos XXI

 

21)   ¿Qué actitud es más inteligente: la de Bazárov o la de sus padres? ¿Por qué?

22)   Bazárov necesita someterse a alguien con ideales “fuertes” y destruir a los “tiernos” y “blandos”, como Arcadi, que son trivialmente felices con su vida insignificante y sentimental. Para los Evgueni Bazárov, “la Naturaleza no es un templo, sino un taller y el hombre, en ella, es un trabajador”. Evgueni se ríe de que Nicolai toque el violoncello y lea a Pushkin, y tampoco soporta “los paseos sin objetivo”. ¿Qué ha pasado a significar el adjetivo romántico para un positivista y nihilista como él?

 

Actividad de desarrollo: Peer Gynt, de Henrik Ibsen

El vídeo de la presentación es un resumen de la versión cinematográfica que David Bradley realizó de este poema dramático en 1941, donde Charlon Heston debutó con 16 años.

El argumento del drama es como sigue (lee y luego escucha la música vocal e instrumental, que ha de servirte para mejorar la comprensión):

Acto I

Cuando Peer va a Hägstad para intentar impedir la inminente boda de Ingrid, los aldeanos lo tachan de borracho y fantasioso, porque no hace nada de provecho y, en cambio, dice que puede galopar en un caballo por el aire azul y encerrar al diablo en una nuez. Él protesta, pero cuando invita a Aslak (el padre de Ingrid) a romper la nuez, el martillo se rompe. Como, además, Solveig también lo rechaza, presionada por su familia, Peer e Ingrid se fugan de mutuo acuerdo:

Edvard Grieg, Peer Gynt, Suite 1 Op. 46: “La mañana”

 

Acto II

“¡Esto es vida, esto es ser!”, exclama. “¡Vayan al diablo todas las mentiras!” Pero enseguida Peer decide renunciar a Ingrid: “¡quiero ir allende los pastos y las montañas! ¡Quiero calmar mi espíritu cabalgando, quiero cruzar el mar salado!” Peer pretende casarse con la hija del rey Dovre y heredar el reino; pero para eso tiene que renunciar a sí mismo y adaptarse al proyecto político de aquel reino de enanos:

Edvard Grieg, Peer Gynt, Suite 1 Op. 46: “En la gruta del Rey de la Montaña”

 

Acto III

Peer piensa: “estás acorralado tejiendo tus sueños entre nieblas. Te falta la paz. No tienes madre (Aase) y nadie conocido te pone la mesa”.

Mientras tanto, Solveig desafía a su familia y va al encuentro de Peer: “cuando dejé a los míos no fue para buscar la comodidad de otra casa” –le confiesa. Sin embargo, Peer también la abandona para “irse por el mundo” hasta el mar (la muerte de su madre) y “más lejos aún”:

Edvard Grieg, Peer Gynt, Suite 1 Op. 46: “La muerte de Aase”

 

Acto IV

Palmeral en la costa sudoeste de Marruecos. Peer es el apuesto anfitrión, convencionalmente burgués, de una serie de invitados con nombres satíricos: Master Cotton (inglés), Monsieur Ballon (francés), Von Eberkopf (alemán) y Trompeterstrahle (sueco). Peer presume de estar soltero para seguir su destino. Ha sido un self-mademan en USA como tratante de esclavos y un “hombre de acción”. Después de amasar dinero con sus negocios en la China y África, quiere ser Emperador del mundo. Bota un barco para ir a Grecia, donde ha estallado la revolución contra los turcos. Mientras sus invitados planean aprovecharse del triunfo revolucionario, él prefiere… financiar a los turcos; pero el barco, finalmente, se hunde.

Peer se sube a un árbol, donde es acosado por un tropel de monos. Piensa en desollar uno y vestirse con la piel, porque “hay que hacerse a usos y costumbres”. Pero uno de los macacos se le sube a la cabeza y le arroja inmundicias. Peer enseguida piensa que “sobre gustos no hay discusión; hay que confiar en el poder de la costumbre”, “¡y que tenga que sufrir esto el rey de la Creación!” (Peer sólo repite lugares comunes).

A la entrada de una cueva, en el desierto, un ladrón y un encubridor han abandonado las ropas y el caballo robados al Emperador. Peer se viste con ellas. Luego, se transforma en Profeta musulmán y vive rodeado por un coro de muchachas. Su favorita es Anitra: “sería una profanación llenar tu cabecita graciosa con desperdicios de saber. No es el alma, en realidad, lo deseable, sino el corazón”.

Después se le ocurre que para ser “emperador de la existencia”, más que profetizar el futuro es más sensato investigar la historia, pues el pasado ya sabemos adónde ha llevado, pero el presente no tiene sentido.

Llega a Egipto y una voz detrás de la Esfinge le pregunta “¿quién eres?” y el Director del Manicomio de El Cairo (o Club de los Sabios) le lleva a su establecimiento para mostrarle que la Razón ha muerto, “quiero decir que salió de su piel, como el zorro de Munchausen”. “Aquí nadie pregunta por las ideas ni pensamientos de otros. Seamos nosotros mismos en nuestro pensar y en nuestro obrar, nosotros mismos en todo lo posible”. Pero Peer lo confunde con estar “llenos de sí mismos solamente”. En efecto, uno de los locos le cuenta la historia siguiente: en las playas malabares dominaban, en tiempos remotos, los orangutanes. “Éstos eran señores de sí mismos” hasta que empezaron a llegar forasteros que hablaban otra lengua, porque “si queremos cambiar nuestras ideas, tenemos que escuchar palabras”. “Yo”, en cambio –dice este loco- “he intentado luchar por los verdaderos sonidos de la selva; he intentado renovar este cadáver, galvanizándolo con fuertes empujes; quiero animarlo, renovarlo al menos para el canto popular”. Peer acaba preguntándose “¿qué voy a hacer? ¿qué soy yo?”

 

Acto V

Peer es, en su nuevo avatar, un viejo marinero en el mar del Norte. El barco naufraga y ve que quienes sólo supieron ser fieles a sí mismos como él, que no ha cambiado nada (no ha aprendido nada) a pesar de haber estado mudando de lugares, objetivos y oficios toda su vida (es como una cebolla con muchas cortezas, pero sin núcleo), tienen que afrontar el Destino (la muerte).

Llega al molino del principio, ahora en ruinas. Se están subastando los bienes de Peer Gynt. Peer ofrece también su “palacio en el aire, de piedra sólida”; su caballo, que galopa tan rápido que ya está en el ocaso; su imperio de paja… a quien sepa decirle cuál es el camino que debe seguir. Y descubre que Solveig ha estado esperándolo todo ese tiempo. ―“¡Qué horror! ¡Aquí estaba mi reino!” Y se le aparecen “los pensamientos que debería haber pensado, las canciones que debería haber cantado, las lágrimas que debería haber llorado”:

Edvard Grieg, Peer Gynt, Suite 2 Op. 55 “La canción de Solveig”

 

Kanske vil der gå både Vinter og Vår,
og næste Sommer med, og det hele År;
men engang vil du komme, det véd jeg visst;
og jeg skal nok vente, for det lovte jeg sidst.


Oh-oh-oh ...

Gud styrke dig, hvor du i Verden går!
Gud glæde dig, hvis du for hans Fodskammel står!
Her skal jeg vente til du kommer igen;
og venter du histoppe, vi træffes der, min Ven!


Oh-oh-oh ...

Quizás tanto el invierno como la primavera pasen,
y el próximo verano, y el año entero;
pero al fin vendrás, lo sé a ciencia cierta;
y yo te estaré esperando, porque una vez te prometí
que lo haría.

Oh-oh-oh ...

¡Dios te dé fuerza, donde quiera que vayas!
¡Dios te alegre, si llegas hasta Él!
Aquí te esperaré hasta que regreses otra vez;
y si estás esperándome allá arriba, allí nos
encontraremos, mi amor!

Oh-oh-oh ...

 

Entonces, viene a buscarlo el Fundidor, porque incluso pecando, Peer ha sido cobarde y no es digno de la caldera de azufre, sino de ser fundido. Peer se niega a perder “su personalidad”.  El Fundidor piensa, por el contrario, que Peer “se burló del destino de su vida”. Y el viejo Dovre le recuerda que, en realidad, ha hecho siempre lo mismo que los enanos de su reino: bastarse a sí mismos, lo cual aprovecha el viejo rey para dedicarse al teatro, pues “ahora piden tipos con carácter nacional”.

 

23)   Si tuvieras que explicar el tema de este poema dramático, ¿qué dirías? Repara en que hay, al menos, tres líneas temáticas: la interrogación por la propia existencia y la búsqueda de sí mismo (quién soy), la interrogación por el mundo: Hägstad, el reino de Dovre, los lugares y culturas que conoce en el Acto IV (cómo es el mundo) y la interrogación sobre sus relaciones con dicho mundo (qué hacer)

24)   La música vocal e instrumental que Edvard Grieg compuso para este poema dramático ¿cómo te ha ayudado a entenderlo y a apreciarlo?

25)   Comenta las concomitancias que tienen las andanzas de Peer con la literatura caballeresca (repasa lo visto en las actividades sobre el Quijote)

26)   ¿Cómo es el mundo que conoce Peer? ¿Qué tienen en común los enanos, los macacos y los locos de este poema dramático?

27)   ¿Qué significa que Peer “incluso pecando, ha sido cobarde”?

 

Actividad de síntesis: Boris Pasternak, Doctor Zivago

Las peripecias de esta novela de Pasternak, Premio Nobel de Literatura en 1958, son otro ejemplo de lo que cuentan sus páginas:

 

Gordon y Dúdorov pertenecían a la buena sociedad de los profesores. Pasaban la vida entre buenos libros, buenos pensadores, buenos compositores, escuchando siempre música buena y no sabían que estar condenados a un gusto mediocre es peor que estar desprovisto de él.

Ni sabían que incluso los reproches con que colmaban a Zivago no los sugería un sentimiento de afecto para con su amigo o el deseo de influir sobre él, sino sólo la incapacidad de pensar libremente y de dirigir la conversación. El coche sin freno de la conversación los llevaba donde no deseaban ir. No conseguían guiarlo y, por último, o habían de encontrar un obstáculo o chocar contra algo. Entonces, con todo y el impulso adquirido, sus prédicas y sus sermones, se precipitaban sobre Yuri Andréyevich.

Él conocía perfectamente los resortes de su énfasis, su inconstante participación en sus propios casos, el mecanismo de sus razonamientos. Y sin embargo, no podía decir: “queridos amigos: ¡qué irremediablemente triviales sois vosotros y el ambiente que representáis, con el brillo de vuestras preferencias artísticas y vuestros nombres! Lo único vivo y luminoso que hay en vosotros es que en otro tiempo vivisteis conmigo, a mi lado”. Pero ¿qué sucedería si se pudieran hacer semejantes confesiones a los amigos? Y para no amargarlos, los escuchaba pacientemente.

Dúdorov había terminado de contar su primera deportación. Insistía ahora en ella. Le habían sido devueltos todos los derechos de los que temporalmente fue despojado y obtuvo la autorización de reanudar las clases y el trabajo en la universidad.

Confiaba a sus amigos las sensaciones y los estados de ánimo experimentados en la deportación y lo hacía con sinceridad, sin sombra de hipocresía. Sus palabras no eran dictadas por la vileza ni por ninguna consideración oportunista.

Decía que las conclusiones de la acusación, el trato que había recibido en la cárcel y cuando salió de ella, pero sobre todo la declaración cara a cara con el juez instructor le aclararon las ideas y lo habían reeducado políticamente. Había abierto los ojos sobre muchas cosas y encontrado su verdadera madurez.

Por su trivialidad, los razonamientos de Dúdorov hallaban la aprobación de Gordon, que, convencido, asentía a las palabras de su amigo y se mostraba particularmente conmovido por la trivialidad de lo que él sentía y decía, y consideraba un rasgo universal y humano esa adaptación a los sentimientos preestablecidos.

Las palabras bienintencionadas de Dúdorov figuraban en el espíritu de la época. Pero el carácter, la evidencia de su hipocresía eran precisamente lo que sacaba de quicio a Yuri Andréyevich. El hombre que no es libre idealiza siempre su propia esclavitud. Así ocurrió en la Edad Media y sobre esto han continuado especulando los jesuitas. Yuri Andréyevich no podía soportar el misticismo político de los intelectuales soviéticos, lo que para ellos significaba la suprema conquista o, como decían entonces, la “techumbre espiritual de la época”; pero ocultaba estos pensamientos a sus amigos para no discutir con ellos.

En cambio, le interesó otra cosa, lo que Dúdorov contaba de Bonifatsi Orlétsov, su compañero de celda, un sacerdote secuaz de Tíjonovo. Éste tenía una hija de seis años, llamada Jristina. La detención y la suerte de su padre, a quien adoraba, habían trastornado profundamente a la criatura. Los términos “servidores del culto”, “desposeimiento de derechos civiles” y otros tales le parecían manchas deshonrosas para su apasionado corazón infantil y se juró lavar un día estas manchas. Una finalidad tan lejana, establecida tan precozmente, que la inflamaba como una decisición irrevocable, había hecho desde entonces, de aquella niña, una secuaz infantilmente apasionada de lo que le parecía más indiscutible del comunismo.

―Me voy –dijo Yuri Andréyevich-. Perdóname, Misha. Me ahogo aquí. Hace demasiado calor. Me hace falta aire.

―Ya ves que he abierto el ventanuco de abajo. Quizás es que hemos fumado demasiado. Nunca nos acordamos de dejar de fumar en tu presencia. Pero yo no tengo la culpa de que haga tanto calor en esta habitación. Búscame otra.

―Tengo que irme, Gordon. Hemos hablado suficiente. Os agradezco vuestro interés por mí, amigos míos. Pero lo mío no es un capricho. Es una enfermedad: esclerosis de los vasos cardíacos. Las paredes del corazón se gastan, se adelgazan y un día pueden quebrarse, hacerse pedazos. Sin embargo, todavía no tengo cuarenta años. No soy un bebedor ni derrocho mi vida.

―Te haces los funerales a destiempo. Tonterías. Tienes mucho que vivir aún.

―Hoy son muy frecuentes las formas microscópicas de hemorragias cardíacas. No todas son mortales. En determinados casos es posible sobrevivir. No todas son mortales. En determinados casos es posible sobrevivir. Es una enfermedad de estos últimos tiempos. Creo que las causas son de orden moral. La inmensa mayoría de nosotros se ve obligada a una hipocresía constante, convertida en sistema. Pero uno no puede, impunemente, mostrarse cada día distinto de como es, sacrificarse por lo que no se ama, alegrarse de lo que nos hace infelices. El sistema nervioso no es una palabra vana o una invención. Está formado por tejidos. Nuestra alma ocupa su puesto en el espacio y está dentro de nosotros como los dientes en la boca. No es posible violentarla impunemente hasta el infinito.

Boris Pasternak, Doctor Zivago Final, 7

 

28)    ¿Cuáles eran los “buenos” libros, los “buenos” pensadores, etc. en el país del que nos habla el texto anterior?

29)   Observa cómo reaccionan Dúdorov y la niña ante un sistema político totalitario. ¿Cómo se logra su sometimiento?

30)   Compara a ambos con Willa, la mujer del predicador Powell, en La noche del cazador, de Charles Laughton. ¿A qué crees que se debe que Dúdorov, Jristina y Willa reaccionen igual?

31)   En el Doctor Zivago, las palabras usadas para explicar las reacciones de Dúdorov y Jristina (reeducación, madurez, adaptación) ¿revelan u ocultan lo que realmente ocurre? ¿Qué se ha hecho con las palabras?

32)   Busca una frase en el texto anterior que resuma lo que dice este otro de Kapuscinski:

 

Un ‘señor de la guerra’ es un antiguo oficial, un ex-ministro o funcionario del partido o incluso otra persona cualquiera, ávida de poder y dinero, sin escrúpulos, que aprovecha el desmoronamiento del Estado, cosa a la que él mismo contribuyó y contribuye, para crear un miniestado donde él pueda reinar como un dictador. En la mayoría de los casos, el ‘señor de la guerra’ tienen el apoyo de un clan o de una tribu, aquella a la que pertenece. Los ‘señores de la guerra’ siembran en África el odio racial y tribal. Pero eso es algo que nunca admiten. Anuncian, siempre que lideran un movimiento o un partido, que tienen objetivos generales y nacionales. Generalmente, un movimiento para la liberación de Esto y Aquello o para proteger la democracia o la independencia. Nada menos.

Después de haber escogido uno de estos nombres, el ‘señor de la guerra’ empieza a juntar un ejército. No es  muy difícil. En cualquier país, en cualquier ciudad, hay millares de jóvenes hambrientos y sin empleo que sueñan con formar parte del equipo de un ‘señor de la guerra’. El jefe les da armas y algo igual de importante: un sentimiento de pertenencia. La mayoría de las veces no les paga nada. Les dice: tomad las armas y buscaos la comida. No necesitan más, saben qué tienen que hacer.

Es fácil conseguir armas. Son baratas y las hay en grandes cantidades, por todas partes. Además, los ‘señores de la guerra’ tienen dinero. Bien porque lo han robado a las instituciones del Estado (cuando eran ministros o generales), bien porque se han enriquecido ocupando la parte del territorio con valor económico, en la que hay minas, fábricas, bosques que pueden ser talados, puertos marítimos, aeropuertos, etc. […]

Una fuente inagotable de riqueza para los ‘señores de la guerra’ es la ayuda internacional a la población pobre y con hambre. Retiran de cada transporte los sacos de cereales y los litros de aceite que necesitan. Porque en esos lugares, la ley que prevalece es que quien tiene un arma es el primero en comer. Los hambrientos reciben lo que sobra. Las organizaciones internacionales se encuentran ante un dilema: si no dan nada a los ladrones, ellos no organizan los transportes y los pobres mueren de hambre. Por eso se da a los ‘señores de la guerra’ lo que quieren, con la esperanza de que sobre algo para los hambrientos. […]

Con todo, a veces también ocurre que los ‘señores de la guerra’ se convencen de que todo lo que había para robar ya se ha robado y que las habituales fuentes de enriquecimiento se han agotado. Entonces dan  inicio a un proceso de paz. Convocan una conferencia de las partes en conflicto (la llamada warring factions conference), firman tratados y acuerdos y convocan elecciones. En respuesta a este proceso, el Banco Mundial les concede préstamos y créditos. Los ‘señores de la guerra’ pasan a ser aún más ricos, porque el Banco Mundial da mucho más de lo que ellos consiguen arrebatar a sus compatriotas pobres y hambrientos.

Ryszard Kapuscinski, Ébano [cap. 22]

 

Actividad de ampliación: Mark Twain, Las aventuras de Huckleberry Finn

En el fragmento de la presentación, Huck y Tom reflexionan mientras juegan o, como dice Tom, “representan”. Y su reflexión es sobre

 

a)       la relación entre las palabras edulcorantes o eufemísticas, que sirven para maquillar o eludir los hechos

b)      y la relación entre los hechos y el valor moral que los justifica:

 

Cycle Diagram

 

33)   Explica cómo lo hacen. Aquí tienes un ejemplo

 

2. ¿Qué debo hacer?

3. ¿Cómo es el mundo?